/ martes 18 de enero de 2022

No al matrimonio infantil

A pesar de los avances tecnológicos y científicos que se han presentado con un gran dinamismo durante las últimas décadas, es inconcebible que hoy en día, en diversas latitudes siga siendo una lamentable realidad la situación que viven millones de niñas y niños en todo el mundo, quienes son arrastrados en contra de su voluntad, para obtener un lucro derivado de redes dedicadas a la prostitución y a lapornografía.

Se trata de una adversidad de compleja atención y erradicación, que se presenta con altos índices en el mundo. Sobre el particular, según datos de UNICEF, cada año más de un millón de niños, particularmente de niñas, se ven involucrados en la industria del sexo,a través de la prostitución, el matrimonio forzado, la pornografía o alguna otra figura delictiva.

En este contexto, desafortunadamente México no se queda atrás, pues en pleno siglo XXI, es uno de los países con la tasa más alta de matrimonio infantil, ya que muchas niñas todavía son vendidas y obligadas a casarse, por usos y costumbres. Al respecto, de acuerdo con cifras oficiales, casi 300 mil niñas y niños se han visto obligados a contraer matrimonio, la mayoría de ellos vendidos a una pareja de mucho mayor edad.

Esta práctica nociva a los derechos humanos de los menores de edad suele replicarse con alta frecuencia en comunidades indígenas, donde, según estimaciones, el 68 por ciento de las mujeres indígenas, contrajo matrimonio entre los 9 y los 19 años de edad. Lo anterior, nos hace reflexionar de la importancia de actuar con inmediatez y eficiencia.

Si bien es cierto que desde el ámbito legislativo se han concretado esfuerzos en favor de paliar esta práctica perjudicial al interés superior de la niñez; también lo es que aún hay un largo terreno por recorrer y acciones por aplicar a efecto de erradicar la vulneración a los derechos de las niñas y niños.

Para ello, es necesario que las autoridades de los tres órdenes de gobierno trabajen conjuntamente en favor de realizar tareas de concientización, prevención y erradicación del matrimonio infantil.

De igual forma, es apremiante que el marco jurídico nacional evolucione a las nuevas realidades para proteger eficazmente a las y los menores de edad ante este flagelo que priva un importante cúmulo de sus derechos fundamentales y lastima a nuestra sociedad.

Bajo este orden de ideas, es de vital relevancia impulsar una reforma a la Ley General de Acceso de las Mujeresa una Vida Libre de Violencia, a efecto de establecer como una obligación para la Federación, el garantizar que los usos y costumbres de toda comunidad no atenten contra los derechos humanos de las mujeres y no sirvan como excusa para venderlas al mejor postor, para que contraigan matrimonio.

Es preciso señalar que bajo ninguna circunstancia se plantea restringir el libre desarrollo de las comunidades indígenas, ni coartar el derecho constitucional de toda comunidad a su autodeterminación, de acuerdo a sus usos y costumbres; lo que verdaderamente se busca es armonizar el principio del interés superior de la niñez y el espíritu de protección a los derechos humanos con los usos y costumbres de las comunidades indígenas.

Sin duda alguna, la aspiración es que, en un país pluricultural como lo es México, no exista ni una sola niña que sea vendida a otra persona para casarse o por cualquier razón. Que la niñez mexicana tenga en sus manos con absoluta libertad la decisión de poner en marcha el futuro que desea.

@manuelanorve

*Senador de la República

A pesar de los avances tecnológicos y científicos que se han presentado con un gran dinamismo durante las últimas décadas, es inconcebible que hoy en día, en diversas latitudes siga siendo una lamentable realidad la situación que viven millones de niñas y niños en todo el mundo, quienes son arrastrados en contra de su voluntad, para obtener un lucro derivado de redes dedicadas a la prostitución y a lapornografía.

Se trata de una adversidad de compleja atención y erradicación, que se presenta con altos índices en el mundo. Sobre el particular, según datos de UNICEF, cada año más de un millón de niños, particularmente de niñas, se ven involucrados en la industria del sexo,a través de la prostitución, el matrimonio forzado, la pornografía o alguna otra figura delictiva.

En este contexto, desafortunadamente México no se queda atrás, pues en pleno siglo XXI, es uno de los países con la tasa más alta de matrimonio infantil, ya que muchas niñas todavía son vendidas y obligadas a casarse, por usos y costumbres. Al respecto, de acuerdo con cifras oficiales, casi 300 mil niñas y niños se han visto obligados a contraer matrimonio, la mayoría de ellos vendidos a una pareja de mucho mayor edad.

Esta práctica nociva a los derechos humanos de los menores de edad suele replicarse con alta frecuencia en comunidades indígenas, donde, según estimaciones, el 68 por ciento de las mujeres indígenas, contrajo matrimonio entre los 9 y los 19 años de edad. Lo anterior, nos hace reflexionar de la importancia de actuar con inmediatez y eficiencia.

Si bien es cierto que desde el ámbito legislativo se han concretado esfuerzos en favor de paliar esta práctica perjudicial al interés superior de la niñez; también lo es que aún hay un largo terreno por recorrer y acciones por aplicar a efecto de erradicar la vulneración a los derechos de las niñas y niños.

Para ello, es necesario que las autoridades de los tres órdenes de gobierno trabajen conjuntamente en favor de realizar tareas de concientización, prevención y erradicación del matrimonio infantil.

De igual forma, es apremiante que el marco jurídico nacional evolucione a las nuevas realidades para proteger eficazmente a las y los menores de edad ante este flagelo que priva un importante cúmulo de sus derechos fundamentales y lastima a nuestra sociedad.

Bajo este orden de ideas, es de vital relevancia impulsar una reforma a la Ley General de Acceso de las Mujeresa una Vida Libre de Violencia, a efecto de establecer como una obligación para la Federación, el garantizar que los usos y costumbres de toda comunidad no atenten contra los derechos humanos de las mujeres y no sirvan como excusa para venderlas al mejor postor, para que contraigan matrimonio.

Es preciso señalar que bajo ninguna circunstancia se plantea restringir el libre desarrollo de las comunidades indígenas, ni coartar el derecho constitucional de toda comunidad a su autodeterminación, de acuerdo a sus usos y costumbres; lo que verdaderamente se busca es armonizar el principio del interés superior de la niñez y el espíritu de protección a los derechos humanos con los usos y costumbres de las comunidades indígenas.

Sin duda alguna, la aspiración es que, en un país pluricultural como lo es México, no exista ni una sola niña que sea vendida a otra persona para casarse o por cualquier razón. Que la niñez mexicana tenga en sus manos con absoluta libertad la decisión de poner en marcha el futuro que desea.

@manuelanorve

*Senador de la República