/ lunes 8 de marzo de 2021

Mujeres: pendiente de AMLO

Al Presidente de México, don Andrés Manuel López Obrador, lo alcanzaron sus palabras. En el 2013 criticaba unas “sencillas vallas de fila” y las relacionaba con un gobierno dictatorial, al igual que el hoy coordinador de la Cámara de Senadores, Ricardo Monreal, cuando desde la Delegación Cuauhtémoc rechazaba esa acción en el centro histórico de la ciudad de México. Ahora que las vallas se levantan como un espacio segregacionista, y la crítica les alcanza con la memoria, omiten relacionarlo como una acción separatista, y hasta intransigente y dictatorial. Que surrealismo.

El gobierno de la transformación no dijo “cómo” sería la transformación, o quizá no le entendimos, o quizá no la explicaron en todas sus formas.

Y ahora nos lo muestras cuando previo a la celebración del Día Internacional de la Mujer han realizado cordones metálicos. Si hay vallas metálicas en un primer cordón métalico que resguarda Palacio Nacional, atrás hay otro más que se fue extendiendo primero en la propia acera del Palacio, hasta bajar al arroyo vehicular donde ha quedado en forma de octágonos como estratega de prisión que han ocupado, cuanta la historia, en gobierno dictatoriales para cercar a manifestantes. Además de las mujeres policías “Atenas” que estarán.

Lo cierto es que esa representación simbólica marcará al gobierno federal en funciones. Y es tan o más grave que el asunto de la “casa blanca” que marcó a Peña Nieto, y tan grave en derechos humanos, como el caso Iguala, donde 43 desaparecidos duelen a sus padres, a sus compañeros de Ayotzinapa, pero también a la sociedad.

Porque la relación de estos dos hechos que parecen disímbolos?, porque a las mujeres las han ido matando de una en una y la suma de este gobierno es grave, tan grave que se han convertido en feminicidios que en dos años del gobierno actual de 2017 a 2020 pasó de 7 a 11 mujeres que han sido asesinadas, además de los datos de violencia, desaparición, ofensas, que laceran la confianza de las familias, y convierten los espacios, todos, desde el hogar hasta los comunes, en espacios de riesgo. Y frente a todo ello el silencio, el desdén, la separación.

Porqué ese desdén a escuchar la voz de las mujeres?, a no escucharlas?, a no creerles?.

La respuesta nos la dan las demandas de las propias mujeres #AmloRompeElPactoPatriarcal

Ellas saben que la construcción de una sociedad de paz está basada en el respeto, y si hay respeto, no tiene porque haber violencia. Pero también saben que si desde el poder se solapa la violencia, el mensaje es peligroso, muy peligroso, porque multiplicará la violencia y quedarán vulneradas las que siempre han sido vulneradas: las mujeres, las niñas, los niños.

Y a partir de ahí, los pendientes se multiplican para con las mujeres. Si ellas no están bien, la sociedad no puede estarlo. Si no se cree en la palabra de las mujeres, no se cree en la sociedad. Si no se parte de la construcción de una transformación que las tome en cuenta, no se habla de una transformación incluyente y eso, ha marcado ya a este gobierno que, además, no hace nada para solucionar su problemática. Y la violencia que ellas denuncian, no es un asunto de ellas. Que bueno que rompieron el silencio. Que bueno que están levantando la voz. Para que se construyan y construyamos ellas y nosotros, una nueva y mejor sociedad. Surrealismo?

Al Presidente de México, don Andrés Manuel López Obrador, lo alcanzaron sus palabras. En el 2013 criticaba unas “sencillas vallas de fila” y las relacionaba con un gobierno dictatorial, al igual que el hoy coordinador de la Cámara de Senadores, Ricardo Monreal, cuando desde la Delegación Cuauhtémoc rechazaba esa acción en el centro histórico de la ciudad de México. Ahora que las vallas se levantan como un espacio segregacionista, y la crítica les alcanza con la memoria, omiten relacionarlo como una acción separatista, y hasta intransigente y dictatorial. Que surrealismo.

El gobierno de la transformación no dijo “cómo” sería la transformación, o quizá no le entendimos, o quizá no la explicaron en todas sus formas.

Y ahora nos lo muestras cuando previo a la celebración del Día Internacional de la Mujer han realizado cordones metálicos. Si hay vallas metálicas en un primer cordón métalico que resguarda Palacio Nacional, atrás hay otro más que se fue extendiendo primero en la propia acera del Palacio, hasta bajar al arroyo vehicular donde ha quedado en forma de octágonos como estratega de prisión que han ocupado, cuanta la historia, en gobierno dictatoriales para cercar a manifestantes. Además de las mujeres policías “Atenas” que estarán.

Lo cierto es que esa representación simbólica marcará al gobierno federal en funciones. Y es tan o más grave que el asunto de la “casa blanca” que marcó a Peña Nieto, y tan grave en derechos humanos, como el caso Iguala, donde 43 desaparecidos duelen a sus padres, a sus compañeros de Ayotzinapa, pero también a la sociedad.

Porque la relación de estos dos hechos que parecen disímbolos?, porque a las mujeres las han ido matando de una en una y la suma de este gobierno es grave, tan grave que se han convertido en feminicidios que en dos años del gobierno actual de 2017 a 2020 pasó de 7 a 11 mujeres que han sido asesinadas, además de los datos de violencia, desaparición, ofensas, que laceran la confianza de las familias, y convierten los espacios, todos, desde el hogar hasta los comunes, en espacios de riesgo. Y frente a todo ello el silencio, el desdén, la separación.

Porqué ese desdén a escuchar la voz de las mujeres?, a no escucharlas?, a no creerles?.

La respuesta nos la dan las demandas de las propias mujeres #AmloRompeElPactoPatriarcal

Ellas saben que la construcción de una sociedad de paz está basada en el respeto, y si hay respeto, no tiene porque haber violencia. Pero también saben que si desde el poder se solapa la violencia, el mensaje es peligroso, muy peligroso, porque multiplicará la violencia y quedarán vulneradas las que siempre han sido vulneradas: las mujeres, las niñas, los niños.

Y a partir de ahí, los pendientes se multiplican para con las mujeres. Si ellas no están bien, la sociedad no puede estarlo. Si no se cree en la palabra de las mujeres, no se cree en la sociedad. Si no se parte de la construcción de una transformación que las tome en cuenta, no se habla de una transformación incluyente y eso, ha marcado ya a este gobierno que, además, no hace nada para solucionar su problemática. Y la violencia que ellas denuncian, no es un asunto de ellas. Que bueno que rompieron el silencio. Que bueno que están levantando la voz. Para que se construyan y construyamos ellas y nosotros, una nueva y mejor sociedad. Surrealismo?