/ lunes 29 de octubre de 2018

Surrealismo Político

EL SOL DE ACAPULCO cumple 40 años de hacer periodismo en Guerrero, pero no sólo ha estado en los sucesos, sino que ha estado en la búsqueda de la transformación de esos sucesos. Mi reconocimiento y mi agradecimiento por abrirme sus páginas para, dentro de ellas, tomar la reflexión ciudadana y compartir su inquietud con sus lectores. Que haya más años.

La realidad que está cruzando en este momento el puerto de Acapulco está generando inquietud. Acepto que la violencia no es de este momento, como periodistas de años lo hemos sentido. Pero también en esa experiencia, permítanme plantear que esta realidad no es la deseada, y no es la misma. Nos lo dicen los propios hechos.

Me situaré en dos de los hechos violentos que ha generado, digamos, desaliento. El caso de Gabriel Soriano Kuri, y de César Zambrano Pérez. Dos muertes por arma de fuego. En dos ciudadanos que desarrollaban cada cual una tarea especial a favor del puerto. Una desde el cuidado técnico para que una señal de televisión y radio tenga calidad en la recepción, incluso en la apertura musical a un sector que ha sido marginado por el estilo de presentación. Y el otro hecho, el de un empresario que situó su labor generando empleos, apostándole desde su trinchera a la cultura, y a la filantropía.

La voz de trabajadores del sistema oficial del Gobierno del Estado a través del hoy llamado Instituto de Radio y Televisión, ha sido callada. El tema no ha sido olvidado. Están en sus labores cotidianas, pero los espacios de encuentros fuera de las instalaciones tienen el mismo sentido, el dolor por hacerles creer y hacer que así lo sostengan que la muerte de Gabriel fue “un incidente de tránsito”, en el que, claro, Gabriel sería el responsable.

No irán a paro. Están dentro de las instalaciones. Pero no están contentos, sino sometidos. La necesidad de “cuidar” sus empleos, frente a una gran demanda fuera ante tantas escuelas de Comunicación les hacen callar cualquier intento de protesta. Aunque saben que, si la violencia sigue, y en estos “incidentes de tránsito” pueda tocarles, nadie elevará la voz tampoco por ellos.

El del empresario se está situando en el del asalto. Un asalto a un empresario. Un personaje conocido y apreciado que no encontró la “casualidad” como el “incidente de tránsito”, sino que fuera de su casa, según los reportes, intentar defenderse le cuesta la vida.

En tanto la investigación arroja nuevos datos, quedémonos con esos. Sin embargo, si la realidad no se plantea como está, por supuesto no se transformará desde la raíz. Minimizado un hecho, tan lamentable como los anteriores, como el de las mujeres, la dimensión de la violencia carecerá de contexto y se tratará en ese carácter. Si quien o quienes dispararon contra Gabriel en ese “incidente de tránsito” están armados, también están llenos de violencia, quizá de hambre, de falta de oportunidades, de necesidades, pero no sabremos, sólo que su alta e incontenible carga de odio generó orfandad en donde sí les duele la partida y lo han manifestado, en su familia.

Si los empresarios son sorprendidos en sus domicilios, y no se revisa si hay investigación de los hábitos de ellos para sorprenderlos y arrebatarles lo que es producto de su esfuerzo, ¿quién querrá invertir? La realidad debe revelarse para transformarla, decía un ilustre guerrerense José Francisco Ruíz Massieu, pero parece que los líderes muertos son olvidados, no generan peso político. ¿Surrealismo?

Nuestra página editorial también está de luto. Descanse en paz el Arq. Miguel Ángel Lépez Vela, quien se nos adelantó en el camino, él, por un infarto.


EL SOL DE ACAPULCO cumple 40 años de hacer periodismo en Guerrero, pero no sólo ha estado en los sucesos, sino que ha estado en la búsqueda de la transformación de esos sucesos. Mi reconocimiento y mi agradecimiento por abrirme sus páginas para, dentro de ellas, tomar la reflexión ciudadana y compartir su inquietud con sus lectores. Que haya más años.

La realidad que está cruzando en este momento el puerto de Acapulco está generando inquietud. Acepto que la violencia no es de este momento, como periodistas de años lo hemos sentido. Pero también en esa experiencia, permítanme plantear que esta realidad no es la deseada, y no es la misma. Nos lo dicen los propios hechos.

Me situaré en dos de los hechos violentos que ha generado, digamos, desaliento. El caso de Gabriel Soriano Kuri, y de César Zambrano Pérez. Dos muertes por arma de fuego. En dos ciudadanos que desarrollaban cada cual una tarea especial a favor del puerto. Una desde el cuidado técnico para que una señal de televisión y radio tenga calidad en la recepción, incluso en la apertura musical a un sector que ha sido marginado por el estilo de presentación. Y el otro hecho, el de un empresario que situó su labor generando empleos, apostándole desde su trinchera a la cultura, y a la filantropía.

La voz de trabajadores del sistema oficial del Gobierno del Estado a través del hoy llamado Instituto de Radio y Televisión, ha sido callada. El tema no ha sido olvidado. Están en sus labores cotidianas, pero los espacios de encuentros fuera de las instalaciones tienen el mismo sentido, el dolor por hacerles creer y hacer que así lo sostengan que la muerte de Gabriel fue “un incidente de tránsito”, en el que, claro, Gabriel sería el responsable.

No irán a paro. Están dentro de las instalaciones. Pero no están contentos, sino sometidos. La necesidad de “cuidar” sus empleos, frente a una gran demanda fuera ante tantas escuelas de Comunicación les hacen callar cualquier intento de protesta. Aunque saben que, si la violencia sigue, y en estos “incidentes de tránsito” pueda tocarles, nadie elevará la voz tampoco por ellos.

El del empresario se está situando en el del asalto. Un asalto a un empresario. Un personaje conocido y apreciado que no encontró la “casualidad” como el “incidente de tránsito”, sino que fuera de su casa, según los reportes, intentar defenderse le cuesta la vida.

En tanto la investigación arroja nuevos datos, quedémonos con esos. Sin embargo, si la realidad no se plantea como está, por supuesto no se transformará desde la raíz. Minimizado un hecho, tan lamentable como los anteriores, como el de las mujeres, la dimensión de la violencia carecerá de contexto y se tratará en ese carácter. Si quien o quienes dispararon contra Gabriel en ese “incidente de tránsito” están armados, también están llenos de violencia, quizá de hambre, de falta de oportunidades, de necesidades, pero no sabremos, sólo que su alta e incontenible carga de odio generó orfandad en donde sí les duele la partida y lo han manifestado, en su familia.

Si los empresarios son sorprendidos en sus domicilios, y no se revisa si hay investigación de los hábitos de ellos para sorprenderlos y arrebatarles lo que es producto de su esfuerzo, ¿quién querrá invertir? La realidad debe revelarse para transformarla, decía un ilustre guerrerense José Francisco Ruíz Massieu, pero parece que los líderes muertos son olvidados, no generan peso político. ¿Surrealismo?

Nuestra página editorial también está de luto. Descanse en paz el Arq. Miguel Ángel Lépez Vela, quien se nos adelantó en el camino, él, por un infarto.