/ martes 7 de enero de 2020

¿No que iba a la baja la inseguridad?

El recrudecimiento de la violencia en Acapulco es preocupante y pone en tela duda los números que proporcionan las autoridades, que aseguran, van a la baja.

La misma presidenta municipal Adela Román Ocampo, lamentó los homicidios dolosos que siguen documentandose todos los días en la ciudad.

Como acapulqueño me preocupa, porque esto afecta directamente la principal actividad de este destino de playa, que es el turismo.

Además, la economía se puede colapsar, debido a que continúa ganando terreno la extorsión, que se ha convertido en una importante fuente de ingresos de los delincuentes.

Qué bueno que llegaron más elementos de la Guardia Nacional, pero aquí es importante señalar que este cáncer social se tiene que atacar con políticas públicas, que coadyuven a resarcir el tejido social.

Estoy convencido que no es con más policías cómo se va atacar el problema; pues se necesita de la participación de todos, es decir, desde la familia, para que se puedan reducir los hechos delictivos.

Estoy perfectamente cierto, que si todos ponemos nuestro granito de arena, podremos aspirrar a mejores estadios de porvenir y condiciones de vida.

Pero, también, no quitar el dedo del renglón y ser aliados de la autoridad para poder vivir sin miedo y la zozobra.

El recrudecimiento de la violencia en Acapulco es preocupante y pone en tela duda los números que proporcionan las autoridades, que aseguran, van a la baja.

La misma presidenta municipal Adela Román Ocampo, lamentó los homicidios dolosos que siguen documentandose todos los días en la ciudad.

Como acapulqueño me preocupa, porque esto afecta directamente la principal actividad de este destino de playa, que es el turismo.

Además, la economía se puede colapsar, debido a que continúa ganando terreno la extorsión, que se ha convertido en una importante fuente de ingresos de los delincuentes.

Qué bueno que llegaron más elementos de la Guardia Nacional, pero aquí es importante señalar que este cáncer social se tiene que atacar con políticas públicas, que coadyuven a resarcir el tejido social.

Estoy convencido que no es con más policías cómo se va atacar el problema; pues se necesita de la participación de todos, es decir, desde la familia, para que se puedan reducir los hechos delictivos.

Estoy perfectamente cierto, que si todos ponemos nuestro granito de arena, podremos aspirrar a mejores estadios de porvenir y condiciones de vida.

Pero, también, no quitar el dedo del renglón y ser aliados de la autoridad para poder vivir sin miedo y la zozobra.