/ martes 11 de septiembre de 2018

Sin gafete en República

La presidenta del CEN del PRI, la senadora Claudia Ruiz Massieu, recorre el país. La razón, ha lanzado convocatorias para escuchar la voz de la militancia priista que aún queda, y preguntar a ellos su opinión sobre el rumbo hacia dónde caminará el tricolor para los nuevos tiempos que le marcó en la elección del 1ro. de julio pasado.

El papel que juega no es el más sencillo de la historia del tricolor. La frágil memoria, la que sólo la ubica como presidenta, le acomoda el fracaso del partido en las urnas y deja la revisión en sus hombros, y en sus mejillas el golpe del infortunio.

No sólo la militancia. En un pasaje que no registré, pero que no pasó por alto de la mirada de los analistas políticos, refieren que en su Sexto Informe el presidente Peña no la saludó. Algo que en política se ha tomado como una lectura de la distancia que hace el mandatario federal, no sólo de su partido, sino de la dirigencia actual. Donde los más enterados señalan que obedece a la no coincidencia de la posición que fijara en nombre de su partido en la instalación del Congreso como LIV Legislatura, y que expusiera razones del revés que el voto duro hiciera con el tricolor negándole la posibilidad de seguir en el gobierno, al menos en este periodo inmediato.

No solo él. Otros grupos atribuyen a la nueva dirigencia la debacle. En Guerrero se señalan algunas voces que sin revisar los tiempos de la caída del PRI en él ánimo electoral, le han negado a la dirigente “ni herencia de afecto ni de talento”, mientras ella con la cabeza en alto escucha y sigue en el proyecto en el que fijó cumplir el último año del periodo que inició Manlio Fabio Beltrones.

En tanto, militantes que han gozado de las mieles del poder consideran que explotando la palabra desde el hígado pueden hacer los cambios, desde la cabeza, la senadora ha llamado a la militancia a estar en los foros.

Desde esta trinchera se observa firme y con ello, otorga a la militancia que aún permanece de pie, la seguridad de que sabe que, por fin, escuchando a la ciudadanía, podrían hacer que el tricolor se mantenga como partido de opción para la siguiente elección. Con la herencia de su padre, abre, por fin, a la militancia, la visión del cambio del que hablaba José Francisco Ruiz Massieu y que no se hizo a tiempo dándole la razón de ser cambiados si la esencia mantenía el mismo tono de poder.

Los tiempos por venir serán interesantes. Habremos de ver de qué materia política están hechos los que están viviendo de la política. Habremos de ver qué comportamiento tienen como oposición. Sabremos qué tipo de propuestas defenderán para el país, y hacia dónde conducirán una militancia maltrecha que espera dejen de tirarse tierra para encarar con experiencia los nuevos tiempos, así como los demás partidos, antes de que la sociedad determine no darles más su confianza.

La presidenta del CEN del PRI, la senadora Claudia Ruiz Massieu, recorre el país. La razón, ha lanzado convocatorias para escuchar la voz de la militancia priista que aún queda, y preguntar a ellos su opinión sobre el rumbo hacia dónde caminará el tricolor para los nuevos tiempos que le marcó en la elección del 1ro. de julio pasado.

El papel que juega no es el más sencillo de la historia del tricolor. La frágil memoria, la que sólo la ubica como presidenta, le acomoda el fracaso del partido en las urnas y deja la revisión en sus hombros, y en sus mejillas el golpe del infortunio.

No sólo la militancia. En un pasaje que no registré, pero que no pasó por alto de la mirada de los analistas políticos, refieren que en su Sexto Informe el presidente Peña no la saludó. Algo que en política se ha tomado como una lectura de la distancia que hace el mandatario federal, no sólo de su partido, sino de la dirigencia actual. Donde los más enterados señalan que obedece a la no coincidencia de la posición que fijara en nombre de su partido en la instalación del Congreso como LIV Legislatura, y que expusiera razones del revés que el voto duro hiciera con el tricolor negándole la posibilidad de seguir en el gobierno, al menos en este periodo inmediato.

No solo él. Otros grupos atribuyen a la nueva dirigencia la debacle. En Guerrero se señalan algunas voces que sin revisar los tiempos de la caída del PRI en él ánimo electoral, le han negado a la dirigente “ni herencia de afecto ni de talento”, mientras ella con la cabeza en alto escucha y sigue en el proyecto en el que fijó cumplir el último año del periodo que inició Manlio Fabio Beltrones.

En tanto, militantes que han gozado de las mieles del poder consideran que explotando la palabra desde el hígado pueden hacer los cambios, desde la cabeza, la senadora ha llamado a la militancia a estar en los foros.

Desde esta trinchera se observa firme y con ello, otorga a la militancia que aún permanece de pie, la seguridad de que sabe que, por fin, escuchando a la ciudadanía, podrían hacer que el tricolor se mantenga como partido de opción para la siguiente elección. Con la herencia de su padre, abre, por fin, a la militancia, la visión del cambio del que hablaba José Francisco Ruiz Massieu y que no se hizo a tiempo dándole la razón de ser cambiados si la esencia mantenía el mismo tono de poder.

Los tiempos por venir serán interesantes. Habremos de ver de qué materia política están hechos los que están viviendo de la política. Habremos de ver qué comportamiento tienen como oposición. Sabremos qué tipo de propuestas defenderán para el país, y hacia dónde conducirán una militancia maltrecha que espera dejen de tirarse tierra para encarar con experiencia los nuevos tiempos, así como los demás partidos, antes de que la sociedad determine no darles más su confianza.