Las dolencias del cuerpo por el paso de los años, no han minado la voluntad de don Francisco Ramírez Suástegui, de salir adelante y ganarse unos pesos con la venta de cigarros a turistas y residentes que recorren el malecón.
Con voz pausada y con problemas auditivos, este hombre adulto mayor llega temprano a ocupar una jardinera en el malecón, ahí coloca un armazón de fierro y lleva su mercancía que, arregla con esmero y la pone a la vista de sus potenciales clientes.
En breve entrevista, refiere que tiene un garrote de madera para encarar a quien quiera robarle, pues admitió que ya ha sido objeto de atracos, “pero ahora quien se acerque le doy su garrotazo”, dice un tanto retador.
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Pero no siempre se ha dedicado a vendedor informal, pues recuerda que antes era un buzo que lo mismo capturaba enormes peces y moluscos, como el pulpo y Langosta, pero la edad se le vino encima, acompañada con dolor en sus extremidades y sus brazos.
“Me duele mucho el brazo y no puedo caminar, pero tengo que vender cigarros, de eso me sostengo y con lo que me da de apoyo el gobierno, me ayuda para irla pasando”, precisa don Francisco Ramírez.
A pregunta desde cuando se dedica a la venta de cigarros, no pudo recordar la fecha, pero sí que aseguró que tiene ya varios años que llega al Malecón y ahí permanece todo el día, por la noche se retira en su silla de ruedas a descansar a su domicilio.
La entrevista se suspendió, debido a que por sus problemas auditivos no le fue posible responder por no captar las preguntas, por lo que se limitó a comentar que espera poder caminar, porque ahorita le duelen sus piernas y por eso usa una silla de ruedas, sin despegarse del garrote que utiliza para defenderse si lo quieren asaltar.