/ lunes 2 de abril de 2018

Surrealismo Político

Hoy es un día de conteo regresivo. No hay marcha atrás. Inexorable, el tiempo indica a quienes entraron a la elección, que ésta, no tiene similitud con otras, que sus contextos son distintos y, por lo tanto, el banderazo de arranque es el reto mismo de éste tiempo.

En todos los grupos que han mostrado los rostros y los nombres de ésta primer parte del proceso, donde están los que buscan ejecutar una partitura desde el concierto de la Cámara Alta, que sus historias son la presentación de su proyecto y que pesarán cuando la balanza incline su peso consciente en la elección.

Qué contexto será el que privilegia este proceso?. Éste es el segundo punto de la pugna por los espacios de representación popular que deben dirimir candidatas y candidatos. El primero, fue arribar a la boleta, pasar por el tamiz de los grupos dentro de los partidos políticos y después cruzarlos entre los que van por Coalición.

Los territorios mexicanos y guerrerenses tienen espacios definidos de suelo minado. Los pasos de las y los candidatos deben contar con la confianza de los grupos que coordinan las campañas, de los que conocen el terreno, de los que lo han caminado, y saben qué domina y quiénes controlan.

No solo aquellos socialmente aceptados como dirigentes de grupos. Los que han hecho presencia en otros momentos en los procesos y conocen quiénes son los que mueven los hilos del colectivo y quiénes son los que no pueden ser conducidos en masa. Sino también de aquellos que mantienen un control de zonas del estado a partir del miedo, lo que se ha llamado “mapa de riesgo”.

Este es el surrealismo que no ha permitido considerar la tranquilidad completa del proceso electoral en nuestro estado.

Un surrealismo que debe hacer construir estrategias distintas para alcanzar los objetivos planteados, salir con vida de las campañas, llevar una elección en paz, alcanzar un día de votación con marcos de confianza.

Algo que involucra al poder. El que se ejerce desde la representación ciudadana, y el que se ejerce a base del miedo.

En este día que refleja el arranque de las primeras campañas formales del proceso electoral se sentará un precedente que ayudará en la evaluación que cada candidato y candidata, que cada partido, cada Coalición realice la primera semana de trabajo formal.

Marcará la realidad del suelo que se pisa y mostrará un primer resultado de lo que puede ser el resto de la campaña.

Las estrategias podrán, a la luz de la realidad que se tenga en ésta semana, mostrar si el camino trazado es el adecuado, si las condiciones con las que se arranca la campaña corresponde a lo planeado, o si por el contrario, las condiciones del territorio obligan a realizar los cambios.

En el escenario deseable, todos esperamos que sea el voto quien muestre qué quiere en este momento el gran electorado, que salgan bien, que no haya riesgos sobre candidatos y equipos de campaña, si hay que cambiar estrategias, deben hacerse y esto será lo que la primer semana de trabajo formal indique. Si debe cambiar la ruta, hay que hacerlo, pero no el objetivo: una elección en paz. Surrealismo?.

Hoy es un día de conteo regresivo. No hay marcha atrás. Inexorable, el tiempo indica a quienes entraron a la elección, que ésta, no tiene similitud con otras, que sus contextos son distintos y, por lo tanto, el banderazo de arranque es el reto mismo de éste tiempo.

En todos los grupos que han mostrado los rostros y los nombres de ésta primer parte del proceso, donde están los que buscan ejecutar una partitura desde el concierto de la Cámara Alta, que sus historias son la presentación de su proyecto y que pesarán cuando la balanza incline su peso consciente en la elección.

Qué contexto será el que privilegia este proceso?. Éste es el segundo punto de la pugna por los espacios de representación popular que deben dirimir candidatas y candidatos. El primero, fue arribar a la boleta, pasar por el tamiz de los grupos dentro de los partidos políticos y después cruzarlos entre los que van por Coalición.

Los territorios mexicanos y guerrerenses tienen espacios definidos de suelo minado. Los pasos de las y los candidatos deben contar con la confianza de los grupos que coordinan las campañas, de los que conocen el terreno, de los que lo han caminado, y saben qué domina y quiénes controlan.

No solo aquellos socialmente aceptados como dirigentes de grupos. Los que han hecho presencia en otros momentos en los procesos y conocen quiénes son los que mueven los hilos del colectivo y quiénes son los que no pueden ser conducidos en masa. Sino también de aquellos que mantienen un control de zonas del estado a partir del miedo, lo que se ha llamado “mapa de riesgo”.

Este es el surrealismo que no ha permitido considerar la tranquilidad completa del proceso electoral en nuestro estado.

Un surrealismo que debe hacer construir estrategias distintas para alcanzar los objetivos planteados, salir con vida de las campañas, llevar una elección en paz, alcanzar un día de votación con marcos de confianza.

Algo que involucra al poder. El que se ejerce desde la representación ciudadana, y el que se ejerce a base del miedo.

En este día que refleja el arranque de las primeras campañas formales del proceso electoral se sentará un precedente que ayudará en la evaluación que cada candidato y candidata, que cada partido, cada Coalición realice la primera semana de trabajo formal.

Marcará la realidad del suelo que se pisa y mostrará un primer resultado de lo que puede ser el resto de la campaña.

Las estrategias podrán, a la luz de la realidad que se tenga en ésta semana, mostrar si el camino trazado es el adecuado, si las condiciones con las que se arranca la campaña corresponde a lo planeado, o si por el contrario, las condiciones del territorio obligan a realizar los cambios.

En el escenario deseable, todos esperamos que sea el voto quien muestre qué quiere en este momento el gran electorado, que salgan bien, que no haya riesgos sobre candidatos y equipos de campaña, si hay que cambiar estrategias, deben hacerse y esto será lo que la primer semana de trabajo formal indique. Si debe cambiar la ruta, hay que hacerlo, pero no el objetivo: una elección en paz. Surrealismo?.