/ jueves 16 de noviembre de 2023

Otis, la minimización de la tragedia

Como respuesta a la devastación del huracán Otis, categoría 5 en la escala de Saffir- Simpson, cientos de los llamados "Servidores de la Nación", como se les conoce a los operadores de los programas del Bienestar del gobierno federal, fueron desplazados de varios lugares del Estado y de otras entidades a Acapulco para el censo de los damnificados, sin embargo, el ímpetu con el que comenzaron los primeros días, no alcanzó ni siquiera la semana porque la estrategia de censar a todos fue cambiada por la evasión de los damnificados.

Así, a las dos semanas de que se comenzó la actividad los "Servidores de la Nación" se fueron con menos ruido del que llegaron. Anunciaron su arribo, pero se fueron de la forma más discreta posible, de tal manera que ahora mucha gente pregunta en las redes sociales y en medios de comunicación ¿en dónde están los puntos de censo?, ¿a dónde pueden acudir para registrarse como damnificados?

A la estrategia de barrido, como se le conoce a los recorridos, en que los Servidores acudían a las viviendas a pedir los datos y otorgar la calcamonía que identificaba como casa damnificada y censada; los funcionarios pasaron a la instalación de puntos de censo en los que se recogían los datos de las personas, pero sin entregar calcamonías. Posteriormente, hasta estos puntos se escasearon.

A quienes se censaron como damnificados se les prometió ayuda, con despensas y enseres domésticos. En el caso de las despensas están o estaban siendo entregadas por efectivos del Ejército, sin embargo al momento de estarlo haciendo en las colonias quienes no fueron censados comenzaron a reclamar la exclusión del registro y exigir sus despensas.

Lo que ocurre con el censo de los damnificados, es parte de la estrategia del gobierno federal para minimizar los daños ocasionados por el fenómeno meteorológico. Otras acciones en las que se ha manifestado la minimización de la devastación del huracán es en el recuento de los fallecidos y de las personas no localizadas. En el primer caso, el asunto llegó hasta la conferencia matutina del presidente luego de una nota informativa en la que se citaban datos de las funerarias en que se habían adquirido 350 ataúdes. La cifra fue desacreditada por Andrés Manuel López Obrador. La información oficial señala que fueron 48 muertos a consecuencia del huracán.

Otro detalle que indica la minimización de los efectos catastróficos de Otis, es el reclamo de familiares de las personas no localizadas; sobre todo de quienes trabajan en la mar. Tanto en yates y embarcaciones, así como de marinos. Las protestas por los familiares de los desaparecidos, contrasta con la información oficial que indica que se han localizado a determinado número de personas. Pero al respecto al no haber información oficial, con datos de las personas no localizadas no se puede constatar el número con los nombres.

Estos tres detalles, el censo de los damnificados, el número de muertos y de personas desaparecidas, indican los esfuerzos del gobierno federal por no reconocer el tamaño de la tragedia que se vive en Acapulco, principalmente, porque fue la ciudad más afectada por el huracán Otis. Claro que existen daños en más lugares, pero oficialmente sólo se declararon zonas de emergencia Acapulco y Coyuca de Benítez.

Incluso la misma declaratoria de emergencia recalca los afanes de minimizar la tragedia, al señalar que se trataba por "la ocurrencia de lluvia severa y vientos fuertes el día 24 de octubre del 2023 en dos municipios del Estado de Guerrero", si oficialmente se está negando la entrada de un huracán de categoría 5, entonces no tiene porque haber tantos daños.

Esa parece ser la lógica gubernamental como no ocurrió un huracán entonces no tuvo porque haber damnificados, ni muertos ni desaparecidos...

Como respuesta a la devastación del huracán Otis, categoría 5 en la escala de Saffir- Simpson, cientos de los llamados "Servidores de la Nación", como se les conoce a los operadores de los programas del Bienestar del gobierno federal, fueron desplazados de varios lugares del Estado y de otras entidades a Acapulco para el censo de los damnificados, sin embargo, el ímpetu con el que comenzaron los primeros días, no alcanzó ni siquiera la semana porque la estrategia de censar a todos fue cambiada por la evasión de los damnificados.

Así, a las dos semanas de que se comenzó la actividad los "Servidores de la Nación" se fueron con menos ruido del que llegaron. Anunciaron su arribo, pero se fueron de la forma más discreta posible, de tal manera que ahora mucha gente pregunta en las redes sociales y en medios de comunicación ¿en dónde están los puntos de censo?, ¿a dónde pueden acudir para registrarse como damnificados?

A la estrategia de barrido, como se le conoce a los recorridos, en que los Servidores acudían a las viviendas a pedir los datos y otorgar la calcamonía que identificaba como casa damnificada y censada; los funcionarios pasaron a la instalación de puntos de censo en los que se recogían los datos de las personas, pero sin entregar calcamonías. Posteriormente, hasta estos puntos se escasearon.

A quienes se censaron como damnificados se les prometió ayuda, con despensas y enseres domésticos. En el caso de las despensas están o estaban siendo entregadas por efectivos del Ejército, sin embargo al momento de estarlo haciendo en las colonias quienes no fueron censados comenzaron a reclamar la exclusión del registro y exigir sus despensas.

Lo que ocurre con el censo de los damnificados, es parte de la estrategia del gobierno federal para minimizar los daños ocasionados por el fenómeno meteorológico. Otras acciones en las que se ha manifestado la minimización de la devastación del huracán es en el recuento de los fallecidos y de las personas no localizadas. En el primer caso, el asunto llegó hasta la conferencia matutina del presidente luego de una nota informativa en la que se citaban datos de las funerarias en que se habían adquirido 350 ataúdes. La cifra fue desacreditada por Andrés Manuel López Obrador. La información oficial señala que fueron 48 muertos a consecuencia del huracán.

Otro detalle que indica la minimización de los efectos catastróficos de Otis, es el reclamo de familiares de las personas no localizadas; sobre todo de quienes trabajan en la mar. Tanto en yates y embarcaciones, así como de marinos. Las protestas por los familiares de los desaparecidos, contrasta con la información oficial que indica que se han localizado a determinado número de personas. Pero al respecto al no haber información oficial, con datos de las personas no localizadas no se puede constatar el número con los nombres.

Estos tres detalles, el censo de los damnificados, el número de muertos y de personas desaparecidas, indican los esfuerzos del gobierno federal por no reconocer el tamaño de la tragedia que se vive en Acapulco, principalmente, porque fue la ciudad más afectada por el huracán Otis. Claro que existen daños en más lugares, pero oficialmente sólo se declararon zonas de emergencia Acapulco y Coyuca de Benítez.

Incluso la misma declaratoria de emergencia recalca los afanes de minimizar la tragedia, al señalar que se trataba por "la ocurrencia de lluvia severa y vientos fuertes el día 24 de octubre del 2023 en dos municipios del Estado de Guerrero", si oficialmente se está negando la entrada de un huracán de categoría 5, entonces no tiene porque haber tantos daños.

Esa parece ser la lógica gubernamental como no ocurrió un huracán entonces no tuvo porque haber damnificados, ni muertos ni desaparecidos...