/ jueves 11 de noviembre de 2021

Una propuesta inadmisible

Hace unos días un clérigo y un político importantes han coincidido en la propuesta de diálogo con grupos de civiles armados del crimen organizado. Esto, como un plan para acabar con la violencia que padece la sociedad guerrerense.

Tal propuesta independientemente que, de realizar, constituiría un delito, es absurda por no llamarle pésima . Esos grupos se disputan “plazas” para ejercer el control del trasiego de drogas y / o la extorsión (cobro de piso), el secuestro, entre otros delitos; ello les reporta fuertes cantidades de dinero , por eso están dispuestos a matarse.

¿Qué es lo que se negociaría en el mentado “diálogo”: que dejen esas actividades o que haya una “repartición” de territorio por municipios o por regiones?.

Sería terrible para la sociedad y para el Estado mexicano; y, en medio, como rehenes o como víctimas, los ciudadanos. O, sinceramente, ¿cree usted, estimado lector que, en el mejor de los casos, quienes hoy se dedican a esas actividades, aceptarían cesar en ellas y, por tanto, renunciar a las ganancias que obtienen? Lo dudo.

A la delincuencia se le combate de frente, haciendo valer las capacidades del Estado y sus instituciones; ante todo, las tareas de inteligencia (obtención, sistematización y uso de la información). El combate a la delincuencia no admite pactos , acuerdos o alianzas.

A la par de ello, deben fortalecerse las instituciones de seguridad pública , procuración y administración de justicia, depurando los procedimientos de selección, evaluación, capacitación y certificación de personal, con incentivos acordes a la función .

La sociedad y el gobierno no deben ceder ante ninguna instancia o grupo armado.

Si lo hiciéramos, sería la abdicación del Estado-Nación.

Hace unos días un clérigo y un político importantes han coincidido en la propuesta de diálogo con grupos de civiles armados del crimen organizado. Esto, como un plan para acabar con la violencia que padece la sociedad guerrerense.

Tal propuesta independientemente que, de realizar, constituiría un delito, es absurda por no llamarle pésima . Esos grupos se disputan “plazas” para ejercer el control del trasiego de drogas y / o la extorsión (cobro de piso), el secuestro, entre otros delitos; ello les reporta fuertes cantidades de dinero , por eso están dispuestos a matarse.

¿Qué es lo que se negociaría en el mentado “diálogo”: que dejen esas actividades o que haya una “repartición” de territorio por municipios o por regiones?.

Sería terrible para la sociedad y para el Estado mexicano; y, en medio, como rehenes o como víctimas, los ciudadanos. O, sinceramente, ¿cree usted, estimado lector que, en el mejor de los casos, quienes hoy se dedican a esas actividades, aceptarían cesar en ellas y, por tanto, renunciar a las ganancias que obtienen? Lo dudo.

A la delincuencia se le combate de frente, haciendo valer las capacidades del Estado y sus instituciones; ante todo, las tareas de inteligencia (obtención, sistematización y uso de la información). El combate a la delincuencia no admite pactos , acuerdos o alianzas.

A la par de ello, deben fortalecerse las instituciones de seguridad pública , procuración y administración de justicia, depurando los procedimientos de selección, evaluación, capacitación y certificación de personal, con incentivos acordes a la función .

La sociedad y el gobierno no deben ceder ante ninguna instancia o grupo armado.

Si lo hiciéramos, sería la abdicación del Estado-Nación.