Mantener el motor de tu auto limpio es tan importante como el cambio de aceite y del filtro. Si bien la acumulación de polvo y suciedad a corto plazo no afecta al funcionamiento, con el tiempo, puede generar una pérdida de refrigeración, lo que aumentará la temperatura del motor.
Además, si se acumula suciedad en el condensador de aire acondicionado, puede provocar la pérdida de cantidad de aire frío que ingresa al habitáculo, aumentando el consumo de combustible para lograr la temperatura deseada.
Para hacer una limpieza del motor se requiere algo más que echar agua; de hecho, no es recomendable hacerlo, ya que puede dañar los componentes eléctricos. Ten a la mano:
- Desengrasante para motor
- Aire comprimido
- Brocha
- Cepillo de dientes
- Espátula
- Trapos limpios
- Guantes
Inicia el trabajo una vez que esté frío el motor; aplica con un aspersor el desengrasante en la parte interna del cofre, talla la suciedad con el cepillo y retira con un trapo.
Para remover el exceso del polvo en los rincones, utiliza el aire comprimido; luego con un trapo humedecido en desengrasante retira lo que quede de polvo y grasa.
Una vez terminado esto, retira la tapa plástica que protege al motor y echa un poco de desengrasante. Retira con un trapo y las zonas difíciles puedes utilizar la brocha o el cepillo. Seca y pon nuevamente la tapa en su lugar.
Repite el proceso en válvulas y mangueras; cuida que no toque componentes eléctricos. Finalmente, pasa aire comprimido para retirar cualquier rastro de polvo y cierra el cofre.