/ lunes 17 de septiembre de 2018

Surrealismo Político

Tomo el tema a pesar de que dicen voces que se niegan a decirlo públicamente, es un riesgo tocarlo. Agregan que puedes criticar al gobernador, pero no a su fiscal. Que se expone a la ira. Esto preocupa más. Sí hay temas que importan a la sociedad y no se abordan por miedo. ¿Qué le queda al pueblo que vive con temor a los grupos delincuenciales y también al poder? ¿Surrealismo?

Déjenme señalar por qué considero que sí debe ser abordado.

El fiscal de Guerrero es un joven profesionista que arriba a la cúspide de una estructura que muchos buscan y pocos alcanzan. No siempre es por la experiencia o la preparación. Debe haber otros factores, por ejemplo, ser conocido por quien gobierna, o por la línea de su familia. Y ahí se revisa lo demás, currículum y experiencia.

Sobre el fiscal de Guerrero hay quienes dicen que es por ésta última vía. Y que su currículum puede después fortalecerse, después, claro está, de este cargo.

Pero el señalamiento que ha lastimado la confianza social, no es la vía por la que se da su arribo, sino el que, en pocos meses de estar en ese cargo (cuatro meses) se haya hecho de una propiedad en Acapulco valuada en mas de 12 millones de pesos.

¿Cómo es que un funcionario puede hacerse de una casa en una zona de alta plusvalía si no se ha dado a conocer si la vía es por herencia o ayuda familiar? ¿Cómo puede hacerse de una buena casa si su salario le llevaría a trabajar 240 meses para pagar la residencia dedicado íntegramente a ese fin? De no tener una respuesta confiable, dejaría abierta una delicada puerta a la perversión de la justicia por manos ajenas a la misma.

Si sólo dejamos esas dos preguntas, ¿qué pasa por la mente del colectivo social para intentar encontrar respuestas, respuestas confiables?

A nuestro estado no le va muy bien con los temas de violencia. Hay temas que siguen vulnerando su estabilidad, los desaparecidos, el sonido de balas que refieren pobladores de la sierra, la dificultad para recobrar la tranquilidad en ciudades como Chilapa o San Miguel Totolapan, la impartición de justicia en temas llamados “delitos del fuero común” o los bloqueos con demandas que generan dudas sobre la forma correcta de la administración municipal, como Chilpancingo o Acapulco, ¿no vale la pena dejar de sumarle desconfianza desde el ejercicio del poder?

Reflexionar sobre el papel que le toca jugar en esta etapa donde el poder muestra cambios en su conformación política será fundamental para hacer que el señalamiento sea corregido.

Considerar que el cargo no es sólo una responsabilidad sino un compromiso con quien o quienes confiaron en él. Mirar hacia el futuro y ver en él su figura, con respeto, bien valen la pena a intentar hacer un cambio de vida a costa de la desconfianza en la procuración de la justicia. La verdad del hecho, corresponde a su persona su descargo. Pero el juicio es de la sociedad. ¿Surrealismo?

Tomo el tema a pesar de que dicen voces que se niegan a decirlo públicamente, es un riesgo tocarlo. Agregan que puedes criticar al gobernador, pero no a su fiscal. Que se expone a la ira. Esto preocupa más. Sí hay temas que importan a la sociedad y no se abordan por miedo. ¿Qué le queda al pueblo que vive con temor a los grupos delincuenciales y también al poder? ¿Surrealismo?

Déjenme señalar por qué considero que sí debe ser abordado.

El fiscal de Guerrero es un joven profesionista que arriba a la cúspide de una estructura que muchos buscan y pocos alcanzan. No siempre es por la experiencia o la preparación. Debe haber otros factores, por ejemplo, ser conocido por quien gobierna, o por la línea de su familia. Y ahí se revisa lo demás, currículum y experiencia.

Sobre el fiscal de Guerrero hay quienes dicen que es por ésta última vía. Y que su currículum puede después fortalecerse, después, claro está, de este cargo.

Pero el señalamiento que ha lastimado la confianza social, no es la vía por la que se da su arribo, sino el que, en pocos meses de estar en ese cargo (cuatro meses) se haya hecho de una propiedad en Acapulco valuada en mas de 12 millones de pesos.

¿Cómo es que un funcionario puede hacerse de una casa en una zona de alta plusvalía si no se ha dado a conocer si la vía es por herencia o ayuda familiar? ¿Cómo puede hacerse de una buena casa si su salario le llevaría a trabajar 240 meses para pagar la residencia dedicado íntegramente a ese fin? De no tener una respuesta confiable, dejaría abierta una delicada puerta a la perversión de la justicia por manos ajenas a la misma.

Si sólo dejamos esas dos preguntas, ¿qué pasa por la mente del colectivo social para intentar encontrar respuestas, respuestas confiables?

A nuestro estado no le va muy bien con los temas de violencia. Hay temas que siguen vulnerando su estabilidad, los desaparecidos, el sonido de balas que refieren pobladores de la sierra, la dificultad para recobrar la tranquilidad en ciudades como Chilapa o San Miguel Totolapan, la impartición de justicia en temas llamados “delitos del fuero común” o los bloqueos con demandas que generan dudas sobre la forma correcta de la administración municipal, como Chilpancingo o Acapulco, ¿no vale la pena dejar de sumarle desconfianza desde el ejercicio del poder?

Reflexionar sobre el papel que le toca jugar en esta etapa donde el poder muestra cambios en su conformación política será fundamental para hacer que el señalamiento sea corregido.

Considerar que el cargo no es sólo una responsabilidad sino un compromiso con quien o quienes confiaron en él. Mirar hacia el futuro y ver en él su figura, con respeto, bien valen la pena a intentar hacer un cambio de vida a costa de la desconfianza en la procuración de la justicia. La verdad del hecho, corresponde a su persona su descargo. Pero el juicio es de la sociedad. ¿Surrealismo?