/ lunes 16 de julio de 2018

Médula

Tranquiliza que Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros precise que la súper coordinación federal que estará a su cargo en el próximo gobierno de Andrés Manuel López Obrador no será un gobierno paralelo al de Héctor Astudillo Flores, y que se trata de que haya un solo interlocutor en la coordinación entre federación y estado en vez de las decenas de delegados que existen actualmente.

Quiero entender, ya que nada se ha informado al respecto, que la “desaparición” de las delegaciones consiste en la sustitución de delegados por coordinadores de menor salario y prestaciones en cada una de las áreas, así como la reducción del personal de confianza.

Encabezados éstos por quien será un súper delegado, y no por eso, un todólogo experto lo mismo en programas sociales, que en materia de salud y construcción de obras públicas, entre otras múltiples áreas que requieren de conocimientos especializados.

Lo que mete ruido es la idea de iniciar un sexenio enviando al desempleo al menos a 8 mil personas.

Burócrata no es necesariamente un sinónimo de holgazán. No dudo que los haya, pero tampoco que sean todos.

La depuración amerita una evaluación del desempeño de cada persona, ya que lo mismo podría decirse de mucho personal de base que una hora antes de terminar su turno deja de atender a la gente para hacer fila en el checador. Si hablamos de justicia, se impone ser justos.

El gobernador Héctor Astudillo ha sido cauto e institucional ante estas medidas anunciadas y ha dicho que esperará a tener más información al respecto para emitir una opinión, pero ha mostrado interés en colaborar con el nuevo gobierno.

CAMBIOS EN LA FISCALÍA

Hablando de cambios, donde ya se nota la mano de Jorge Zuriel de los Santos Barrila es en la Fiscalía General de Guerrero.

En menos de 60 días las órdenes de aprehensión ejecutadas incrementaron en 44 por ciento y la recuperación de vehículos en 42 por ciento.

Hay buenos comentarios respecto a las condiciones de trabajo al interior de la Fiscalía, ya que ahora los trabajadores disponen de transporte gratuito, muchos de ellos han sido beneficiados con becas para realizar estudios de maestría y se han remodelado muchas de las instalaciones en las que laboran.

SE NECESITAN EN ACAPULCO

Y donde sin duda alguna rezan porque llegue octubre es en el municipio de Acapulco, donde el gobierno de Evodio Velázquez Aguirre va de mal en peor.

A los recurrentes temas de inseguridad, falta de agua potable y corrupción, se suma el de la deficiente recolección de basura.

La presidente municipal electa Adela Román Ocampo dijo tener versiones de que la nómina se disparó a casi 20 mil trabajadores, esto es un 200 por ciento más de los que Evodio recibió de la administración de Luis Walton, quien en su periodo de gobierno había logrado una reducción importante.

Las finanzas municipales que durante la administración de Velázquez Aguirre fueron catalogadas por la calificadora Fitch & Ratings como débiles por la falta de control del gasto y precisamente por el aumento de la nómina, difícilmente aguantarán un par de meses más a que Adela llegue a arreglar el cochinero.

Tranquiliza que Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros precise que la súper coordinación federal que estará a su cargo en el próximo gobierno de Andrés Manuel López Obrador no será un gobierno paralelo al de Héctor Astudillo Flores, y que se trata de que haya un solo interlocutor en la coordinación entre federación y estado en vez de las decenas de delegados que existen actualmente.

Quiero entender, ya que nada se ha informado al respecto, que la “desaparición” de las delegaciones consiste en la sustitución de delegados por coordinadores de menor salario y prestaciones en cada una de las áreas, así como la reducción del personal de confianza.

Encabezados éstos por quien será un súper delegado, y no por eso, un todólogo experto lo mismo en programas sociales, que en materia de salud y construcción de obras públicas, entre otras múltiples áreas que requieren de conocimientos especializados.

Lo que mete ruido es la idea de iniciar un sexenio enviando al desempleo al menos a 8 mil personas.

Burócrata no es necesariamente un sinónimo de holgazán. No dudo que los haya, pero tampoco que sean todos.

La depuración amerita una evaluación del desempeño de cada persona, ya que lo mismo podría decirse de mucho personal de base que una hora antes de terminar su turno deja de atender a la gente para hacer fila en el checador. Si hablamos de justicia, se impone ser justos.

El gobernador Héctor Astudillo ha sido cauto e institucional ante estas medidas anunciadas y ha dicho que esperará a tener más información al respecto para emitir una opinión, pero ha mostrado interés en colaborar con el nuevo gobierno.

CAMBIOS EN LA FISCALÍA

Hablando de cambios, donde ya se nota la mano de Jorge Zuriel de los Santos Barrila es en la Fiscalía General de Guerrero.

En menos de 60 días las órdenes de aprehensión ejecutadas incrementaron en 44 por ciento y la recuperación de vehículos en 42 por ciento.

Hay buenos comentarios respecto a las condiciones de trabajo al interior de la Fiscalía, ya que ahora los trabajadores disponen de transporte gratuito, muchos de ellos han sido beneficiados con becas para realizar estudios de maestría y se han remodelado muchas de las instalaciones en las que laboran.

SE NECESITAN EN ACAPULCO

Y donde sin duda alguna rezan porque llegue octubre es en el municipio de Acapulco, donde el gobierno de Evodio Velázquez Aguirre va de mal en peor.

A los recurrentes temas de inseguridad, falta de agua potable y corrupción, se suma el de la deficiente recolección de basura.

La presidente municipal electa Adela Román Ocampo dijo tener versiones de que la nómina se disparó a casi 20 mil trabajadores, esto es un 200 por ciento más de los que Evodio recibió de la administración de Luis Walton, quien en su periodo de gobierno había logrado una reducción importante.

Las finanzas municipales que durante la administración de Velázquez Aguirre fueron catalogadas por la calificadora Fitch & Ratings como débiles por la falta de control del gasto y precisamente por el aumento de la nómina, difícilmente aguantarán un par de meses más a que Adela llegue a arreglar el cochinero.