La quema de desechos sólidos en tiraderos clandestinos de la zona Diamante de Acapulco, elevó las alertas de cientos de familias que denuncian afectaciones en las vías respiratorias de menores de edad, algunos de ellos, ya han registrado varias visitas al médico debido a problemas por cuadros respiratorios.
La densa capa tóxica que el pasado lunes volvió a presentarse con mayor fuerza en esta zona, no sólo causa preocupación de los menores de edad, sino también de adultos que por las noches padecen crisis respiratorias debido a que el humo no les permite inhalar oxígeno adecuadamente.
Sergio López, padre de familia, informó que, de diciembre a la fecha, su hijo de apenas dos años de edad ha presentado dos cuadros de infección en las vías respiratorias y agregó que este caso no es el único, ya que “también a mis hermanas se les enferman constantemente sus hijos, al igual que a los vecinos”.
“Por las noches no duermo, siento que me asfixio y temo por la salud de mi familia”, dijo Ismael Aparicio Hernández, vecino de la unidad habitacional El Colosio, quien agregó que ha optado por no realizar actividades deportivas al aire libre cuando el cielo se torna de color gris por la presencia de los contaminantes.
El humo que se desprende de los basureros clandestinos en la zona Diamante, ha generado “alarma” por el incremento de enfermedades respiratorias en menores de edad y temen que a largo plazo las repercusiones sean mayores e irreversibles al grado de volverse crónicas.
Un recorrido por el área, mostró dos lotes baldíos con una gran cantidad de desechos sólidos que son levantados por “pechugueros” de casas habitación, entre los que se tienen muebles destruidos y hasta cuerpos de animales en estado de putrefacción.
El primero de los puntos está ubicado a un costado de la calle Morelos, en Rinconada del Mar, en donde las toneladas de basura son aprovechadas por ganado bobino, quienes ingieren plásticos y desperdicios, sin importar los efectos negativos en el sistema digestivo o en quienes lleguen a ingerir su carne.
Otro punto negro detectado se encuentra sobre la Juan Álvarez, esquina con la carretera Cayaco-Puerto Marqués, en Llano Largo, donde al momento de la visita todavía se apreciaban pequeñas cantidades de humo saliendo de entre los montones de bolsas plásticas, señal de que unas horas antes el lugar estaba ardiendo en llamas.
Los ciudadanos mencionados solicitaron a las autoridades sanitarias realizar los estudios pertinentes para medir la calidad del aire, mientras que al Ayuntamiento porteño le exigen mano firme en la continuidad de los operativos para solucionar el problema.