El informe del presidente López Obrador del pasado 1º de diciembre estuvo lleno afirmaciones que -como siempre- generaron polémica. Entre los dichos que más llamaron la atención estuvo el comentario de que gracias al combate a la corrupción y la implementación de austeridad, le fue posible ahorrar 560,000 millones de pesos en lo que va de su administración, debido entre otras cosas, a que ya no hay lujos en el gobierno. El mandatario reconfirmó que “esta lucha definirá su sexenio”.
En otra parte de su intervención subrayó que enfrentar la crisis económica ha sido posible “al entregar apoyos desde abajo, directamente a la gente que los necesita, en lugar de empresas”. Habló de haber entregado recursos directamente a 23 millones de familias mediante sus programas sociales. Reiteró que “ya no se da prioridad a las grandes empresas y bancos. Ahora, por el bien de todos, primero se rescata al pueblo”. Uno de los aspectos mas controversiales fue su afirmación de que los delitos -como feminicidios, secuestros y el robo- disminuyeron un 30% en promedio con respecto a noviembre de 2018. Explicó que “solo han aumentado dos delitos: el homicidio doloso y la extorsión en 7.9 y 12.7 por ciento, respectivamente; vinculados, en lo fundamental, a la llamada delincuencia organizada”.
Adicionalmente en su discurso también trató temas como la cancelación de la reforma educativa, “el respeto con que nos trató Donald Trump”, el rescate de empresas públicas, “el compromiso de no aumentar el precio de los combustibles y la electricidad”, así como su compromiso de respetar la consulta contra expresidentes. De esta forma, AMLO fijo su visión de cómo se encuentra el país a dos años de su gobierno.
No faltaron las voces que contradijeron lo presentado por López Obrador, hubo quienes exigieron el desgloce de los 560 mil millones de pesos para entender de dónde salieron, quienes reprocharon la pérdida de 12.5 millones de empleos según el Inegi y quienes recordaron la violencia reciente en Guerrero, Zacatecas y Huetamo frente al “ya no hay masacres como antes”. Lo cierto es que los informes de gobieno, al igual que las mañaneras se han convertido en parte de un diálogo de sordos donde se fijan posiciones de ambos lados, sin la intención de encontrar coincidencias.
Sirvan estas consideraciones pues más allá de los dichos, otras fuentes de información deben servirnos como referente para saber a ciencia cierta como avanza el gobierno federal realmente. La presentación del informe de labores coincidió con el informe presentado por parte de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) que observaciones al ejercicio del presupuesto durante el primer año de gobierno de AMLO, para el rubro de gasto federalizado por más de 25 mil millones de pesos. De los más de 25 mil millones de pesos observados por la ASF, 14 mil 47 millones (55 por ciento) correspondió a falta de documentación comprobatoria; 8 por ciento por ciento a pagos improcedentes o en exceso; el 6.5 por ciento a recursos o rendimientos financieros no ejercidos, devengados ni comprometidos y sin ser entregados a la Tesorería de la Federación; y 4.9 por ciento a transferencias de recursos a otras cuentas bancarias.
Habrá que estar atentos a la forma en que se subsanen estas anomalías. Por lo pronto, un gobierno que busca posicionarse en torno al combate a la corrupción, queda mal parado con lo presentado por parte de la ASF. La #SociedadHorizontal debe ponerse por encima de la polémica, escudriñar en los datos y verificar los dichos del presidente. La participación social en este sentido, es la única ruta para garantizar que un gobierno funcione bien, por encima de la subjetividad de sus dichos.