/ viernes 12 de febrero de 2021

Reactivar la economía

Vivimos un momento crítico. La pandemia ha generado graves estragos en la economía de millones de familias. La caída del 8.5% del PIB del año pasado, augura un año complejo debido a que las cadenas de producción y provisión de servicios aún tardarán tiempo en rearticularse correctamente. La caída en los ingresos y el consumo, derivada del incremento en la tasa de desempleo

En el país han cerrado un millón de MiPymes. En la CDMX han desaparecido alrededor de 125 mil negocios. Según los estudios de Metrics, empresa dedicada a dar seguimiento a la conversación digital y a los principales buscadores digitales, la palabra más buscada en las últimas semanas es “hambre”. Es decir, la gente empieza a indagar sobre bancos de alimentos, comedores comunitarios que auxilian a la gente de bajos recursos u organizaciones no gubernamentales relacionadas que apoyan con comida.


Ante esta situación, es indispensable reflexionar sobre las rutas que debe seguir la sociedad para atenuar este terrible problema. Por un lado, ante el dilema de inseguridad alimentaria que empieza a surgir en varias ciudades del país, es importante organizar una amplia red social que busque articular capacidades vecinales para acercar alimentos a bajo costo en las comunidades populares. Frente a este reto, vale la pena echar mano de todas las capacidades organizativas a nuestro alcance.

Un área de oportunidad es el propio proceso electoral. En el contexto tradicional en el que los partidos políticos empiezan a movilizar a sus bases de apoyo, hoy deberíamos aprovechar la ocasión para ir mucho más allá. Sería absurdo y mezquino que la articulación territorial se quede exclusivamente anclada en la promoción del voto. ¿Cómo aprovechamos la generación de redes partidistas para ayudar en la provisión de alimentos de bajo costo?

Si vamos a organizarnos para votar, deberíamos organizarnos de una vez, para contar con una articulación social que nos ayude a implementar políticas públicas tales como llevar comida ahí donde se necesita. Con la participación de capital semilla para echar a andar el proceso, la compra en bloque de artículos de canasta básica para disminuir costos, la proveeduría y entrega de los mismos en demarcaciones específicas podría ayudar a mejorar el autoabasto en zonas populares.

Por otro lado, con el fin de reactivar la generación de empleo, se requiere un amplio programa con recursos públicos destinados a apoyar a las Micro, pequeñas y medianas empresas. Hay que reconocer que la participación del gobierno en este rubro ha sido sumamente limitada. Por ello es indispensable que los sectores productivos se movilicen. Es necesario generar procesos de organización, comunicación y organización, que a través del uso de las nuevas herramientas digitales, nos permita como sociedad, levantar la voz, presentar ideas y propuestas que abonen a un diálogo constructivo con el gobierno.

De la misma forma en que el sector restaurantero lo ha hecho a través del movimiento #Abrimosomorimos, las escuelas privadas, el ramo turístico, los gimnasios entre muchos otros deberían armar chats de whatsapp, ejercer una sola línea de comunicación para plantear la problemática que sufren y transmitir mediante las redes sociales las propuestas de acción estratégica que hoy reclaman. Esta es la ruta en que la #SociedadHorizontal podrá incidir de manera proactiva para resolver el problema económico que todos enfrentamos.

Vivimos un momento crítico. La pandemia ha generado graves estragos en la economía de millones de familias. La caída del 8.5% del PIB del año pasado, augura un año complejo debido a que las cadenas de producción y provisión de servicios aún tardarán tiempo en rearticularse correctamente. La caída en los ingresos y el consumo, derivada del incremento en la tasa de desempleo

En el país han cerrado un millón de MiPymes. En la CDMX han desaparecido alrededor de 125 mil negocios. Según los estudios de Metrics, empresa dedicada a dar seguimiento a la conversación digital y a los principales buscadores digitales, la palabra más buscada en las últimas semanas es “hambre”. Es decir, la gente empieza a indagar sobre bancos de alimentos, comedores comunitarios que auxilian a la gente de bajos recursos u organizaciones no gubernamentales relacionadas que apoyan con comida.


Ante esta situación, es indispensable reflexionar sobre las rutas que debe seguir la sociedad para atenuar este terrible problema. Por un lado, ante el dilema de inseguridad alimentaria que empieza a surgir en varias ciudades del país, es importante organizar una amplia red social que busque articular capacidades vecinales para acercar alimentos a bajo costo en las comunidades populares. Frente a este reto, vale la pena echar mano de todas las capacidades organizativas a nuestro alcance.

Un área de oportunidad es el propio proceso electoral. En el contexto tradicional en el que los partidos políticos empiezan a movilizar a sus bases de apoyo, hoy deberíamos aprovechar la ocasión para ir mucho más allá. Sería absurdo y mezquino que la articulación territorial se quede exclusivamente anclada en la promoción del voto. ¿Cómo aprovechamos la generación de redes partidistas para ayudar en la provisión de alimentos de bajo costo?

Si vamos a organizarnos para votar, deberíamos organizarnos de una vez, para contar con una articulación social que nos ayude a implementar políticas públicas tales como llevar comida ahí donde se necesita. Con la participación de capital semilla para echar a andar el proceso, la compra en bloque de artículos de canasta básica para disminuir costos, la proveeduría y entrega de los mismos en demarcaciones específicas podría ayudar a mejorar el autoabasto en zonas populares.

Por otro lado, con el fin de reactivar la generación de empleo, se requiere un amplio programa con recursos públicos destinados a apoyar a las Micro, pequeñas y medianas empresas. Hay que reconocer que la participación del gobierno en este rubro ha sido sumamente limitada. Por ello es indispensable que los sectores productivos se movilicen. Es necesario generar procesos de organización, comunicación y organización, que a través del uso de las nuevas herramientas digitales, nos permita como sociedad, levantar la voz, presentar ideas y propuestas que abonen a un diálogo constructivo con el gobierno.

De la misma forma en que el sector restaurantero lo ha hecho a través del movimiento #Abrimosomorimos, las escuelas privadas, el ramo turístico, los gimnasios entre muchos otros deberían armar chats de whatsapp, ejercer una sola línea de comunicación para plantear la problemática que sufren y transmitir mediante las redes sociales las propuestas de acción estratégica que hoy reclaman. Esta es la ruta en que la #SociedadHorizontal podrá incidir de manera proactiva para resolver el problema económico que todos enfrentamos.