Uno de los mimos más serios, de entre fantásticos críticos de la política en carpas, fue Mario Moreno “Cantinflas”, y una de sus frases que representa la atención a una indicación es “a sus órdenes Jefe”. Sin ser mimo, porque su función es la de ser Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador apenas pisó tierra mexicana de su gira por los Estados Unidos y …¡zaz! Fue detenido ¡y extraditado al país vecino del norte! Rafael Caro quintero.
Con un mensaje corporal que denota miedo y sumisión, analizado por expertos, lejos de la prestancia de un Jefe de Estado que representa a una Nación, y tras una untadita de “pueblo” mexicano a quien le informó que el tema de migración formaba parte de su agenda, regresó al país donde debe cumplir con su responsabilidad de gobernar y dar resultados. Y así lo hizo:
“El objetivo fue localizado entre matorrales por un elemento canino de este Instituto, de nombre Max”, decía el comunicado de la SEMAR, Secretaría de Marina Armada de México para dar a conocer la detención de Rafael Caro Quintero, por quien la DEA, mantenía la “oferta” de dar 20 millones de dólares por su captura.
México se coloca nuevamente en el ojo del tema del narcotráfico. Y con ello, abre expedientes de nuestro país que quien sabe si la edad, a punto de cumplir 70 años, haga a Caro Quintero de su pecho una bodega.
México coloca uno de los objetivos mexicanos más solicitados por el Gobierno Estadounidense, Rafael Caro Quintero el otro que se dice está en expedientes según versiones de testigos, aún está pendiente, Manuel Bartlett.
Porqué vuelve a colocarse el tema del investigador de la DEA en la no agenda de los gobiernos mexicanos y estadounidenses? Porque ocupa dentro del gabinete una posición y en el primer círculo de poder una gran influencia el nombre de Manuel Bartlett, el personaje político que, dicen, ha sido mencionado por distintos testigos como parte del complot para “cobrar” con la vida a Enrique Camarena el golpe al narcotráfico más impactante de los años 80, con 10 mil toneladas de mariguana en el rancho El Búfalo, propiedad de Rafael Caro Quintero?.
El hecho le cobró la vida al agente de la DEA, Administración de Control de Drogas Estadounidense, Enrique Camarena Salazar, además del piloto mexicano Alfredo Zavala Avelar, que fueron secuestrados el 7 de febrero de 1985 en Guadalajara,Jalisco, y localizado los cuerpos en marzo del mismo año presentando, se dice, huellas “sádicas” de tortura. Una acción que provocó una de las mayores crisis en las relaciones binacionales entre México y Estados Unidos, y el crecimiento del Cártel de Guadalajara integrado por Ernesto Fonseca, don neto; Miguel Ángel Félix Gallardo, el jefe de jefes y Rafael Caro Quintero, el narco de narcos.
En 2013 Rafael Caro Quintero salió una madrugada del 9 de agosto por la puerta grande del penal donde purgaba sentencia de 40 años del que solo cumplió 28. La acción colocó en el fichero de búsqueda de los Estados Unidos su captura, lograda dos días después de la llegada a México, procedente de Estados Unidos del Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Rafael Caro Quintero deja tras de sí una huella de dolor con el fallecimiento de 14 elementos de la Marina que participarían en el operativo de su detención. Pero quizá pueda darse otra gran crisis, al menos al interior del gabinete de AMLO,si es que al “narco de narcos” no le alcanza la edad para buscar fugarse y decide que otro contemporáneo suyo lo acompañe si decide abrir la boca para que Manuel Bartlett comparezca ante un Gran Jurado. Por lo pronto puede decir AMLO“A sus órdenes Jefe”. Surrealismo?
