/ sábado 5 de junio de 2021

Yo sí sé que necesita Acapulco

No se necesita ser candidato para presumir que se conoce las necesidades de nuestro puerto. En mi caso, como acapulqueño nacido en la colonia Progreso, sé lo que requerimos, no solo como necesidad de supervivencia, sino también para competir con otros destinos turísticos y generar empleos y bienestar.

Nuestro puerto se encuentra rezagado en infraestructura, seguridad y promoción turística, aunque esta última no se puede dar sin las primeras, por lo que se requiere urgentemente especial atención a estos rubros, máxime que Acapulco sostiene a la mayoría de los municipios del Estado.

Para nadie es un secreto que la hotelería no puede competir con otros destinos turísticos como Cancún, en virtud de que su infraestructura está vieja, oxidada, tiene artritis (empleados de avanzada edad).

A simple vista se aprecia la pedacera en edificaciones, así como en blancos y mobiliario. Esto sucede, porque los dueños y operadores de los hoteles no invierten en mantenimiento y modernización que se requiere.

Acapulco necesita y se merece una cirugía estética, de salud, cultural, social y económica para mantenerse en el gusto de los visitantes que aún nos prefieren por sobre otros destinos (bueno, porque es más barato, rápido y cercano).

Acapulco envejeció y tiene muchas dolencias que le impiden caminar en la dinámica de la tecnología moderna. Su infraestructura es caduca, no solo por la arquitectura de los hoteles y condominios, sino también por los servicios que presta.

La autoridad estatal y municipal conjuntamente con los empresarios y con el apoyo de la Federación deben modernizar el concepto de la marca Acapulco para volverse a posicionar en el gusto del turismo nacional y extranjero. ¿Qué es lo que el turista busca en un destino de playa?. Esa es la pregunta que debemos hacernos como vendedores.

El turismo juvenil anda en busca de los antros, clubs de playa y la bebida. Pues bueno, ahí los empresarios deben enfilar sus baterías y modernizar los ya existentes con buenos DJ’s y bartenders, albercas limpias, camastros y sombrillas nuevas.

Los deportistas buscan áreas para correr o caminar.

En estos casos el municipio debe abrir las calles para permitir que estas personas corran o caminen libremente, sin tanto comercio ambulante que obstruye las arterias.

Los amantes de los aparatos de ejercicio se volverían locos con algunos de ellos en las playas.

Los ciclistas piden ciclovías que, aunque ya hay alguna en la zona Dorada, también debe mejorarse la disque ciclopista que existe (sic) en el Malecón, consistente en solo una raya.

Los aventureros extremos están en pos de deportes de alto riesgo, como una tirolesa mucho menos cara que la ya existente.

Senderismo es otro deporte en boga que puede aperturarse en el Parque Nacional El Veladero, con la debida vigilancia del mismo Ejército Nacional.

No debemos olvidar el tema de las playas limpias, libres de descargas de aguas negras que contaminan la bahía, por lo que se requiere mayor número de plantas tratadoras de agua que impidan que las aguas crudas lleguen al mar.

Por otro lado, se necesita mudar las instalaciones de Pemex en Icacos, porque son un riesgo, una bomba de tiempo que mantiene latente el peligro para los vecinos. Ese terreno si llegase a mudar a Pemex, podría ser un parque temático moderno como un atractivo más.

Todo esto, debe estar acompañado por la seguridad en el puerto, mayor vigilancia por parte de la Secretaría de Seguridad Pública y porque no, la Marina, Ejército, Guardia Nacional.

Mayor cantidad de cámaras de vigilancia que cubran el territorio y las zonas de mayor riesgo. Modernización de las patrullas y equipo de los cuerpos de seguridad, así como la contratación de más policías jóvenes, sanos, con vocación de servicio para retirar a los obesos enfermos que son mayoría.

Calles con árboles que den sombra y hagan menos caliente las calles. Servicios de transporte limpio, seguro y hasta amigable con el medio ambiente.

Por último, el tema del agua que no es sencillo porque no hay. Desafortunadamente al estar el gobierno federal y estatal bajo las amenazas y los caprichos de unos cuantos vividores y delincuentes, se ha impedido que la presa La Parota se construya y por ello sufrimos el desabasto del vital líquido.

Más aún, se podría generar energía eléctrica que sirviera como argumento para solicitar una disminución en las tarifas eléctricas que hoy en día son impagables, así como generar múltiples empleos directos e indirectos. Ahí se los dejo de tarea a quienes sean electos como autoridades.

No se necesita ser candidato para presumir que se conoce las necesidades de nuestro puerto. En mi caso, como acapulqueño nacido en la colonia Progreso, sé lo que requerimos, no solo como necesidad de supervivencia, sino también para competir con otros destinos turísticos y generar empleos y bienestar.

Nuestro puerto se encuentra rezagado en infraestructura, seguridad y promoción turística, aunque esta última no se puede dar sin las primeras, por lo que se requiere urgentemente especial atención a estos rubros, máxime que Acapulco sostiene a la mayoría de los municipios del Estado.

Para nadie es un secreto que la hotelería no puede competir con otros destinos turísticos como Cancún, en virtud de que su infraestructura está vieja, oxidada, tiene artritis (empleados de avanzada edad).

A simple vista se aprecia la pedacera en edificaciones, así como en blancos y mobiliario. Esto sucede, porque los dueños y operadores de los hoteles no invierten en mantenimiento y modernización que se requiere.

Acapulco necesita y se merece una cirugía estética, de salud, cultural, social y económica para mantenerse en el gusto de los visitantes que aún nos prefieren por sobre otros destinos (bueno, porque es más barato, rápido y cercano).

Acapulco envejeció y tiene muchas dolencias que le impiden caminar en la dinámica de la tecnología moderna. Su infraestructura es caduca, no solo por la arquitectura de los hoteles y condominios, sino también por los servicios que presta.

La autoridad estatal y municipal conjuntamente con los empresarios y con el apoyo de la Federación deben modernizar el concepto de la marca Acapulco para volverse a posicionar en el gusto del turismo nacional y extranjero. ¿Qué es lo que el turista busca en un destino de playa?. Esa es la pregunta que debemos hacernos como vendedores.

El turismo juvenil anda en busca de los antros, clubs de playa y la bebida. Pues bueno, ahí los empresarios deben enfilar sus baterías y modernizar los ya existentes con buenos DJ’s y bartenders, albercas limpias, camastros y sombrillas nuevas.

Los deportistas buscan áreas para correr o caminar.

En estos casos el municipio debe abrir las calles para permitir que estas personas corran o caminen libremente, sin tanto comercio ambulante que obstruye las arterias.

Los amantes de los aparatos de ejercicio se volverían locos con algunos de ellos en las playas.

Los ciclistas piden ciclovías que, aunque ya hay alguna en la zona Dorada, también debe mejorarse la disque ciclopista que existe (sic) en el Malecón, consistente en solo una raya.

Los aventureros extremos están en pos de deportes de alto riesgo, como una tirolesa mucho menos cara que la ya existente.

Senderismo es otro deporte en boga que puede aperturarse en el Parque Nacional El Veladero, con la debida vigilancia del mismo Ejército Nacional.

No debemos olvidar el tema de las playas limpias, libres de descargas de aguas negras que contaminan la bahía, por lo que se requiere mayor número de plantas tratadoras de agua que impidan que las aguas crudas lleguen al mar.

Por otro lado, se necesita mudar las instalaciones de Pemex en Icacos, porque son un riesgo, una bomba de tiempo que mantiene latente el peligro para los vecinos. Ese terreno si llegase a mudar a Pemex, podría ser un parque temático moderno como un atractivo más.

Todo esto, debe estar acompañado por la seguridad en el puerto, mayor vigilancia por parte de la Secretaría de Seguridad Pública y porque no, la Marina, Ejército, Guardia Nacional.

Mayor cantidad de cámaras de vigilancia que cubran el territorio y las zonas de mayor riesgo. Modernización de las patrullas y equipo de los cuerpos de seguridad, así como la contratación de más policías jóvenes, sanos, con vocación de servicio para retirar a los obesos enfermos que son mayoría.

Calles con árboles que den sombra y hagan menos caliente las calles. Servicios de transporte limpio, seguro y hasta amigable con el medio ambiente.

Por último, el tema del agua que no es sencillo porque no hay. Desafortunadamente al estar el gobierno federal y estatal bajo las amenazas y los caprichos de unos cuantos vividores y delincuentes, se ha impedido que la presa La Parota se construya y por ello sufrimos el desabasto del vital líquido.

Más aún, se podría generar energía eléctrica que sirviera como argumento para solicitar una disminución en las tarifas eléctricas que hoy en día son impagables, así como generar múltiples empleos directos e indirectos. Ahí se los dejo de tarea a quienes sean electos como autoridades.