/ martes 11 de septiembre de 2018

Surrealismo político

Nos es muy significativo a quienes vivimos en Guerrero, la celebración del Primer Congreso de Anáhuac, y con ello también, el reconocimiento de la grandeza del Generalísimo Morelos al dar sentido al movimiento armado independentista con Los Sentimientos de la Nación.

En el 205 aniversario de la promulgación de Los Sentimientos, podríamos preguntarnos qué tan vigente es ese sentido ideológico que caracterizó la lucha y dio forma a una naciente nación que caminaría ya sin la tutoría de la España. Qué tanto influyó en las generaciones futuras que se forjaran ideas claras, pre claras, con el sentido libertario, para forjar una ruta donde los más altos valores permitieran desde la libertad concebir una nación soberana, misma que no gozarían quienes enarbolaron las banderas, ni quienes sembraron los caminos de la independencia con su sangre, en el anonimato sus rostros y sus nombres para hacer un solo nombre, y un solo rostro que prevaleciera como México Independiente.

Nos acercamos a la celebración del 13 de septiembre. Habremos de ser testigos de un nuevo grupo de legisladoras y legisladores concitados en un Congreso que se suma a la historia que las Legislaturas han marcado en los años recientes. Desde aquel que diera igual número al PRI y al PRD y encabezara en su coordinación el difunto Armando Chavarría Barrera, hasta el que arriba con una mayoría en esta LVII Legislatura y que encabeza Morena, colocando al PRI en segunda fuerza, y que en sus primeros pasos logra acuerdos con los otros partidos dando cada cual vigor a sus iniciativas y a sus acuerdos.

Acudiremos, quizá también a santiguarnos, a la Catedral de Santa María de la Asunción, en ese mismo reciento que como parroquia fuera testigo de la voz firme con que se leyó el documento escrito por Don José María Morelos y Pavón, que algunos dicen fue en el Portal de las Flores en Oaxaca, en tanto Guerrero señala fue en la propia ciudad de Chilpancingo, y que se diera a conocer a los delegados, encabezados por el propio Morelos, Andrés Quintana Roo, Carlos María Bustamante, Ignacio López Rayón, José Manuel de Herrera, José María Liceaga, José Sixto Verduzco, los 23 puntos que constituyeron el proyecto de nación.

A 205 de darse a conocer, bien se puede fundamentar la historia de México en su reconstrucción política, todavía en Los Sentimientos de la Nación. No le es ajeno a nadie que su vigencia tiene raíz en su soporte de ser uno de los textos políticos que ayudaron a otros pueblos a direccionar su ruta de dominio y gobierno fuera de la injerencia.

Tal vez la historia aún tiene pendientes con quienes enarbolaron un estandarte con la imagen de la Virgen María de Guadalupe, y guiaron con fe un movimiento con rumbo, vale ahora pedir que quienes enarbolan banderas de progreso, de transformación y de cambio, vuelvan la mirada a un documento y a un personaje, que sigue vigente. Surrealismo, ¿no?

Nos es muy significativo a quienes vivimos en Guerrero, la celebración del Primer Congreso de Anáhuac, y con ello también, el reconocimiento de la grandeza del Generalísimo Morelos al dar sentido al movimiento armado independentista con Los Sentimientos de la Nación.

En el 205 aniversario de la promulgación de Los Sentimientos, podríamos preguntarnos qué tan vigente es ese sentido ideológico que caracterizó la lucha y dio forma a una naciente nación que caminaría ya sin la tutoría de la España. Qué tanto influyó en las generaciones futuras que se forjaran ideas claras, pre claras, con el sentido libertario, para forjar una ruta donde los más altos valores permitieran desde la libertad concebir una nación soberana, misma que no gozarían quienes enarbolaron las banderas, ni quienes sembraron los caminos de la independencia con su sangre, en el anonimato sus rostros y sus nombres para hacer un solo nombre, y un solo rostro que prevaleciera como México Independiente.

Nos acercamos a la celebración del 13 de septiembre. Habremos de ser testigos de un nuevo grupo de legisladoras y legisladores concitados en un Congreso que se suma a la historia que las Legislaturas han marcado en los años recientes. Desde aquel que diera igual número al PRI y al PRD y encabezara en su coordinación el difunto Armando Chavarría Barrera, hasta el que arriba con una mayoría en esta LVII Legislatura y que encabeza Morena, colocando al PRI en segunda fuerza, y que en sus primeros pasos logra acuerdos con los otros partidos dando cada cual vigor a sus iniciativas y a sus acuerdos.

Acudiremos, quizá también a santiguarnos, a la Catedral de Santa María de la Asunción, en ese mismo reciento que como parroquia fuera testigo de la voz firme con que se leyó el documento escrito por Don José María Morelos y Pavón, que algunos dicen fue en el Portal de las Flores en Oaxaca, en tanto Guerrero señala fue en la propia ciudad de Chilpancingo, y que se diera a conocer a los delegados, encabezados por el propio Morelos, Andrés Quintana Roo, Carlos María Bustamante, Ignacio López Rayón, José Manuel de Herrera, José María Liceaga, José Sixto Verduzco, los 23 puntos que constituyeron el proyecto de nación.

A 205 de darse a conocer, bien se puede fundamentar la historia de México en su reconstrucción política, todavía en Los Sentimientos de la Nación. No le es ajeno a nadie que su vigencia tiene raíz en su soporte de ser uno de los textos políticos que ayudaron a otros pueblos a direccionar su ruta de dominio y gobierno fuera de la injerencia.

Tal vez la historia aún tiene pendientes con quienes enarbolaron un estandarte con la imagen de la Virgen María de Guadalupe, y guiaron con fe un movimiento con rumbo, vale ahora pedir que quienes enarbolan banderas de progreso, de transformación y de cambio, vuelvan la mirada a un documento y a un personaje, que sigue vigente. Surrealismo, ¿no?