/ martes 20 de noviembre de 2018

Surrealismo Político

Doscientas setenta familias de tres comunidades con gran concentración población abandonaron Filo de Caballos, Los Morros y Campo de Aviación, sus lugares de origen. Se refugiaron en la cabecera municipal de su municipio, Leonardo Bravo. Quisieron regresar en una caravana escoltada, ráfagas de balas fue la reacción de quienes propiciaron su salida.

La Sierra del Estado de Guerrero ha estado sobreviviendo a una problemática, donde la siembra de amapola y el trasiego han cambiado la actividad ganadera y agrícola radicalmente.

La Sierra fue el lugar que proporcionó condiciones a la guerrilla de Lucio Cabañas para hacer de esa zona el escondite con condiciones para no ser alcanzado por la persecución del gobierno. Incluso se dijo que la carretera que enlaza Filo de Caballos con la sierra de la Costa Grande, se habría tendido para facilitar el desplazamiento de las fuerzas de seguridad en la tarea de seguridad de esa región, y en la búsqueda del Ing. Rubén Figueroa Figueroa, secuestrado por el célebre guerrillero de Atoyac.

De la Sierra ha bajado, por la altura sobre el nivel del mar en que se sitúa a unos dos mil 820 metros, el mejor durazno. Se ha cultivado el mejor café. Se ha cortado la mejor madera. La zona del durazno ha cedido su espacio al cultivo de mariguana, el aroma a cítricos ha cambiado por el fuerte aroma de una planta que ha sido visto más lúdica que medicinal. El café mantiene el cultivo, aunque muchos dicen que centrado en pocas manos y no ha logrado, a pesar de la gran calidad del grano y el maravilloso sabor, competir con otros granos mexicanos en el mercado de los buenos cafés. El corte de árboles ha pasado a ser una tala que ha tendido, como los demás temas de la región, muchas versiones, pero no se ha solucionado de fondo.

La Sierra además de ser una cordillera de vista formidable, enlaza estratégicamente a la zona centro, la norte, la tierra caliente y la costa grande. Sigue sin ser la Octava Región a pesar de que varios gobernadores la han declarado como tal. Tiene problemas para dar garantía a los servicios que puedan ser un detonante de progreso como los básicos, como son la educativa o salud, y que decir de los distintos programas que aplican los municipios que tienen en sus mapas a localidades de la Sierra. Pero no hay un detonante que permita encontrar la oportunidad de progreso alejada de temas como la siembra de estupefacientes.

Ahora un tema más álgido cobra fuerza. El control de la región por grupos armados que han generado violencia, han hecho salir de sus lugares a lugareños, han controlado las tierras de cultivo tradicional para su uso en una tradición que tiene ya en uso unos 30 años. Y que en los años recientes ha crecido hasta en las leyendas que surgen, el control de las zonas de acceso a la sierra, la posesión de las casas, el control de la vida de la región. Incluso las zonas mineras.

Tras un enfrentamiento los primeros días del mes, el 12 del mes en curso llegaron a Chichihualco, la obligada atención del gobierno del estado tuvo un roce en las formas y en la mediación con el gobierno municipal. La responsabilidad giró como bola en mesa de billar intentando hacer una banda de tres líneas y colocar una carambola: Municipio responsabilizando al Estado, el Estado diciendo que es asunto de seguridad Nacional. En medio ellos y ellas, niños, jóvenes, mujeres, adultos, en la incertidumbre sobre su presente e ignorando como trazar su futuro que en las ráfagas de esos grupos que todo lo saben, según se vio, enviaron el mensaje, no hay garantías inmediatas a su seguridad. ¿Surrealismo?

Doscientas setenta familias de tres comunidades con gran concentración población abandonaron Filo de Caballos, Los Morros y Campo de Aviación, sus lugares de origen. Se refugiaron en la cabecera municipal de su municipio, Leonardo Bravo. Quisieron regresar en una caravana escoltada, ráfagas de balas fue la reacción de quienes propiciaron su salida.

La Sierra del Estado de Guerrero ha estado sobreviviendo a una problemática, donde la siembra de amapola y el trasiego han cambiado la actividad ganadera y agrícola radicalmente.

La Sierra fue el lugar que proporcionó condiciones a la guerrilla de Lucio Cabañas para hacer de esa zona el escondite con condiciones para no ser alcanzado por la persecución del gobierno. Incluso se dijo que la carretera que enlaza Filo de Caballos con la sierra de la Costa Grande, se habría tendido para facilitar el desplazamiento de las fuerzas de seguridad en la tarea de seguridad de esa región, y en la búsqueda del Ing. Rubén Figueroa Figueroa, secuestrado por el célebre guerrillero de Atoyac.

De la Sierra ha bajado, por la altura sobre el nivel del mar en que se sitúa a unos dos mil 820 metros, el mejor durazno. Se ha cultivado el mejor café. Se ha cortado la mejor madera. La zona del durazno ha cedido su espacio al cultivo de mariguana, el aroma a cítricos ha cambiado por el fuerte aroma de una planta que ha sido visto más lúdica que medicinal. El café mantiene el cultivo, aunque muchos dicen que centrado en pocas manos y no ha logrado, a pesar de la gran calidad del grano y el maravilloso sabor, competir con otros granos mexicanos en el mercado de los buenos cafés. El corte de árboles ha pasado a ser una tala que ha tendido, como los demás temas de la región, muchas versiones, pero no se ha solucionado de fondo.

La Sierra además de ser una cordillera de vista formidable, enlaza estratégicamente a la zona centro, la norte, la tierra caliente y la costa grande. Sigue sin ser la Octava Región a pesar de que varios gobernadores la han declarado como tal. Tiene problemas para dar garantía a los servicios que puedan ser un detonante de progreso como los básicos, como son la educativa o salud, y que decir de los distintos programas que aplican los municipios que tienen en sus mapas a localidades de la Sierra. Pero no hay un detonante que permita encontrar la oportunidad de progreso alejada de temas como la siembra de estupefacientes.

Ahora un tema más álgido cobra fuerza. El control de la región por grupos armados que han generado violencia, han hecho salir de sus lugares a lugareños, han controlado las tierras de cultivo tradicional para su uso en una tradición que tiene ya en uso unos 30 años. Y que en los años recientes ha crecido hasta en las leyendas que surgen, el control de las zonas de acceso a la sierra, la posesión de las casas, el control de la vida de la región. Incluso las zonas mineras.

Tras un enfrentamiento los primeros días del mes, el 12 del mes en curso llegaron a Chichihualco, la obligada atención del gobierno del estado tuvo un roce en las formas y en la mediación con el gobierno municipal. La responsabilidad giró como bola en mesa de billar intentando hacer una banda de tres líneas y colocar una carambola: Municipio responsabilizando al Estado, el Estado diciendo que es asunto de seguridad Nacional. En medio ellos y ellas, niños, jóvenes, mujeres, adultos, en la incertidumbre sobre su presente e ignorando como trazar su futuro que en las ráfagas de esos grupos que todo lo saben, según se vio, enviaron el mensaje, no hay garantías inmediatas a su seguridad. ¿Surrealismo?