/ lunes 5 de noviembre de 2018

Surrealismo Politico

Las redes hicieron de un asalto una crítica. La crítica fue sobre la sorpresa que se llevó el asaltante a un autobús del transporte público del Estado de México, cuando entre los pasajeros se encontraba su progenitora y sin pensarlo se sacó el zapato y le propinó dos golpes en la cabeza al delincuente.

Sólo que, hay otro lado de esa nota que es importante ver y que debiera resaltarse porque se convierte en lección que le da su madre que asume “lo educó como Dios manda” y pide a los pasajeros denunciarlo luego de que ella misma llamara a la policía para entregarlo.

Lo dicho por la madre de este joven agarrado con las manos en el delito es valioso. Ella lo educó. Ella transmitió valores. ¿Qué sucedió con esos valores? Que la calle también influye en la formación de los jóvenes e influye de tal manera que puede modificar los valores.

A ese joven se le cayó la mentira sobre sus actividades. Pero evidentemente su mamá no piensa ser cómplice de su mal comportamiento y prefiere que reciba una lección que lo prive de la libertad ahora por un delito de asalto, a que la conducta de su hijo tenga difícil reversa hacia delitos más graves.

La lección de esta madre es importante resaltarlo, y debiera ser el tema en esas redes que reaccionaron en la risa por el chanclazo que por los valores que contempla la acción, además de la vergüenza que cruzó.

¿Cuál sería la reacción de otros padres ante un hecho similar? Hace unos años en Chilpancingo en una Escuela Secundaria una jovencita fue obligada a realizar un robo en una tienda como condición para ser aceptada en el grupo de amigas y en el equipo de trabajo del salón. Ante el miedo a un regaño de sus padres tuvo la confianza de acudir con los padres de una familia cercana a ellos que intervinieron en la Escuela, aunque la presión siguió y fue necesario cambiarla de grupo. Los valores de esta chica prevalecieron por sobre el miedo.

Ahora esta madre se eleva por sobre su propia vergüenza para darle a su hijo una lección. Ese camino no fue enseñado por ella. Ese anti valor no fue adquirido en su hogar. Y con esta acción, también le cerró las puertas a que en su hogar entrara dinero mal habido.

Si esta lección se generalizara. Si las madres y padres de jóvenes investigamos de dónde provienen los recursos de nuestros hijos, y observamos con inquietud un nivel de recursos superiores a los que genere un trabajo, y se cierra la puerta al ingreso de recursos de dudosa procedencia, se inhibirá la comisión del delito y se ayudará a prevenirlo.

Si los valores de la familia se rescatan, si no se supeditan a factores externos, no prosperará el delito. Habremos rescatado a nuestros hijos y empezaremos a girar la rueda de la violencia. Puede no ser de manera rápida, pero si sostenemos los valores, alcanzaremos a rescatar la responsabilidad que como familia tenemos también para combatir la inseguridad. ¿Surrealismo?

Las redes hicieron de un asalto una crítica. La crítica fue sobre la sorpresa que se llevó el asaltante a un autobús del transporte público del Estado de México, cuando entre los pasajeros se encontraba su progenitora y sin pensarlo se sacó el zapato y le propinó dos golpes en la cabeza al delincuente.

Sólo que, hay otro lado de esa nota que es importante ver y que debiera resaltarse porque se convierte en lección que le da su madre que asume “lo educó como Dios manda” y pide a los pasajeros denunciarlo luego de que ella misma llamara a la policía para entregarlo.

Lo dicho por la madre de este joven agarrado con las manos en el delito es valioso. Ella lo educó. Ella transmitió valores. ¿Qué sucedió con esos valores? Que la calle también influye en la formación de los jóvenes e influye de tal manera que puede modificar los valores.

A ese joven se le cayó la mentira sobre sus actividades. Pero evidentemente su mamá no piensa ser cómplice de su mal comportamiento y prefiere que reciba una lección que lo prive de la libertad ahora por un delito de asalto, a que la conducta de su hijo tenga difícil reversa hacia delitos más graves.

La lección de esta madre es importante resaltarlo, y debiera ser el tema en esas redes que reaccionaron en la risa por el chanclazo que por los valores que contempla la acción, además de la vergüenza que cruzó.

¿Cuál sería la reacción de otros padres ante un hecho similar? Hace unos años en Chilpancingo en una Escuela Secundaria una jovencita fue obligada a realizar un robo en una tienda como condición para ser aceptada en el grupo de amigas y en el equipo de trabajo del salón. Ante el miedo a un regaño de sus padres tuvo la confianza de acudir con los padres de una familia cercana a ellos que intervinieron en la Escuela, aunque la presión siguió y fue necesario cambiarla de grupo. Los valores de esta chica prevalecieron por sobre el miedo.

Ahora esta madre se eleva por sobre su propia vergüenza para darle a su hijo una lección. Ese camino no fue enseñado por ella. Ese anti valor no fue adquirido en su hogar. Y con esta acción, también le cerró las puertas a que en su hogar entrara dinero mal habido.

Si esta lección se generalizara. Si las madres y padres de jóvenes investigamos de dónde provienen los recursos de nuestros hijos, y observamos con inquietud un nivel de recursos superiores a los que genere un trabajo, y se cierra la puerta al ingreso de recursos de dudosa procedencia, se inhibirá la comisión del delito y se ayudará a prevenirlo.

Si los valores de la familia se rescatan, si no se supeditan a factores externos, no prosperará el delito. Habremos rescatado a nuestros hijos y empezaremos a girar la rueda de la violencia. Puede no ser de manera rápida, pero si sostenemos los valores, alcanzaremos a rescatar la responsabilidad que como familia tenemos también para combatir la inseguridad. ¿Surrealismo?