/ lunes 4 de junio de 2018

Violeta del Anáhuac



En Guerrero, a decir del gobernador Héctor Astudillo Flores, son 30 los candidatos que cuentan con seguridad para realizar su campaña. Y hace un llamado a quienes buscan el voto ciudadano, "a colaborar para exponerse menos a agresiones" y en esa misma línea subraya "que en muchas ocasiones -las agresiones- no van contra ellos".

Hay puntos en el país acentuado en violencia. Nuestro estado es uno de ellos, y, lo reconoce el propio Jefe del Ejecutivo, al elaborar un mapa de riesgo para recomendar a candidatas y candidatos para hacer campaña, compartido con oportunidad con los representantes de los partidos políticos.

El reconocimiento de la violencia se convierte en un paso para atenderlo. Un lugar con violencia aislada sin duda se registra para conocer el contexto que la llevó a una reacción de esa naturaleza, pero una acción sistemática de violencia debe conducir a su estudio y a su atención, sobre todo, en un proceso electoral.

Y no es que no haya recorridos de los elementos de seguridad pública, y de los grupos de seguridad establecidos en Guerrero. Pero algo que ha llamado la atención y ha generado miedo es que, no ha disminuido y entre sus víctimas, la violencia ha cobrado la vida a candidatas y candidatos, y también ha ocasionado el retiro de la contienda a otros más.

Si el Gobernador del Estado habla de “colaborar para exponerse menos a agresiones”, y el tiene el pulso de la entidad, el tema cobra relevancia.

Sobre todo, porque no está claro que significa exponerse menos. Porque pudiéramos entenderla como la recomendación a las y los candidatos a no estar en zonas de riesgo. Y la pregunta sería, ¿cuál es la recomendación para hacer proselitismos en esos lugares?

Otra más estaría relacionada con el horario. Hay lugares en donde “grupos no identificados”, “recomiendan” a candidatas y candidatos, no hacer campaña después de las 5 de la tarde. Y hay quienes les “indican” qué colonia visitar y cuál no.

Pero también me preocupa cuando dice qué hay agresiones que no van hacia candidatos. Sería importante precisar de los que han caído víctimas de la delincuencia, cuáles no tenían como destinatario a quien representaba un partido en la contienda. Así, haciendo una distinción entre estos casos pudiéramos entender como sociedad cosas que están lejos de nuestro conocimiento real, pero igual genera estupor.

Porque como nunca antes, ésta contienda tiene manchas de sangre. Tiene olor a miedo, tiene desconfianza.

Por lo tanto, esta contienda tiene más retos que las anteriores. No solo porque sean limpias, transparentes, porque se de una gran participación el día de la jornada electoral, sino porque debe sumar que la calificación de la misma tenga la preservación de la vida.

Éste es un reto fundamental por atender. Uno que quisiéramos entender. Algo que quisiera la sociedad en general no tener. Y algo que recae en quien encabeza los destinos del estado y en quien se le calificará al final de todo.



En Guerrero, a decir del gobernador Héctor Astudillo Flores, son 30 los candidatos que cuentan con seguridad para realizar su campaña. Y hace un llamado a quienes buscan el voto ciudadano, "a colaborar para exponerse menos a agresiones" y en esa misma línea subraya "que en muchas ocasiones -las agresiones- no van contra ellos".

Hay puntos en el país acentuado en violencia. Nuestro estado es uno de ellos, y, lo reconoce el propio Jefe del Ejecutivo, al elaborar un mapa de riesgo para recomendar a candidatas y candidatos para hacer campaña, compartido con oportunidad con los representantes de los partidos políticos.

El reconocimiento de la violencia se convierte en un paso para atenderlo. Un lugar con violencia aislada sin duda se registra para conocer el contexto que la llevó a una reacción de esa naturaleza, pero una acción sistemática de violencia debe conducir a su estudio y a su atención, sobre todo, en un proceso electoral.

Y no es que no haya recorridos de los elementos de seguridad pública, y de los grupos de seguridad establecidos en Guerrero. Pero algo que ha llamado la atención y ha generado miedo es que, no ha disminuido y entre sus víctimas, la violencia ha cobrado la vida a candidatas y candidatos, y también ha ocasionado el retiro de la contienda a otros más.

Si el Gobernador del Estado habla de “colaborar para exponerse menos a agresiones”, y el tiene el pulso de la entidad, el tema cobra relevancia.

Sobre todo, porque no está claro que significa exponerse menos. Porque pudiéramos entenderla como la recomendación a las y los candidatos a no estar en zonas de riesgo. Y la pregunta sería, ¿cuál es la recomendación para hacer proselitismos en esos lugares?

Otra más estaría relacionada con el horario. Hay lugares en donde “grupos no identificados”, “recomiendan” a candidatas y candidatos, no hacer campaña después de las 5 de la tarde. Y hay quienes les “indican” qué colonia visitar y cuál no.

Pero también me preocupa cuando dice qué hay agresiones que no van hacia candidatos. Sería importante precisar de los que han caído víctimas de la delincuencia, cuáles no tenían como destinatario a quien representaba un partido en la contienda. Así, haciendo una distinción entre estos casos pudiéramos entender como sociedad cosas que están lejos de nuestro conocimiento real, pero igual genera estupor.

Porque como nunca antes, ésta contienda tiene manchas de sangre. Tiene olor a miedo, tiene desconfianza.

Por lo tanto, esta contienda tiene más retos que las anteriores. No solo porque sean limpias, transparentes, porque se de una gran participación el día de la jornada electoral, sino porque debe sumar que la calificación de la misma tenga la preservación de la vida.

Éste es un reto fundamental por atender. Uno que quisiéramos entender. Algo que quisiera la sociedad en general no tener. Y algo que recae en quien encabeza los destinos del estado y en quien se le calificará al final de todo.