Para muchas personas el ver llover les emociona y relaja, pero para doña Martina Castro Jimenez, de 76 años, no es el caso debido a que a ella le llueve por dentro y sus pocas “cositas” que tiene se le mojan, pues el huracán Otis derribó el techo de su hogar que era de lámina y madera.
Debido a sus múltiples enfermedades, después del meteoro sus hijos que viven en la Ciudad de México vinieron y se la llevaron y por ello, no se pudo censar y ahora sufre las consecuencias.
“No me dieron ni enseres, ni nada me apunte pero me dijeron espérese hasta que la llamen y nunca me llamaron, estoy esperando el apoyo, yo si necesito deberás porque mire mi casa cómo está cayéndose, la lona mire, de los aires se mete el agua”.
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Con dificultad asiste a las manifestaciones de los damnificados de Otis que no recibieron el paquete de enseres, pues constantemente tiene los pies hinchados por tantas enfermedades que padece como cirrosis hepática, diabetes, hipertensión, úlceras gástricas, entre otras.
Ya no estoy joven para andar en las protestas, somos pocos pero realmente lo necesitamos, que ellos vengan a ver y chequen que en verdad necesito el apoyo
Con dificultades económicas para comer, con solo dos camitas hechas por su hijo improvisadamente con madera, una estufa de mesa, unas sillas de plástico, una televisión prestada, es con lo que diariamente se enfrenta doña Martina.
Aunado al techo improvisado de lámina con agujeros y pequeños barrotes de madera así como una lona rota.
“Necesito que alguien de la presidencia se compadezca, necesito que me hagan caso, alguien de buen corazón, sino me dan dinero que me ayude a hacer mi casita de madera. Mire cómo vivo, no tenemos para comer nada, si recibo mi ayuda, mi pensión pero no alcanza para nada, pago agua y ya viene la luz”, pidió con mucha esperanza.
Las múltiples gotas de lluvia que caen en el interior de su vivienda por ese techo a medias que tiene, provocan que tenga que mover su cama para que no se moje, así como colocar plásticos en su estufa y televisión prestada para que no sean afectadas.
Doña Martina es madre de 6 hijos de los que solo le viven 5, actualmente vive con su hija Aracely, y su nieta, quien hace unos meses se vinieron a vivir con ella después de Otis para cuidarla, ya que ella no comparte la idea de vivir en otra ciudad que su Acapulco.