Acapulco se encuentra al 70% de su ocupación hotelera y se espera que alcance hasta el 95% en lo que resta de las vacaciones de verano, una gran noticia reflejo de la reactivación económica del estado tras dos años de que el turismo fuera limitado debido a la pandemia por COVID.
La temporada vacacional ya corre, y los visitantes esperan un lugar activo que ofrezca experiencias seguras; calles iluminadas y vigiladas, playas limpias y supervisadas, actividad nocturna en la que el trabajo integrado entre empleados de bares, discotecas y restaurantes, policía y ciudadanía muestre orden, coordinación y profesionalismo.
La promoción turística del Triángulo del Sol de Guerrero —Acapulco, Zihuatanejo y Taxco— en Sudamérica ha sido central en el impulso al sector, principalmente con turistas de Colombia y Venezuela.
La reactivación del sector no pasa, entonces, únicamente por lo sanitario. Es un conjunto de actividades asertivas que proporcionan a los visitantes la percepción, que deben confirmar en su paso por el puerto, de que tendrán garantía de una grata experiencia.
Un factor clave es la seguridad, en la que las y los ciudadanos podemos colaborar. Las autoridades son las responsables, pero también la sociedad tiene el potencial de jugar un papel central en la misma, al influir sobre ellas para que los servicios respondan a las necesidades de las y los ciudadanos y turistas, y que estos servicios se proporcionen de manera transparente, eficiente y de acuerdo con la ley.
Por principio, la ciudadanía puede supervisar las acciones de la Policía Estatal y servir como un mecanismo de rendición de cuentas. Puede documentar las prácticas actuales, denunciar ante las autoridades o ante organismos como el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la CDMX, a través de su Línea de Seguridad y Chat de Confianza 55 5533 5533, las que considere inapropiadas o, por el contrario, reconociendo las que son eficientes.
De esta manera, se construye una asociación entre la policía y la comunidad, para prevenir delitos, reducir la delincuencia y promover la seguridad. Su función beneficia a todas y todos, y fortalece la reactivación económica.
El turismo representó para Guerrero, en las vacaciones decembrinas, una derrama económica superior a los 6 mil 766 millones de pesos, con una ocupación hotelera de 66 por ciento.
Las expectativas, ahora, ya son mayores.
