/ viernes 19 de junio de 2020

Una lección suprema de política

Gilberto Rincón Gallardo fue compañero de Heberto Castillo, de Demetrio Vallejo y Valentín Campa y luchó junto con ellos por la reivindicación de los derechos de los ferrocarrileros. Junto con David Alfaro Siqueiros, Renato Leduc y Valentín Campa presentó su candidatura, en 1964, a diputado por parte del Frente Electoral del Pueblo. Formó parte de la dirigencia del partido comunista y también del partido socialista unificado de México; fue Diputado federal en la LV Legislatura. Tras su renuncia al PRD, formó el partido Democracia Social, que lo postuló como candidato a la presidencia de la república en el año dos mil. Lo que sigue es una cita de sus palabras en uno de los debates que tuvo con sus contrincantes: Cuauhtémoc Cárdenas, Vicente Fox, Francisco Labastida, Porfirio Muñoz Ledo, Manuel Camacho. En esta coyuntura política, donde un solo hombre pretende tener la verdad, la razón solo porque tiene el poder, las palabras de Rincón nos alertan y nos aleccionan. Cito:

“El verdadero cambio es aquél en el que participa toda la sociedad, todos los sectores productivos, todas las fuerzas políticas, todas las identidades sociales, todos los ciudadanos. El verdadero cambio es aquél que abre espacios para que la sociedad participe en la toma de decisiones que afectan a todos. . . quienes ofrecen el cambio no valoran que la sociedad ya cambió y se les olvida que el cambio no puede ser obra de un solo individuo; se les olvida que el cambio no tiene dueño. Decir el cambio ‘soy yo’-como lo proclama el presidente Andrés López- es lo más viejo que existe en la política mexicana. El cambio solo podremos lograrlo si impedimos que un solo individuo decida por todos. El verdadero cambio radica en acabar con las exclusiones. Que nadie vuelva a dejar fuera a las minorías políticas, a las mayorías sociales, a todos los que expresan el México diverso. Que nadie le quite los derechos a los votantes que perdieron una elección. El verdadero cambio es abrir espacios de participación para toda la sociedad.

Se ha preparado una trampa profundamente antidemocrática en la que no podemos caer: ahora se nos pretende hacer creer que en nuestro país no caben más que foxistas y labastidistas -como hoy el presidente López pretende que solo existan, lo que según su propia concepción (errónea y tergiversada), liberales y conservadores-. Qué peligroso para un país que en aras del cambio se busque cancelar las posibilidades de las minorías. . . El futuro solo podrá construirse con un cambio donde se respete el lugar de todos, porque en México ‘somos mucho más que dos’.”

Gilberto Rincón Gallardo fue compañero de Heberto Castillo, de Demetrio Vallejo y Valentín Campa y luchó junto con ellos por la reivindicación de los derechos de los ferrocarrileros. Junto con David Alfaro Siqueiros, Renato Leduc y Valentín Campa presentó su candidatura, en 1964, a diputado por parte del Frente Electoral del Pueblo. Formó parte de la dirigencia del partido comunista y también del partido socialista unificado de México; fue Diputado federal en la LV Legislatura. Tras su renuncia al PRD, formó el partido Democracia Social, que lo postuló como candidato a la presidencia de la república en el año dos mil. Lo que sigue es una cita de sus palabras en uno de los debates que tuvo con sus contrincantes: Cuauhtémoc Cárdenas, Vicente Fox, Francisco Labastida, Porfirio Muñoz Ledo, Manuel Camacho. En esta coyuntura política, donde un solo hombre pretende tener la verdad, la razón solo porque tiene el poder, las palabras de Rincón nos alertan y nos aleccionan. Cito:

“El verdadero cambio es aquél en el que participa toda la sociedad, todos los sectores productivos, todas las fuerzas políticas, todas las identidades sociales, todos los ciudadanos. El verdadero cambio es aquél que abre espacios para que la sociedad participe en la toma de decisiones que afectan a todos. . . quienes ofrecen el cambio no valoran que la sociedad ya cambió y se les olvida que el cambio no puede ser obra de un solo individuo; se les olvida que el cambio no tiene dueño. Decir el cambio ‘soy yo’-como lo proclama el presidente Andrés López- es lo más viejo que existe en la política mexicana. El cambio solo podremos lograrlo si impedimos que un solo individuo decida por todos. El verdadero cambio radica en acabar con las exclusiones. Que nadie vuelva a dejar fuera a las minorías políticas, a las mayorías sociales, a todos los que expresan el México diverso. Que nadie le quite los derechos a los votantes que perdieron una elección. El verdadero cambio es abrir espacios de participación para toda la sociedad.

Se ha preparado una trampa profundamente antidemocrática en la que no podemos caer: ahora se nos pretende hacer creer que en nuestro país no caben más que foxistas y labastidistas -como hoy el presidente López pretende que solo existan, lo que según su propia concepción (errónea y tergiversada), liberales y conservadores-. Qué peligroso para un país que en aras del cambio se busque cancelar las posibilidades de las minorías. . . El futuro solo podrá construirse con un cambio donde se respete el lugar de todos, porque en México ‘somos mucho más que dos’.”