/ lunes 6 de julio de 2020

Seguir adelante

Seguir es un acto que va más allá de los sentimientos o contextos que puedan embargarnos. Seguir no significa que estemos en las mejores condiciones físicas e incluso mentales o emocionales. Seguir es simplemente algo que ha imperado en el tiempo y nos hace contarlo en días y en circunstancias.

El universo nos ha mostrado una hermosa luna llena y la combinó con un eclipse. Nos ha mostrado que el tiempo, inexorablemente, avanza. Y nos indica que claudicar no es una opción.

La prueba a la que nos ha sometido la vida a todas y todos por el COVID-19, no ha sido fácil. En todos los aspectos ha sido acompañada de incertidumbre, miedo, dolor. La diferencia para quienes somos mortales ciudadanos expuestos a la realidad, que debemos trabajar para cubrir necesidades básicas, cubrir los preceptos tributarios y ser parte de una sociedad, es la forma en que la asumimos y en ella encontramos la neofilia, la neofobia y la nosofobia, como formas de asumir lo neo=nuevo.

En algún momento de nuestra existencia hemos experimentado neofobia y se ha antepuesto el miedo ante el necesario impulso de no claudicar. Su presencia se da en todas las etapas de nuestra vida, desde el momento preciso en que debemos realizar una actividad nueva o de realizar un cambio, por ejemplo iniciar un nuevo empleo o el ingreso a cualquier nivel educativo. La neofobia puede ser tan limitante que no mediaría entre ella y la necesidad de enfrentar una acción de triunfo más que el propio dominio de la mente, se dice fácil.

En cambio hay quienes encuentran en lo nuevo una explosiva emoción que es llamada neofilia y que ha sido estudiada, en datos públicos, como el deseo de tener lo más reciente de algo, y la tecnología ha sido su espacio más propicio aunque medie en ello un lapso muy breve de tiempo, es como alcanzar un triunfo –sin tomar en cuenta la obsesión por lo nuevo que es otro estudio de la psique-.

La nosofobia y su deseo de estar en un espacio controlado por uno mismo, puede presentarse en algún momento como limitante para avanzar.

Que podríamos sacar de estos tres conceptos en este tiempo de pandemia, cuando no ha disminuido el número de contagios, cuando el número de decesos no se apuntala en una cifra y cada conversación conduce al conocimiento de casos que quedan en el sub registro, sobre todo por miedo a ser estigmatizados?

Tomar la neofilia como un impulso., y no como llaman científicos adolescencia percibida, puede ser una forma interesante para enfrentar lo que tenemos ya con nosotros y que el gobierno la refiere a través de los colores marcados para la acción e inacción social en el semáforo epidemiológico que hemos visto mover, por las cifras existentes y comparativas del registro, más por la acción política que por la científica. Sino enfrentamos la neofobia que ha provocado la pandemia con el impulso para avanzar, perderemos un tiempo valioso para actuar con consciencia, el pago puede ser difícil. Surrealismo?

Seguir es un acto que va más allá de los sentimientos o contextos que puedan embargarnos. Seguir no significa que estemos en las mejores condiciones físicas e incluso mentales o emocionales. Seguir es simplemente algo que ha imperado en el tiempo y nos hace contarlo en días y en circunstancias.

El universo nos ha mostrado una hermosa luna llena y la combinó con un eclipse. Nos ha mostrado que el tiempo, inexorablemente, avanza. Y nos indica que claudicar no es una opción.

La prueba a la que nos ha sometido la vida a todas y todos por el COVID-19, no ha sido fácil. En todos los aspectos ha sido acompañada de incertidumbre, miedo, dolor. La diferencia para quienes somos mortales ciudadanos expuestos a la realidad, que debemos trabajar para cubrir necesidades básicas, cubrir los preceptos tributarios y ser parte de una sociedad, es la forma en que la asumimos y en ella encontramos la neofilia, la neofobia y la nosofobia, como formas de asumir lo neo=nuevo.

En algún momento de nuestra existencia hemos experimentado neofobia y se ha antepuesto el miedo ante el necesario impulso de no claudicar. Su presencia se da en todas las etapas de nuestra vida, desde el momento preciso en que debemos realizar una actividad nueva o de realizar un cambio, por ejemplo iniciar un nuevo empleo o el ingreso a cualquier nivel educativo. La neofobia puede ser tan limitante que no mediaría entre ella y la necesidad de enfrentar una acción de triunfo más que el propio dominio de la mente, se dice fácil.

En cambio hay quienes encuentran en lo nuevo una explosiva emoción que es llamada neofilia y que ha sido estudiada, en datos públicos, como el deseo de tener lo más reciente de algo, y la tecnología ha sido su espacio más propicio aunque medie en ello un lapso muy breve de tiempo, es como alcanzar un triunfo –sin tomar en cuenta la obsesión por lo nuevo que es otro estudio de la psique-.

La nosofobia y su deseo de estar en un espacio controlado por uno mismo, puede presentarse en algún momento como limitante para avanzar.

Que podríamos sacar de estos tres conceptos en este tiempo de pandemia, cuando no ha disminuido el número de contagios, cuando el número de decesos no se apuntala en una cifra y cada conversación conduce al conocimiento de casos que quedan en el sub registro, sobre todo por miedo a ser estigmatizados?

Tomar la neofilia como un impulso., y no como llaman científicos adolescencia percibida, puede ser una forma interesante para enfrentar lo que tenemos ya con nosotros y que el gobierno la refiere a través de los colores marcados para la acción e inacción social en el semáforo epidemiológico que hemos visto mover, por las cifras existentes y comparativas del registro, más por la acción política que por la científica. Sino enfrentamos la neofobia que ha provocado la pandemia con el impulso para avanzar, perderemos un tiempo valioso para actuar con consciencia, el pago puede ser difícil. Surrealismo?