/ viernes 17 de mayo de 2019

Médula

En los lamentables hechos sangrientos de Xaltianguis no es solo la Fiscalía General del Estado de Guerrero la que debe investigar, sino también la General de la República, dado el uso de armas de alto poder, la confrontación abierta de grupos de civiles armados y los graves señalamientos entre éstos.

El reto del líder de Los Dumbos Daniel Adame hacia el líder de la UPOEG Bruno Plácido Valerio y a la federación para que los investiguen a ambos fue muy claro.

Pero quien no ha asomado la cabeza ni ha dicho media palabra respecto a la grave situación en la comunidad más grande del municipio de Acapulco es precisamente el delegado único del gobierno federal Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros.

El gobernador Héctor Astudillo Flores ya ordenó una investigación al fiscal Jorge Zuriel De los Santos Barrila, la alcaldesa Adela Román Ocampo salió a desmentir que sea amiga del jefe de Los Dumbos como él la consideró, pero… ¿Y Pablo Amílcar?

¿No es el caso un asunto federal que tiene incluso tintes de guerra civil y hasta de terrorismo al haber estallado un auto bomba días antes del brutal enfrentamiento entre dos grupos armados? ¿Acaso el terrorismo no es una amenaza a la seguridad nacional y está considerado así en el artículo 5 de la Ley en la materia?

Es de suma relevancia lo que en su carácter de representante del gobierno federal el delegado tenga qué decir ante este hecho que afecta y preocupa no solo a la población de Xaltianguis, sino a todo el estado.

Ya va siendo hora que salga de la comodidad del caparazón y demuestre a todo Guerrero de qué está hecho.

En los lamentables hechos sangrientos de Xaltianguis no es solo la Fiscalía General del Estado de Guerrero la que debe investigar, sino también la General de la República, dado el uso de armas de alto poder, la confrontación abierta de grupos de civiles armados y los graves señalamientos entre éstos.

El reto del líder de Los Dumbos Daniel Adame hacia el líder de la UPOEG Bruno Plácido Valerio y a la federación para que los investiguen a ambos fue muy claro.

Pero quien no ha asomado la cabeza ni ha dicho media palabra respecto a la grave situación en la comunidad más grande del municipio de Acapulco es precisamente el delegado único del gobierno federal Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros.

El gobernador Héctor Astudillo Flores ya ordenó una investigación al fiscal Jorge Zuriel De los Santos Barrila, la alcaldesa Adela Román Ocampo salió a desmentir que sea amiga del jefe de Los Dumbos como él la consideró, pero… ¿Y Pablo Amílcar?

¿No es el caso un asunto federal que tiene incluso tintes de guerra civil y hasta de terrorismo al haber estallado un auto bomba días antes del brutal enfrentamiento entre dos grupos armados? ¿Acaso el terrorismo no es una amenaza a la seguridad nacional y está considerado así en el artículo 5 de la Ley en la materia?

Es de suma relevancia lo que en su carácter de representante del gobierno federal el delegado tenga qué decir ante este hecho que afecta y preocupa no solo a la población de Xaltianguis, sino a todo el estado.

Ya va siendo hora que salga de la comodidad del caparazón y demuestre a todo Guerrero de qué está hecho.