/ lunes 6 de noviembre de 2023

Las Cosas de la Política | Lo que Otis se llevó

El huracán Otis, con sus ráfagas de viento superiores a 300 kilómetros por hora, se llevó infraestructuras de casas, hoteles, palapas en la playa y muchas vidas, también arrasó los valores morales de muchas personas, sueños e ilusiones de quien con esfuerzo tenía una propiedad o negocio.

El fuerte viento trajo destrucción y desnudó la fragilidad del ser humano, así como la ineptitud de quien dirige al Estado Mexicano (me refiero a la lenta y errónea respuesta); no se puede culpar a la naturaleza, nadie busca culpables, solo se exige acción, atención y coordinación, en lugar de fomentar confrontación o buscar justificación.

Han pasado 8 días del fenómeno qué devastó a Acapulco y municipios costeros y seguirán viéndose los efectos de la fuerza de Otis y no nada más en la zona urbana y periferia de Acapulco, falta saber bien el estado de las zona rural y de su gente, así como de municipios aledaños; la realidad de la emergencia y su gravedad apenas empezará a surgir.

La solución exige respuesta inmediata y debe empezar por la seguridad publica, el abasto de combustibles, agua y alimentos, ya la CFE (gracias a su experiencia y capacidad) está haciendo lo suyo, se debe buscar restablecer la movilidad y generar empleo temporal, esto no se resuelve con despensas (es un paliativo no una solución), se resuelve con un verdadero plan de reconstrucción y no con 20 puntos que aparte de populismo tienen un fin electoral.

Los vientos huracanados se llevaron la ya de por si escasa seguridad pública en Acapulco y en la calma posterior solo la delincuencia social, la común y el crimen organizado se pasearon impunemente en los escombros, en la rapiña total; ejemplo es el saqueo de todo comercio y el robo de los cajeros automáticos de los bancos (habrá que ver si también lo hicieron con la bóveda de algún banco y ya habrá muchas historias y testimonios de esto, se fue la gobernabilidad, desapareció el Estado de Derecho y al parecer aún no lo encuentran, a pesar de la presencia militar y de la Guardia Nacional.

Se puede hacer un recuento de los daños y aún así nos quedaremos cortos, habrá mucha voluntad de la gente, habrá apoyo de particulares, unos reconstruirán, tal vez otros abandonaran sus inversiones, seguirán las quejas y el debate y la confrontación política, habremos de ver quienes (delincuencia o crimen organizado) se fortalecen, del gobierno es evidente que en sus tres órdenes carecen de aptitud y experiencia, al final de cuentas conforme pasen los días y el tiempo mismo, veremos en lo social, lo económico, lo político y en lo relativo a la administración pública (gobernabilidad incluida) veremos la realidad de... Lo que Otis se llevó.

PD, insisto esto no se resuelve con despensas o grandes mentiras y pocas medias verdades.

Reconocer la experiencia y trabajo de CFE es obligado.

Dar gracias a todas las brigadas de Protección Civil y a la Cruz Roja, así como a organismos civiles es nuestro deber y obligación moral y personal

El huracán Otis, con sus ráfagas de viento superiores a 300 kilómetros por hora, se llevó infraestructuras de casas, hoteles, palapas en la playa y muchas vidas, también arrasó los valores morales de muchas personas, sueños e ilusiones de quien con esfuerzo tenía una propiedad o negocio.

El fuerte viento trajo destrucción y desnudó la fragilidad del ser humano, así como la ineptitud de quien dirige al Estado Mexicano (me refiero a la lenta y errónea respuesta); no se puede culpar a la naturaleza, nadie busca culpables, solo se exige acción, atención y coordinación, en lugar de fomentar confrontación o buscar justificación.

Han pasado 8 días del fenómeno qué devastó a Acapulco y municipios costeros y seguirán viéndose los efectos de la fuerza de Otis y no nada más en la zona urbana y periferia de Acapulco, falta saber bien el estado de las zona rural y de su gente, así como de municipios aledaños; la realidad de la emergencia y su gravedad apenas empezará a surgir.

La solución exige respuesta inmediata y debe empezar por la seguridad publica, el abasto de combustibles, agua y alimentos, ya la CFE (gracias a su experiencia y capacidad) está haciendo lo suyo, se debe buscar restablecer la movilidad y generar empleo temporal, esto no se resuelve con despensas (es un paliativo no una solución), se resuelve con un verdadero plan de reconstrucción y no con 20 puntos que aparte de populismo tienen un fin electoral.

Los vientos huracanados se llevaron la ya de por si escasa seguridad pública en Acapulco y en la calma posterior solo la delincuencia social, la común y el crimen organizado se pasearon impunemente en los escombros, en la rapiña total; ejemplo es el saqueo de todo comercio y el robo de los cajeros automáticos de los bancos (habrá que ver si también lo hicieron con la bóveda de algún banco y ya habrá muchas historias y testimonios de esto, se fue la gobernabilidad, desapareció el Estado de Derecho y al parecer aún no lo encuentran, a pesar de la presencia militar y de la Guardia Nacional.

Se puede hacer un recuento de los daños y aún así nos quedaremos cortos, habrá mucha voluntad de la gente, habrá apoyo de particulares, unos reconstruirán, tal vez otros abandonaran sus inversiones, seguirán las quejas y el debate y la confrontación política, habremos de ver quienes (delincuencia o crimen organizado) se fortalecen, del gobierno es evidente que en sus tres órdenes carecen de aptitud y experiencia, al final de cuentas conforme pasen los días y el tiempo mismo, veremos en lo social, lo económico, lo político y en lo relativo a la administración pública (gobernabilidad incluida) veremos la realidad de... Lo que Otis se llevó.

PD, insisto esto no se resuelve con despensas o grandes mentiras y pocas medias verdades.

Reconocer la experiencia y trabajo de CFE es obligado.

Dar gracias a todas las brigadas de Protección Civil y a la Cruz Roja, así como a organismos civiles es nuestro deber y obligación moral y personal