/ sábado 9 de septiembre de 2023

Realpolitik | ¿Claudia presidenta? y Ebrard ¿Muñoz Ledo?

Los resultados de las encuestas para seleccionar a quien representará al partido Morena para la elección presidencial del 2024 fueron dados a conocer y no hubo sorpresa alguna. Como toda indicaba la candidata sería Claudia Sheinbaum. Todas las señales, como el hecho de que los gobernadores afiliados a Morena la apoyaban. Con excepción de Marcelo Ebrard, que tenía o bien la esperanza o bien “otros datos”, para pensar que sería el ungido.

Los resultados sobre la selección fueron dados a conocer y fueron los pronosticados por muchos comentaristas. Lo que se mantiene en suspenso es la decisión de Marcelo Ebrard sobre el qué hacer después de esta derrota, la cual fue anunciada que será hasta el lunes.

Sin embargo, a pesar de que el presidente Andrés Manuel López Obrador auguró que Ebrard podría ser el candidato de Movimiento Ciudadano, y porque simpatiza con él la clase media, esto podría restarle votos a quien representará al bloque opositor Frente Amplio por México, Xóchitl Gálvez. Y ciertamente tendría que ser candidato de un partido, porque este día se cierran los registros para quienes aspiran a ser candidatos independientes.

Así como pintan las cosas hasta el momento la disputa electoral estará entre las dos mujeres, Xóchitl Gálvez y Claudia Sheinbaum, y Marcelo no podría obtener un número de votos decorosos. Apenas sería testimonial, para satisfacer el ego de aparecer en la boleta electoral presidencial del 2024.

Marcelo Ebrard tiene experiencia en las rupturas y en las inconformidades por la selección de candidato presidencial, la vivió en el 1994 cuando el presidente Carlos Salinas de Gortari prefirió a Luis Donaldo Colosio en lugar de Manuel Camacho Solís, mentor del ahora candidato derrotado. Ebrard al igual que Camacho hizo un berrinche que le salió muy caro a la postre, porque por ello fue acusado de haber ocasionado el asesinato de Colosio. Manuel Camacho Solís fue candidato presidencial en el 2000 por el Partido del Centro Democrático que fundó y por su baja votación perdió el registro ese mismo año, sólo para el testimonio de aquel momento y olvidado para otro tiempo.

En estos momentos Marcelo Ebrard se parece mucho a Porfirio Muñoz Ledo, quien también fue precandidato presidencial en varias ocasiones. Considerado mejor segunda opción para la sucesión presidencial, no llegó a la candidatura hasta el 2000 por el desaparecido Partido Auténtico de la Revolución Mexicana.

Así como Ebrard que es la segunda ocasión en que se queda como precandidato, una la perdió contra el propio López Obrador en el 2012 y ahora de nuevo. Según su narrativa, en aquella ocasión el compromiso fue que lo apoyaría en la próxima elección, es decir en esta. Cuánta ingenuidad se muestra en esa narrativa, porque un político le cree a otro político.

En este camino electoral rumbo al 2024 no hay nada asegurado para ninguno de los que se registren para la elección presidencial, diga lo que se diga, aunque se pudiera considerar que Claudia Sheinbaum sea presidenta, pero lo más seguro es que Marcelo Ebrard cumpla el triste papel de convertirse en un Porfirio Muñoz Ledo, porque ya superó a su mentor Manuel Camacho Solís, que sólo en una ocasión fue considerado precandidato.

Los resultados de las encuestas para seleccionar a quien representará al partido Morena para la elección presidencial del 2024 fueron dados a conocer y no hubo sorpresa alguna. Como toda indicaba la candidata sería Claudia Sheinbaum. Todas las señales, como el hecho de que los gobernadores afiliados a Morena la apoyaban. Con excepción de Marcelo Ebrard, que tenía o bien la esperanza o bien “otros datos”, para pensar que sería el ungido.

Los resultados sobre la selección fueron dados a conocer y fueron los pronosticados por muchos comentaristas. Lo que se mantiene en suspenso es la decisión de Marcelo Ebrard sobre el qué hacer después de esta derrota, la cual fue anunciada que será hasta el lunes.

Sin embargo, a pesar de que el presidente Andrés Manuel López Obrador auguró que Ebrard podría ser el candidato de Movimiento Ciudadano, y porque simpatiza con él la clase media, esto podría restarle votos a quien representará al bloque opositor Frente Amplio por México, Xóchitl Gálvez. Y ciertamente tendría que ser candidato de un partido, porque este día se cierran los registros para quienes aspiran a ser candidatos independientes.

Así como pintan las cosas hasta el momento la disputa electoral estará entre las dos mujeres, Xóchitl Gálvez y Claudia Sheinbaum, y Marcelo no podría obtener un número de votos decorosos. Apenas sería testimonial, para satisfacer el ego de aparecer en la boleta electoral presidencial del 2024.

Marcelo Ebrard tiene experiencia en las rupturas y en las inconformidades por la selección de candidato presidencial, la vivió en el 1994 cuando el presidente Carlos Salinas de Gortari prefirió a Luis Donaldo Colosio en lugar de Manuel Camacho Solís, mentor del ahora candidato derrotado. Ebrard al igual que Camacho hizo un berrinche que le salió muy caro a la postre, porque por ello fue acusado de haber ocasionado el asesinato de Colosio. Manuel Camacho Solís fue candidato presidencial en el 2000 por el Partido del Centro Democrático que fundó y por su baja votación perdió el registro ese mismo año, sólo para el testimonio de aquel momento y olvidado para otro tiempo.

En estos momentos Marcelo Ebrard se parece mucho a Porfirio Muñoz Ledo, quien también fue precandidato presidencial en varias ocasiones. Considerado mejor segunda opción para la sucesión presidencial, no llegó a la candidatura hasta el 2000 por el desaparecido Partido Auténtico de la Revolución Mexicana.

Así como Ebrard que es la segunda ocasión en que se queda como precandidato, una la perdió contra el propio López Obrador en el 2012 y ahora de nuevo. Según su narrativa, en aquella ocasión el compromiso fue que lo apoyaría en la próxima elección, es decir en esta. Cuánta ingenuidad se muestra en esa narrativa, porque un político le cree a otro político.

En este camino electoral rumbo al 2024 no hay nada asegurado para ninguno de los que se registren para la elección presidencial, diga lo que se diga, aunque se pudiera considerar que Claudia Sheinbaum sea presidenta, pero lo más seguro es que Marcelo Ebrard cumpla el triste papel de convertirse en un Porfirio Muñoz Ledo, porque ya superó a su mentor Manuel Camacho Solís, que sólo en una ocasión fue considerado precandidato.