/ lunes 16 de agosto de 2021

¿Y la ley?

¿Ha llevado a sus hijos a un parque y los ha subido al juego del sube y baja? Si no, bastará con un recorrido mental por un parque de diversión y situar el juego que requiere, para que sea tal, de dos personas, cada cual en su asiento intentando vencer el peso del contrario. Si uno rompe abruptamente el juego el que está arriba cae estrepitosamente. Para que sea un juego de nivel deben subir y bajar cuando la barra está en equilibrio y se puede abordar sin mayor problema cada extremo y prácticamente con el mismo peso.

Algo así debe pasar en la política, para que ninguno de los extremos se suspenda en las alturas o en el suelo, o alguno, por permanecer en el suelo, toque la retirada y decida hacer caer al que está arriba, debe haber equilibrios, y esos los otorga la ley y los contrapesos.

Pero, ¿qué sucede cuando alguno de estos está ausente de la vida política?

Con mucha sorpresa la información de un "albazo" en el Poder Legislativo del estado de Durango, nos muestra cuando un poder busca ser totalitario y convertir un resultado electoral en un tema de su conveniencia y buscan no solo opacar, sino aniquilar a quien considera sus adversarios políticos, incluso si la ley haya legitimado su triunfo en urnas.

Es evidente que la vida interna del Congreso de Durango ha sido violentada con esta acción y que nos muestra cual será la ruta que intenta seguir los próximos años: control absoluto y si para hacerlo hay que usar a los representantes uniformados y hacer uso de gas para dispersar, comprobar que serán de asiduo más allá de la propia constitución.

Cuando los contrapesos se autocensuran por temor a que quien está arriba en el subibaja o balancín se enoje y muestre las consecuencias de ese encono con amenazas vistas en otros ejemplos, a quien están aniquilando es realmente al pueblo que, sin representantes formales, pierde también su voz y su voto.

Con temor, observo esta circunstancia. Con temor, mi edad me remonta a los no tan lejanos tiempos, cuando desde el centro del país se tomaban decisiones sobre una entidad y sus gobernantes y aplicaban como consecuencia al disentimiento la desaparición de poderes. Incluso los tiempos en los que para ser legislador se portaba arma o amparo.

Un dato surrealista sobre la desaparición de poderes en tres ocasiones a estos estados: Guerrero en cuatro (1941, 1954, 1960, 1975), Durango (1929,1935, 1966) y Guanajuato (1932, 1935, 1946). En el México contemporáneo “parecía” que en los estados de Tamaulipas y de Guanajuato, se pintaban características de este tipo, nos indican que esa figura está siendo rescatada de algún sótano que no tiene luz con toda la intención, porque se conoce el camino.

¿Hacia dónde debe caminar la ciudadanía, cuando quienes ejercen el poder se aferran a tomar decisiones hasta en el último segundo? Si la Ley no fuera importante la figura del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación estaría de más, y sus determinaciones, de menos. Como parece que está sucediendo en el estado de Guerrero.

¿Cuál es el rostro de un estado, de un país sin la vigencia de la Ley? ¿La anarquía?

Aún faltan algunos días para que conozcamos cómo será el comportamiento de ellos tendrán la responsabilidad de ejercer el poder, pero lo sucedido en Durango es grave, y sabremos también qué papelá la oposición. Sabremos si el sube y baja tendrá en el balancín rodeado a quienes deben mantener el peso y la cabeza abajo para sostener en el aire una figura. ¿Surrealismo?

¿Ha llevado a sus hijos a un parque y los ha subido al juego del sube y baja? Si no, bastará con un recorrido mental por un parque de diversión y situar el juego que requiere, para que sea tal, de dos personas, cada cual en su asiento intentando vencer el peso del contrario. Si uno rompe abruptamente el juego el que está arriba cae estrepitosamente. Para que sea un juego de nivel deben subir y bajar cuando la barra está en equilibrio y se puede abordar sin mayor problema cada extremo y prácticamente con el mismo peso.

Algo así debe pasar en la política, para que ninguno de los extremos se suspenda en las alturas o en el suelo, o alguno, por permanecer en el suelo, toque la retirada y decida hacer caer al que está arriba, debe haber equilibrios, y esos los otorga la ley y los contrapesos.

Pero, ¿qué sucede cuando alguno de estos está ausente de la vida política?

Con mucha sorpresa la información de un "albazo" en el Poder Legislativo del estado de Durango, nos muestra cuando un poder busca ser totalitario y convertir un resultado electoral en un tema de su conveniencia y buscan no solo opacar, sino aniquilar a quien considera sus adversarios políticos, incluso si la ley haya legitimado su triunfo en urnas.

Es evidente que la vida interna del Congreso de Durango ha sido violentada con esta acción y que nos muestra cual será la ruta que intenta seguir los próximos años: control absoluto y si para hacerlo hay que usar a los representantes uniformados y hacer uso de gas para dispersar, comprobar que serán de asiduo más allá de la propia constitución.

Cuando los contrapesos se autocensuran por temor a que quien está arriba en el subibaja o balancín se enoje y muestre las consecuencias de ese encono con amenazas vistas en otros ejemplos, a quien están aniquilando es realmente al pueblo que, sin representantes formales, pierde también su voz y su voto.

Con temor, observo esta circunstancia. Con temor, mi edad me remonta a los no tan lejanos tiempos, cuando desde el centro del país se tomaban decisiones sobre una entidad y sus gobernantes y aplicaban como consecuencia al disentimiento la desaparición de poderes. Incluso los tiempos en los que para ser legislador se portaba arma o amparo.

Un dato surrealista sobre la desaparición de poderes en tres ocasiones a estos estados: Guerrero en cuatro (1941, 1954, 1960, 1975), Durango (1929,1935, 1966) y Guanajuato (1932, 1935, 1946). En el México contemporáneo “parecía” que en los estados de Tamaulipas y de Guanajuato, se pintaban características de este tipo, nos indican que esa figura está siendo rescatada de algún sótano que no tiene luz con toda la intención, porque se conoce el camino.

¿Hacia dónde debe caminar la ciudadanía, cuando quienes ejercen el poder se aferran a tomar decisiones hasta en el último segundo? Si la Ley no fuera importante la figura del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación estaría de más, y sus determinaciones, de menos. Como parece que está sucediendo en el estado de Guerrero.

¿Cuál es el rostro de un estado, de un país sin la vigencia de la Ley? ¿La anarquía?

Aún faltan algunos días para que conozcamos cómo será el comportamiento de ellos tendrán la responsabilidad de ejercer el poder, pero lo sucedido en Durango es grave, y sabremos también qué papelá la oposición. Sabremos si el sube y baja tendrá en el balancín rodeado a quienes deben mantener el peso y la cabeza abajo para sostener en el aire una figura. ¿Surrealismo?