Desde hace 40 años, Juan Domínguez Lucena se dedica a tejer los tradicionales sillones Acapulco que han cruzado fronteras pues su trabajo está en un hogar, hoteles y restaurantes de clientes de diferentes estados así como en países de Estados Unidos, España, Italia y Japón, en este último lo han visitado algunos reporteros para hacerle un documental sobre la elaboración de esta artesanía.
En la glorieta de Aguas Blancas, entre la calle 16 de Septiembre en el barrio de la Fábrica, en la zona urbana de Acapulco, don Juan tiene su pequeño negocio con razón social “Sillones Tejidos Domínguez”, pasar por ahí es distraerte unos segundos porque verás a éste señor de 80 años trabajando.
A pesar de que la diabetes y el trabajo de soldadura por armar las piezas de los sillones de herrería y posteriormente tejer con tiras de vinil, le ha provocado perder poco a poco la vista, don Juan sigue tejiendo y vendiendo sus tradicionales sillas.
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Se guía por los nudos, se sabe de memoria las vueltas que tiene que hacerle a los más de diez diseños de sillas, pero Don Juan Domínguez dice que su vista ya no le ayuda, todo para él es borroso, pero él sigue trabajando para poder comer.
“Así como estoy con la vista mala yo he tejido estas sillas, voy contando con los dedos porque no alcanzó a ver las vueltas, estos sillones chicos tiene que llevar cinco vueltas y los grandes igual”.
Recuerda que sus sillas a la que le puso de nombre la Roqueta, las Brisas, Caleta, Horno, Pichilingüe y tiene más de 10 diseños como la forma de mecedora , alacrán de perno, huevo, bancas, media luna entre otros han adornado bares, restaurantes, los patios de una casa, incluso el hotel Boca Chica.
Junto con sus hijos ha enviado pedidos hasta de 20, 30 sillas, hasta 200 sillones y mesas con sillas a Cancún, Puebla, Monterrey, Ciudad de México aquí mismo en Acapulco y hasta para una empresa cervecera y para la casa de la cultura de Acapulco.
Sus clientes extranjeros se han llevado sus diseños de sillas a Italia, Estados Unidos y Japón.
Don Juan no se salvo del Covid -19 y estuvo muy enfermo, pero después de su tratamiento y haberse recuperado, sigue trabajando pero lamenta que por la pandemia las ventas bajaron y ahora se vende entre cinco a siete sillas o sillones a la semana, para él es muy poco.
El costo de una silla tejida por Don Juan Domínguez tiene un costo dependiendo del bordado desde 700 pesos hasta 8 mil pesos.
Reveló que tiene clientes de Estados Unidos que piden tejidos de sus sillones con colores que identifican a la comunidad LGTB y también de la bandera de Brasil.