/ lunes 20 de diciembre de 2021

"Navidad de los Recuerdos"

Los años y las circunstancias provocan cambios en la forma de realizar la Navidad, pero lo sustantivo en sí misma debería mantenerse, aunque no es así. La razón de celebrar la Navidad ha sido cambiada. Se espera no en razón del hecho que forjó un cambio en el tiempo, el nacimiento de Jesús de Nazaret, ahora se da entorno a una acción provocada por la presencia de un santa Claus cargado de regalos surcando el tiempo. Y dejamos que siga sucediendo en nuestros descendientes y los suyos sin atrevernos a romper ese esquema, al menos en la familia.

Las y los hijos crecemos así como lo hacen los nuestros para integrar sus propias familias y vamos haciendo de cada Navidad un recuerdo de una forma que difícilmente retorna.

Cercanos a la Navidad la mente se adentra a sus propios archivos de donde brota la lágrima, la risa, el enojo, la esperanza. Y suele llevarnos en una vorágine que se nutre de los contextos sociales, económicos, políticos. De quienes tienen el nombre Divino en sus labios y su proceder se parece mucho a un clavado dantesco.

Podemos sumarnos a quienes hacen de esta noche la oración por quienes están ausentes,de quienes penden de la voluntad política para abrir nueva esperanza de vida. Que puede ser la Navidad para los migrantes?, que puede ser para madres y padres en solitario? Que puede ser para quienes la consideran solo la noche del calendario de una hoja por arrancar y dejar pasar como cualquier otra del año?

Qué para quienes de acuerdo a las cifras que indican que en materia de pobreza nuestro país ocupa el tercer lugar en América Latina con un crecimiento de este rubro considerado en el año 2020 del 7.6%m solo después de Perú con un 9.3% y Argentina en primer lugar decrecimiento con 10.8%. como decirles que la Navidad tiene rasgo espiritual?

Con 55.7 millones de mexicanos en situación de pobreza, de acuerdo al CONEVAL en su reporte de 2020, como alimentar la esperanza de un tiempo mejor si el presente no es prometedor?

Mientras los días transcurren para ir al encuentro de la nochebuena, el momento del nacimiento del Sublime Maestre Jesús, podamos convertir la navidad de nuestros recuerdos en pasajes de nuestro propio libro de experiencias y nutrir con ellos los pasajes de nuestra historia para avanzar hacia la nueva experiencia de este 24 de diciembre.

Si las condiciones sociales, políticas y económicas están colocando marcas a la sociedad, y buscamos realizar las mismas acciones, puede que no encontremos,como dice Einstein, soluciones distintas. Si pensamos en acciones colectivas más solidarias podamos encontrar nuestro propio camino hacia la Navidad que en nuestros recuerdos tenía el carácter de esperanza.

Quizá sea el momento de buscar que el nacimiento sea en nuestros corazones y podamos colocar en nuestro propio pesebre la flama de una esperanza diferente basada en la fraternidad.

Los años y las circunstancias provocan cambios en la forma de realizar la Navidad, pero lo sustantivo en sí misma debería mantenerse, aunque no es así. La razón de celebrar la Navidad ha sido cambiada. Se espera no en razón del hecho que forjó un cambio en el tiempo, el nacimiento de Jesús de Nazaret, ahora se da entorno a una acción provocada por la presencia de un santa Claus cargado de regalos surcando el tiempo. Y dejamos que siga sucediendo en nuestros descendientes y los suyos sin atrevernos a romper ese esquema, al menos en la familia.

Las y los hijos crecemos así como lo hacen los nuestros para integrar sus propias familias y vamos haciendo de cada Navidad un recuerdo de una forma que difícilmente retorna.

Cercanos a la Navidad la mente se adentra a sus propios archivos de donde brota la lágrima, la risa, el enojo, la esperanza. Y suele llevarnos en una vorágine que se nutre de los contextos sociales, económicos, políticos. De quienes tienen el nombre Divino en sus labios y su proceder se parece mucho a un clavado dantesco.

Podemos sumarnos a quienes hacen de esta noche la oración por quienes están ausentes,de quienes penden de la voluntad política para abrir nueva esperanza de vida. Que puede ser la Navidad para los migrantes?, que puede ser para madres y padres en solitario? Que puede ser para quienes la consideran solo la noche del calendario de una hoja por arrancar y dejar pasar como cualquier otra del año?

Qué para quienes de acuerdo a las cifras que indican que en materia de pobreza nuestro país ocupa el tercer lugar en América Latina con un crecimiento de este rubro considerado en el año 2020 del 7.6%m solo después de Perú con un 9.3% y Argentina en primer lugar decrecimiento con 10.8%. como decirles que la Navidad tiene rasgo espiritual?

Con 55.7 millones de mexicanos en situación de pobreza, de acuerdo al CONEVAL en su reporte de 2020, como alimentar la esperanza de un tiempo mejor si el presente no es prometedor?

Mientras los días transcurren para ir al encuentro de la nochebuena, el momento del nacimiento del Sublime Maestre Jesús, podamos convertir la navidad de nuestros recuerdos en pasajes de nuestro propio libro de experiencias y nutrir con ellos los pasajes de nuestra historia para avanzar hacia la nueva experiencia de este 24 de diciembre.

Si las condiciones sociales, políticas y económicas están colocando marcas a la sociedad, y buscamos realizar las mismas acciones, puede que no encontremos,como dice Einstein, soluciones distintas. Si pensamos en acciones colectivas más solidarias podamos encontrar nuestro propio camino hacia la Navidad que en nuestros recuerdos tenía el carácter de esperanza.

Quizá sea el momento de buscar que el nacimiento sea en nuestros corazones y podamos colocar en nuestro propio pesebre la flama de una esperanza diferente basada en la fraternidad.