/ martes 15 de enero de 2019

Violeta del Anáhuac

Es el debate presidencial, la candidata y los candidatos se preparan para iniciar la exposición de lo que consideran su proyecto de gobierno, las y los mexicanos nos preparamos para saber qué idea de gobierno se implementará al triunfo electoral de 2012. Es el primer debate, es 7 de mayo de 2012. Gobierna el PAN en su segundo periodo presidencial. Andrés Manuel López Obrador va por el PRD en su segunda vuelta de campaña para obtener ese cargo, Josefina Vázquez Mota representa la opción de la continuidad del PAN, el PRI se pronuncia por Enrique Peña Nieto para recuperar el poder, y tras romper alianza con el tricolor, el Partido Nueva Alianza va solo en la contienda con un académico, Gabriel Quadri. El debate despierta interés.

Solo que, cuando conocer lo que proponen la y los candidatos es importante, una “mirada lasciva”, calificaron las redes, giró el resultado.

Quadri, el candidato de N.A., tomó el número que acreditaba su participación en el debate y siguió con la mirada a Julia “N”, la edecán que contrató el IFE para ayudar en la atención a la y los candidatos.

La mirada no pasó desapercibida. Quedó en el registro. Quadri, decían, es “ojo alegre”, y el partido para no caer tomó la actitud con un “Quadri es como tú y como yo”. Es decir, “era” aceptable la falta de respeto a la mujer.

Quadri logró con eso, no con sus propuestas que se decía solo eran para él, no con un debate que, decían, era consigo mismo y no con la y los demás candidatos, hacer que NA, el partido que acreditan maternidad a una lideresa magisterial, Elba Esther Gordillo, mantuviera su registro.

Pero “esa mirada” habló por sí misma de las prioridades que estaban en la cabeza del entonces candidato, el investigador que daba un salto a la vida política con esa posición dejando de lado a la militancia, mostró que si algo distinguía a Quadri era que no podía controlar lo que en el fondo tenía, su mirada era una falta de respeto en ese momento a la azafata que había sido contratada como edecán, que no era un reconocimiento a su belleza y con ello a la mujer, sino una actitud que lo revelaba como grosero y misógino.

Ahora, Quadri muestra otra faceta de su subconsciente. Odia a los estados de Guerrero, Oaxaca y Chiapas. Tres entidades de las 32 que conforman la República Mexicana. Y atribuye a estas tres una “carga” que ha impedido el desarrollo medio de la Nación, así como ser una potencia emergente. La mirada lasciva cambió por la mirada de desprecio. El desprecio por la mujer para vulnerarla con la mirada al considerarla solo objeto le ha sumado una actitud de misantropía, al mostrar ahora el odio hacia un sector importante del país que tienen un signo cultural e histórico, para situarlos en el de “carga”.

Que castigo debe tener Quadri. Odiar al país y vivir en él porque no tiene cualidades que le permitan desarrollarse en otro lugar, que terminará “zurrando”. Que pobreza moral la suya. Pero finalmente, que bueno que lo externo. Así en verdad se le conoce y no podrá fingir más lo que no es. Y no debemos sentirnos engañados si dice “perdón”, porque no lo sentirá, sino será para él conveniente. Que no vuelva a engañarnos, que la historia lo sitúe donde debe estar, un individuo con misantropía, que no vale la pena.

Es el debate presidencial, la candidata y los candidatos se preparan para iniciar la exposición de lo que consideran su proyecto de gobierno, las y los mexicanos nos preparamos para saber qué idea de gobierno se implementará al triunfo electoral de 2012. Es el primer debate, es 7 de mayo de 2012. Gobierna el PAN en su segundo periodo presidencial. Andrés Manuel López Obrador va por el PRD en su segunda vuelta de campaña para obtener ese cargo, Josefina Vázquez Mota representa la opción de la continuidad del PAN, el PRI se pronuncia por Enrique Peña Nieto para recuperar el poder, y tras romper alianza con el tricolor, el Partido Nueva Alianza va solo en la contienda con un académico, Gabriel Quadri. El debate despierta interés.

Solo que, cuando conocer lo que proponen la y los candidatos es importante, una “mirada lasciva”, calificaron las redes, giró el resultado.

Quadri, el candidato de N.A., tomó el número que acreditaba su participación en el debate y siguió con la mirada a Julia “N”, la edecán que contrató el IFE para ayudar en la atención a la y los candidatos.

La mirada no pasó desapercibida. Quedó en el registro. Quadri, decían, es “ojo alegre”, y el partido para no caer tomó la actitud con un “Quadri es como tú y como yo”. Es decir, “era” aceptable la falta de respeto a la mujer.

Quadri logró con eso, no con sus propuestas que se decía solo eran para él, no con un debate que, decían, era consigo mismo y no con la y los demás candidatos, hacer que NA, el partido que acreditan maternidad a una lideresa magisterial, Elba Esther Gordillo, mantuviera su registro.

Pero “esa mirada” habló por sí misma de las prioridades que estaban en la cabeza del entonces candidato, el investigador que daba un salto a la vida política con esa posición dejando de lado a la militancia, mostró que si algo distinguía a Quadri era que no podía controlar lo que en el fondo tenía, su mirada era una falta de respeto en ese momento a la azafata que había sido contratada como edecán, que no era un reconocimiento a su belleza y con ello a la mujer, sino una actitud que lo revelaba como grosero y misógino.

Ahora, Quadri muestra otra faceta de su subconsciente. Odia a los estados de Guerrero, Oaxaca y Chiapas. Tres entidades de las 32 que conforman la República Mexicana. Y atribuye a estas tres una “carga” que ha impedido el desarrollo medio de la Nación, así como ser una potencia emergente. La mirada lasciva cambió por la mirada de desprecio. El desprecio por la mujer para vulnerarla con la mirada al considerarla solo objeto le ha sumado una actitud de misantropía, al mostrar ahora el odio hacia un sector importante del país que tienen un signo cultural e histórico, para situarlos en el de “carga”.

Que castigo debe tener Quadri. Odiar al país y vivir en él porque no tiene cualidades que le permitan desarrollarse en otro lugar, que terminará “zurrando”. Que pobreza moral la suya. Pero finalmente, que bueno que lo externo. Así en verdad se le conoce y no podrá fingir más lo que no es. Y no debemos sentirnos engañados si dice “perdón”, porque no lo sentirá, sino será para él conveniente. Que no vuelva a engañarnos, que la historia lo sitúe donde debe estar, un individuo con misantropía, que no vale la pena.