/ sábado 23 de noviembre de 2019

Deambulan ante la indiferencia oficial

Pocos recursos se invierten para rescatar a enfermos mentales y personas en situación de calle; sí los rescatamos, asegura la autoridad

Casi invisibles, imperceptibles, como si nadie los viera o los oyera, así pasan su día a día. Olvidados, como si la demencia que padecen hubiera contagiado a los gobiernos, sí a las autoridades en sus tres niveles, quienes poco o nada invierten para tratar de regresarlos a la vida digna con el resto de la sociedad, aunque sus parientes los hayan abandonado.

Viven al límite, comen de la basura, toman agua o refrescos que encuentran en la calle o desperdicios que ciudadanos “pensantes” dejan tirados en el pavimento a pesar del riesgo que representa para su salud. Lo cual no logran entender, por la condición en que se encuentran.

Su vida les importa a pocos, solo algunos se apiadan y con el temor de que puedan ser agredidos, les ofrecen un taco, son raros, escasos, la mayoría al verlos mejor se alejan de ellos.

Foto: Abraham Cortés | El Sol de Acapulco

Son más de un centenar, los han visto en la calle, deambulando, hablando solos, tirando golpes o merodeando en algún negocio en busca de comida. Algunos un poco menos afectados, hacen mandados para ganarse un peso o a cambio de un plato de comida. De plano, unas tortillas con frijoles.

Semidesnudos, hombres y mujeres, la mayoría en edad adulta forman parte de ese ejército de olvidados, seres humanos que quizá años atrás, tuvieron y mantuvieron a una familia, sin embargo, por distintos factores, perdieron el conocimiento y ahora son los “locos” de calle.

La asociación “Gustavo Teliz” ha rescatado y llevado a su albergue ubicado en la zona Poniente del municipio a algunos de ellos debido a los problemas mentales que padecen.

Existen casos muy sonados de enfermos mentales que terminan en la calle, como la famosa “Emperatriz”, una mujer de la tercera edad que por más de 30 años deambuló por las calles de la colonia Bella Vista, Juan R. Escudero, Hogar Moderno, Morelos, Cuauhtémoc, La Fábrica y sus alrededores en busca del pan de cada día.

Ella recuerda que fue enfermera de un hospital del municipio, sin embargo, su enfermedad la hace divagar y ni siquiera puede dar su nombre completo, pero asevera que tiene familia.

La mayoría de las personas que se encuentran en esta situación tienen algo en común, no recuerdan dónde viven, no saben cuándo nacieron y mucho menos si cuentan con un hogar al que llegar para refugiarse del frío, lluvia o los incandescentes rayos del sol, personas que la misma enfermedad los lleva a situaciones denigrantes como ofrecer su cuerpo a cambio de unas monedas, un plato de comida o hasta un cuarto de Resistol 5000.

Foto: Abraham Cortés | El Sol de Acapulco

El fundador de la asociación, Gustavo Teliz Hernández, aseguró que en la actualidad tienen bajo su cuidado a 15 personas enfermas mentales, debido a que no cuentan con apoyo gubernamental que amplíe el universo para incrementar los rescates. La manutención de cada uno de los pacientes requiere de mucho dinero.

“Son más de 100 personas que están en esta situación, es preocupante el asunto porque no hay autoridad que les brinde la mano para atender su problema, que les ayude a salir adelante a través de un tratamiento efectivo que les permita una vida digna”, puntualizó.


La vida de emperatriz cambió


“Perita”, como es conocida, hoy luce un rostro distinto, tiene un semblante más alineado y aunque su enfermedad mental parece ser irreversible, su actitud ha cambiado para bien luciendo limpia y bien alimentada.

Ella fue rescatada por la fundación, de la banqueta de la calle 8 en la colonia Juan R. Escudero donde vivía, para ser llevada al albergue ubicado en la zona Poniente de Acapulco, donde recibe alimento, techo y sabanas calientes que le permiten recostarse en blando a cualquier hora del día.

Foto: Abraham Cortés | El Sol de Acapulco

“Emperatriz” dice ser feliz a lado de sus 14 compañeros, incluso tiene la ilusión de tener una gran cena de navidad en este año para compartir el pan y la sal con sus cuidadores, aunque no recuerde ni como se llaman.

Ella como muchos otros, tienen familia, hijos, padres, tíos, primos, nietos, pero pareciera como si se los hubiera tragado la tierra, ya que no hay rastro de quien quiera hacerse cargo de su manutención y tratamiento, ni un peso quieren destinar a los enfermos mentales.

“La indiferencia es mucha, tanto de los familiares, como de la sociedad que mira a las personitas y no son quién, para ayudarlos, para darles un taco o un vaso de agua, solo los ignoran”, agregó Gustavo Teliz.


Si rescatamos enfermos mentales, asegura la autoridad


De acuerdo a la presidenta del patronato DIF Acapulco, Adriana Román Ocampo, este organismo ha rescatado a más 30 personas en situación de calle, cinco de ellos han sido remitidos a hospitales para su atención medica y posteriormente trasladados al “Cristo de la Misericordia”, albergue con el cual se tiene signado un convenio de colaboración a través del cual se otorga una cuota mensual que no fue dada a conocer.

Foto: Martín Gómez | El Sol de Acapulco

“Las enfermedades que han tenido estas personas son VIH, tuberculosis, neumonía, entre otras. También hemos tenido decesos de estas personas, ya recuperadas se reincorporan al Cristo de la Misericordia o incluso con algunos familiares, pero han fallecido porque las enfermedades que ellos tienen ya están muy avanzadas, son cuatro”, puntualizó.

Sin embargo, dicho esfuerzo parece no ser suficiente, ya que cada vez son más los enfermos mentales que se observan en las calles durmiendo sobre cartones en condiciones precarias, ciudadanos que también deberían tienen derechos y obligaciones.

Algunos de ellos, son traídos al puerto, engañados por sus familiares y abandonados a su suerte para quitarse de encima el peso de mantener a una persona en demencia.


CRISTO DE LA MISERICORDIA


Enclavado en la zona rural de Acapulco, se encuentra uno de los centros de rehabilitación para enfermos mentales más grandes, el “Cristo de la Misericordia” en el poblado de Tres Palos, el cual atiende a 139 mujeres y hombres que padecen de sus facultades mentales, muchos de ellos rescatados por sus familiares, vecinos o por el DIF.

Este lugar tiene 30 años de servicio ininterrumpido a la sociedad, sobreviviendo con donaciones altruistas y de la iglesia católica en el municipio, pero de las autoridades, solo ven recursos económicos debido al convenio que existe entre el Desarrollo Integral de la Familia para dar tratamiento y manutención a los enfermos mentales que este organismo rescata de las calles.

Foto: Martín Gómez | El Sol de Acapulco

“Esto es un trabajo de un gran equipo con la finalidad de mejorar la situación de quienes tienen alguna enfermedad mental, creo que nadie quisiera ver personas en situaciones difíciles, por eso nos esforzamos por darles lo mejor que podemos”, dijo Eva Glendia Testa Gómez, directora de la institución.

La encargada aseguró no recibir apoyo gubernamental y tan solo el recurso que ven del erario es por una “contrapestación” que ofrecen, debido a que el DIF ha canalizado a varios enfermos y dejan una cuota para su alimentación, además de que les proporcionan medicamentos.

Medio mareada por un problema de la presión arterial, Testa Gómez relató que es muy difícil preparar más de 400 platillos de comida diarios, sobre todo por el gasto económico que representa, por lo que llamó a la ciudadanía a no ser apática con las causas nobles como ésta y no ignorar a los enfermos que deambulan en las calles, debido a que son seres humanos que también necesitan ser apoyados.


PERSONAS EN SITUACION DE CALLE...

Acapulco, el puerto costero más importante de Guerrero, no solo enfrenta este problema de los enfermos mentales, sino también el de las personas en situación de calle, muchas de ellas viven debajo de los puentes o duermen en el zócalo o en playas, buscando una moneda diaria que les permita seguir subsistiendo ante la falta de apoyos que les ayude recibir una vida digna.

Foto: Martín Gómez | El Sol de Acapulco

Casi invisibles, imperceptibles, como si nadie los viera o los oyera, así pasan su día a día. Olvidados, como si la demencia que padecen hubiera contagiado a los gobiernos, sí a las autoridades en sus tres niveles, quienes poco o nada invierten para tratar de regresarlos a la vida digna con el resto de la sociedad, aunque sus parientes los hayan abandonado.

Viven al límite, comen de la basura, toman agua o refrescos que encuentran en la calle o desperdicios que ciudadanos “pensantes” dejan tirados en el pavimento a pesar del riesgo que representa para su salud. Lo cual no logran entender, por la condición en que se encuentran.

Su vida les importa a pocos, solo algunos se apiadan y con el temor de que puedan ser agredidos, les ofrecen un taco, son raros, escasos, la mayoría al verlos mejor se alejan de ellos.

Foto: Abraham Cortés | El Sol de Acapulco

Son más de un centenar, los han visto en la calle, deambulando, hablando solos, tirando golpes o merodeando en algún negocio en busca de comida. Algunos un poco menos afectados, hacen mandados para ganarse un peso o a cambio de un plato de comida. De plano, unas tortillas con frijoles.

Semidesnudos, hombres y mujeres, la mayoría en edad adulta forman parte de ese ejército de olvidados, seres humanos que quizá años atrás, tuvieron y mantuvieron a una familia, sin embargo, por distintos factores, perdieron el conocimiento y ahora son los “locos” de calle.

La asociación “Gustavo Teliz” ha rescatado y llevado a su albergue ubicado en la zona Poniente del municipio a algunos de ellos debido a los problemas mentales que padecen.

Existen casos muy sonados de enfermos mentales que terminan en la calle, como la famosa “Emperatriz”, una mujer de la tercera edad que por más de 30 años deambuló por las calles de la colonia Bella Vista, Juan R. Escudero, Hogar Moderno, Morelos, Cuauhtémoc, La Fábrica y sus alrededores en busca del pan de cada día.

Ella recuerda que fue enfermera de un hospital del municipio, sin embargo, su enfermedad la hace divagar y ni siquiera puede dar su nombre completo, pero asevera que tiene familia.

La mayoría de las personas que se encuentran en esta situación tienen algo en común, no recuerdan dónde viven, no saben cuándo nacieron y mucho menos si cuentan con un hogar al que llegar para refugiarse del frío, lluvia o los incandescentes rayos del sol, personas que la misma enfermedad los lleva a situaciones denigrantes como ofrecer su cuerpo a cambio de unas monedas, un plato de comida o hasta un cuarto de Resistol 5000.

Foto: Abraham Cortés | El Sol de Acapulco

El fundador de la asociación, Gustavo Teliz Hernández, aseguró que en la actualidad tienen bajo su cuidado a 15 personas enfermas mentales, debido a que no cuentan con apoyo gubernamental que amplíe el universo para incrementar los rescates. La manutención de cada uno de los pacientes requiere de mucho dinero.

“Son más de 100 personas que están en esta situación, es preocupante el asunto porque no hay autoridad que les brinde la mano para atender su problema, que les ayude a salir adelante a través de un tratamiento efectivo que les permita una vida digna”, puntualizó.


La vida de emperatriz cambió


“Perita”, como es conocida, hoy luce un rostro distinto, tiene un semblante más alineado y aunque su enfermedad mental parece ser irreversible, su actitud ha cambiado para bien luciendo limpia y bien alimentada.

Ella fue rescatada por la fundación, de la banqueta de la calle 8 en la colonia Juan R. Escudero donde vivía, para ser llevada al albergue ubicado en la zona Poniente de Acapulco, donde recibe alimento, techo y sabanas calientes que le permiten recostarse en blando a cualquier hora del día.

Foto: Abraham Cortés | El Sol de Acapulco

“Emperatriz” dice ser feliz a lado de sus 14 compañeros, incluso tiene la ilusión de tener una gran cena de navidad en este año para compartir el pan y la sal con sus cuidadores, aunque no recuerde ni como se llaman.

Ella como muchos otros, tienen familia, hijos, padres, tíos, primos, nietos, pero pareciera como si se los hubiera tragado la tierra, ya que no hay rastro de quien quiera hacerse cargo de su manutención y tratamiento, ni un peso quieren destinar a los enfermos mentales.

“La indiferencia es mucha, tanto de los familiares, como de la sociedad que mira a las personitas y no son quién, para ayudarlos, para darles un taco o un vaso de agua, solo los ignoran”, agregó Gustavo Teliz.


Si rescatamos enfermos mentales, asegura la autoridad


De acuerdo a la presidenta del patronato DIF Acapulco, Adriana Román Ocampo, este organismo ha rescatado a más 30 personas en situación de calle, cinco de ellos han sido remitidos a hospitales para su atención medica y posteriormente trasladados al “Cristo de la Misericordia”, albergue con el cual se tiene signado un convenio de colaboración a través del cual se otorga una cuota mensual que no fue dada a conocer.

Foto: Martín Gómez | El Sol de Acapulco

“Las enfermedades que han tenido estas personas son VIH, tuberculosis, neumonía, entre otras. También hemos tenido decesos de estas personas, ya recuperadas se reincorporan al Cristo de la Misericordia o incluso con algunos familiares, pero han fallecido porque las enfermedades que ellos tienen ya están muy avanzadas, son cuatro”, puntualizó.

Sin embargo, dicho esfuerzo parece no ser suficiente, ya que cada vez son más los enfermos mentales que se observan en las calles durmiendo sobre cartones en condiciones precarias, ciudadanos que también deberían tienen derechos y obligaciones.

Algunos de ellos, son traídos al puerto, engañados por sus familiares y abandonados a su suerte para quitarse de encima el peso de mantener a una persona en demencia.


CRISTO DE LA MISERICORDIA


Enclavado en la zona rural de Acapulco, se encuentra uno de los centros de rehabilitación para enfermos mentales más grandes, el “Cristo de la Misericordia” en el poblado de Tres Palos, el cual atiende a 139 mujeres y hombres que padecen de sus facultades mentales, muchos de ellos rescatados por sus familiares, vecinos o por el DIF.

Este lugar tiene 30 años de servicio ininterrumpido a la sociedad, sobreviviendo con donaciones altruistas y de la iglesia católica en el municipio, pero de las autoridades, solo ven recursos económicos debido al convenio que existe entre el Desarrollo Integral de la Familia para dar tratamiento y manutención a los enfermos mentales que este organismo rescata de las calles.

Foto: Martín Gómez | El Sol de Acapulco

“Esto es un trabajo de un gran equipo con la finalidad de mejorar la situación de quienes tienen alguna enfermedad mental, creo que nadie quisiera ver personas en situaciones difíciles, por eso nos esforzamos por darles lo mejor que podemos”, dijo Eva Glendia Testa Gómez, directora de la institución.

La encargada aseguró no recibir apoyo gubernamental y tan solo el recurso que ven del erario es por una “contrapestación” que ofrecen, debido a que el DIF ha canalizado a varios enfermos y dejan una cuota para su alimentación, además de que les proporcionan medicamentos.

Medio mareada por un problema de la presión arterial, Testa Gómez relató que es muy difícil preparar más de 400 platillos de comida diarios, sobre todo por el gasto económico que representa, por lo que llamó a la ciudadanía a no ser apática con las causas nobles como ésta y no ignorar a los enfermos que deambulan en las calles, debido a que son seres humanos que también necesitan ser apoyados.


PERSONAS EN SITUACION DE CALLE...

Acapulco, el puerto costero más importante de Guerrero, no solo enfrenta este problema de los enfermos mentales, sino también el de las personas en situación de calle, muchas de ellas viven debajo de los puentes o duermen en el zócalo o en playas, buscando una moneda diaria que les permita seguir subsistiendo ante la falta de apoyos que les ayude recibir una vida digna.

Foto: Martín Gómez | El Sol de Acapulco

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