/ jueves 19 de octubre de 2023

Realpolitik | El Poder a la calle

Como muchos otros afectados por las políticas públicas del presidente Andrés Manuel López Obrador, los trabajadores del Poder Judicial de la Federación salieron a la calle a protestar en solitario. Las manifestaciones en contra de la desaparición de 13 fideicomisos, entre ellos los que afectan directamente el salario de los trabajadores de ese Poder.

El presidente López Obrador ha usado el mismo discurso justificatorio que con otras políticas de recorte económico, en los que asegura que se trata de supuestos privilegios de la burocracia dorada, que en la realidad se trata de recortes de personal. La misma narrativa de la propaganda oficial, en la que asegura que los presupuestos que se utilizan son muy altos y que por lo tanto se deben disminuir para sus políticas de asistencia social.

Al movimiento de reclamo de los trabajadores del Poder Judicial el titular del Poder Ejecutivo ha machacado su mismo discurso que se trata de los beneficiarios que defienden sus privilegios. Pero no, quienes protestan son los trabajadores afectados al igual que otros miembros de los organismos que han sufrido los embates del gobierno federal.

Inicialmente el presidente aseguraba que con el dinero que saliera del combate a la corrupción, la suspensión de los moches para obras alcanzaría para sus políticas asistencialistas, pero a estas alturas se ha visto que no. Ha metido o ha intentado meter mano a muchas bolsas y provocar recortes de personal.

En las protestas de los trabajadores que se han dado en los últimos días de esta semana, son empleados del Poder Judicial de diferentes niveles. Apenas algunos de las altas esferas se han amparado por la eliminación de los fideicomisos, cuyo monto es de 15 mil millones de pesos al Poder Judicial de la Federación.

Las cuentas pendientes que tiene el titular del Ejecutivo contra el Poder Judicial los trata de resolver de la peor manera, porque se trata de familias que están sufriendo un ataque a su patrimonio salarial, aun cuando existan simpatizantes que le compren el discurso; el presidente está añadiendo votos en contra a su candidata.

Este ajuste que busca el presidente al intentar someter al Poder Judicial va en contra del espíritu de la división de poderes de la República, que funciona como frenos y contrapesos al poder absoluto que se generaría en un solo Poder.

Al tener la mayoría al Poder Legislativo de su lado y buscar controlar el Judicial, lo que busca este Ejecutivo es centralizar todo el poder posible, lo cual es riesgoso para la democracia. Incluso igual de riesgoso para aquellos que ahora están de acuerdo con estas acciones.

Y representa un peligro para quienes ahora apoyan la centralización del poder, porque no todos los que forman parte la corte presidencial podrán mantenerse en el gusto y humor presidencial. En toda corte hay complots, intrigas, que terminan en la purga del grupo en el poder.

Por ahora es un Poder el que está saliendo a la calle a protestar, en solitario; como en su momento lo hicieron los trabajadores del Instituto Nacional Electoral, como en otras ocasiones lo han hecho otros afectados por las decisiones presidenciales.

Pero es la primera vez que los representantes de un Poder salen a la calle a protestar.

Como muchos otros afectados por las políticas públicas del presidente Andrés Manuel López Obrador, los trabajadores del Poder Judicial de la Federación salieron a la calle a protestar en solitario. Las manifestaciones en contra de la desaparición de 13 fideicomisos, entre ellos los que afectan directamente el salario de los trabajadores de ese Poder.

El presidente López Obrador ha usado el mismo discurso justificatorio que con otras políticas de recorte económico, en los que asegura que se trata de supuestos privilegios de la burocracia dorada, que en la realidad se trata de recortes de personal. La misma narrativa de la propaganda oficial, en la que asegura que los presupuestos que se utilizan son muy altos y que por lo tanto se deben disminuir para sus políticas de asistencia social.

Al movimiento de reclamo de los trabajadores del Poder Judicial el titular del Poder Ejecutivo ha machacado su mismo discurso que se trata de los beneficiarios que defienden sus privilegios. Pero no, quienes protestan son los trabajadores afectados al igual que otros miembros de los organismos que han sufrido los embates del gobierno federal.

Inicialmente el presidente aseguraba que con el dinero que saliera del combate a la corrupción, la suspensión de los moches para obras alcanzaría para sus políticas asistencialistas, pero a estas alturas se ha visto que no. Ha metido o ha intentado meter mano a muchas bolsas y provocar recortes de personal.

En las protestas de los trabajadores que se han dado en los últimos días de esta semana, son empleados del Poder Judicial de diferentes niveles. Apenas algunos de las altas esferas se han amparado por la eliminación de los fideicomisos, cuyo monto es de 15 mil millones de pesos al Poder Judicial de la Federación.

Las cuentas pendientes que tiene el titular del Ejecutivo contra el Poder Judicial los trata de resolver de la peor manera, porque se trata de familias que están sufriendo un ataque a su patrimonio salarial, aun cuando existan simpatizantes que le compren el discurso; el presidente está añadiendo votos en contra a su candidata.

Este ajuste que busca el presidente al intentar someter al Poder Judicial va en contra del espíritu de la división de poderes de la República, que funciona como frenos y contrapesos al poder absoluto que se generaría en un solo Poder.

Al tener la mayoría al Poder Legislativo de su lado y buscar controlar el Judicial, lo que busca este Ejecutivo es centralizar todo el poder posible, lo cual es riesgoso para la democracia. Incluso igual de riesgoso para aquellos que ahora están de acuerdo con estas acciones.

Y representa un peligro para quienes ahora apoyan la centralización del poder, porque no todos los que forman parte la corte presidencial podrán mantenerse en el gusto y humor presidencial. En toda corte hay complots, intrigas, que terminan en la purga del grupo en el poder.

Por ahora es un Poder el que está saliendo a la calle a protestar, en solitario; como en su momento lo hicieron los trabajadores del Instituto Nacional Electoral, como en otras ocasiones lo han hecho otros afectados por las decisiones presidenciales.

Pero es la primera vez que los representantes de un Poder salen a la calle a protestar.