/ martes 19 de mayo de 2020

Los falsos positivos del Ayuntamiento de Acapulco

Van desde una prueba de embarazo hasta los virus informáticos y errores estadísticos, pero su resultado es siempre el mismo: una equivocación que tiene consecuencias.

Los más frecuentes son los que ocurren en pruebas de embarazo, enfermedades como el VIH, y en el software contra virus informáticos, por poner algunos ejemplos de falsos positivo.

Un caso de consecuencias graves es el de Colombia donde se calculan unas 3 mil 500 víctimas inocentes que eran presentadas por militares como guerrilleros durante el mandato de Álvaro Uribe.

Obviamente, si los instrumentos científicos y tecnológicos fallan, la mayor gravedad es que sean los humanos quienes lo hagan, ya a diferencia de los aparatos tienen la capacidad de hacerlo intencionalmente o bien por ignorancia.

En Acapulco ya están cobrando cierta frecuencia los falsos positivos de Covid-19, pero no por parte de las instituciones de salud y laboratorios autorizados, si no por el Ayuntamiento que ha cometido pifias dignas de colocarles la leyenda de Fake News y colgarlas en la página de alertas de Facebook donde su titular Silvestre Arizmendi da rienda suelta a sus afanes fascistas y a su cándida pretensión de etiquetar como falsa toda publicación que exhiba los yerros en la administración municipal construyendo así su propia y muy particular irrealidad en la que solo existen aciertos.

Claro que con sus infodemias no lo hará porque será exhibir que le ha fallado a la presidenta municipal Adela Román Ocampo, no solo al cobijar a los principales propagandistas en medios de comunicación de su odiado antecesor Evodio Velázquez Aguirre y dejarse asesorar por ellos, si no al incumplir su obligación de revisar el material que se envía a los medios de comunicación (una labor primaria) y que ha resultado erróneo.

Lo más reciente es que permitió (o hasta aconsejó tal vez) que la presidenta del DIF municipal y sobrina de la alcaldesa Adriana Román quedara muy mal parada al montarse todo un show con un indigente que lamentablemente perdió la vida, de quien en el encabezado del boletín 3209 se afirma textualmente que “falleció por Covid-19”.

El boletín narra que por la tarde la presidenta del DIF llegó a ver la situación del indigente, pidió apoyo al CAPTA, paramédicos de bomberos valoraron al paciente, luego lo encapsularon y lo trasladaron en ambulancia pero falleció antes de llegar al hospital.

La muerte ocurrió la noche del sábado y el boletín de prensa se emitió la noche del domingo afirmando en la cabeza que el indigente “Falleció por Covid-19” y en su primer párrafo que estaba “enfermo con síntomas de Covid-19”.

O sea que a 24 horas del deceso Comunicación Social del Ayuntamiento de Acapulco sin ser autoridad en la materia, ya había diagnosticado la causa de muerte, cuando los resultados de la prueba que se debe practicar al cadáver en el Servicio Médico Forense y ser llevada a analizar al Laboratorio Estatal tardan de 48 a 72 horas.

Otro caso no muy distante ocurrió con el cierre del mercado de Hogar Moderno porque el carnicero fue operado del apéndice y el Ayuntamiento intentó hacerlo pasar como caso de Covid-19 ante la inconformidad de los propios comerciantes y clientes, unos estuvieron sin fuente de ingresos y otros sin su lugar de abasto de alimentos por un falso positivo en busca de notoriedad mediática que lejos de ayudar a la presidenta pone en duda su credibilidad y seriedad.

Van desde una prueba de embarazo hasta los virus informáticos y errores estadísticos, pero su resultado es siempre el mismo: una equivocación que tiene consecuencias.

Los más frecuentes son los que ocurren en pruebas de embarazo, enfermedades como el VIH, y en el software contra virus informáticos, por poner algunos ejemplos de falsos positivo.

Un caso de consecuencias graves es el de Colombia donde se calculan unas 3 mil 500 víctimas inocentes que eran presentadas por militares como guerrilleros durante el mandato de Álvaro Uribe.

Obviamente, si los instrumentos científicos y tecnológicos fallan, la mayor gravedad es que sean los humanos quienes lo hagan, ya a diferencia de los aparatos tienen la capacidad de hacerlo intencionalmente o bien por ignorancia.

En Acapulco ya están cobrando cierta frecuencia los falsos positivos de Covid-19, pero no por parte de las instituciones de salud y laboratorios autorizados, si no por el Ayuntamiento que ha cometido pifias dignas de colocarles la leyenda de Fake News y colgarlas en la página de alertas de Facebook donde su titular Silvestre Arizmendi da rienda suelta a sus afanes fascistas y a su cándida pretensión de etiquetar como falsa toda publicación que exhiba los yerros en la administración municipal construyendo así su propia y muy particular irrealidad en la que solo existen aciertos.

Claro que con sus infodemias no lo hará porque será exhibir que le ha fallado a la presidenta municipal Adela Román Ocampo, no solo al cobijar a los principales propagandistas en medios de comunicación de su odiado antecesor Evodio Velázquez Aguirre y dejarse asesorar por ellos, si no al incumplir su obligación de revisar el material que se envía a los medios de comunicación (una labor primaria) y que ha resultado erróneo.

Lo más reciente es que permitió (o hasta aconsejó tal vez) que la presidenta del DIF municipal y sobrina de la alcaldesa Adriana Román quedara muy mal parada al montarse todo un show con un indigente que lamentablemente perdió la vida, de quien en el encabezado del boletín 3209 se afirma textualmente que “falleció por Covid-19”.

El boletín narra que por la tarde la presidenta del DIF llegó a ver la situación del indigente, pidió apoyo al CAPTA, paramédicos de bomberos valoraron al paciente, luego lo encapsularon y lo trasladaron en ambulancia pero falleció antes de llegar al hospital.

La muerte ocurrió la noche del sábado y el boletín de prensa se emitió la noche del domingo afirmando en la cabeza que el indigente “Falleció por Covid-19” y en su primer párrafo que estaba “enfermo con síntomas de Covid-19”.

O sea que a 24 horas del deceso Comunicación Social del Ayuntamiento de Acapulco sin ser autoridad en la materia, ya había diagnosticado la causa de muerte, cuando los resultados de la prueba que se debe practicar al cadáver en el Servicio Médico Forense y ser llevada a analizar al Laboratorio Estatal tardan de 48 a 72 horas.

Otro caso no muy distante ocurrió con el cierre del mercado de Hogar Moderno porque el carnicero fue operado del apéndice y el Ayuntamiento intentó hacerlo pasar como caso de Covid-19 ante la inconformidad de los propios comerciantes y clientes, unos estuvieron sin fuente de ingresos y otros sin su lugar de abasto de alimentos por un falso positivo en busca de notoriedad mediática que lejos de ayudar a la presidenta pone en duda su credibilidad y seriedad.