En la vida el chiste es de no rendirse y dar la mejor cara a la adversidad, para salir adelante y mantener la familia, es la filosofía de don Paco, uno de los taqueros más reconocidos de Acapulco.
En su puesto informal que instaló a un costado de la Unidad Deportiva "Jorge Campos Navarrete" de Ciudad Renacimiento, es fácil distinguirlo con su clásico: "pasele, pasele, pruebe los tacos de canasta, si no les gusta no me los pague, pero si les gustan me los paga doble".
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Amable pregunta: "De qué le sirvo joven, tengo de chicharrón, de mole, de papa, requesón, frijoles, carne, de barbacoa de chivo, no, de chivo no hay, no se dejó agarrar, ¿cuántas órdenes quiere?".
-No gracias, quería preguntarle desde cuándo se dedica a vender tacos de canasta...
Desde el 78, antes era contador, pero con mis ocho hermanos decidimos abrir el mercado y fuimos los primeros en vender con los diablitos para recorrer todo Acapulco.
-¿Cómo le ha ido?
Bien...
-No, con su negocio.
A veces bien y otras que no tenemos ni para comer, pero seguimos adelante y de aquí he costeado los estudios de mis hijos, tengo dos abogadas y una psicóloga.
-¿Cómo se llama su negocio?
Tacos Paco y Maxi Tacos, los otros son competencia, pero los nuestros son los mejores y nos encuentran ahí en la clínica 9 del Instituto Mexicano del Seguro Social.
-¿Qué tal les fue con la pandemia del Covid-19?
Bastante mal, casi año y medio sin poder trabajar, tenía que buscar el pesito para llevar de comer a mi casa, pero bendito sea Dios, pues ahorita nos está yendo bien.
¡Pruebe sus tacos de canasta!, sigue ofertando don Paco su producto mientras una de sus hijas atiende los pedidos que les hacen las personas que transitan por esa zona de Ciudad Renacimiento, protagonizando así su propia historia de vida.