/ jueves 23 de junio de 2022

Las Cosas de la Política | Estamos jodidos...

En la cultura social mexicana el término jodido tiene muchas definiciones, desde enfermedad, problemas de salud, anímicos y económicos, sin trabajo, sin dinero o con dificultades familiares, sociales, laborales y hasta políticas, así pues el referente no va solo en el sentido en el que los mexicanos estamos inmersos, ya sea en lo económico y los efectos del mal manejo de algunas políticas públicas, si no en lo referente a la seguridad pública y la ya imparable y creciente violencia criminal que nos azota en el día a día.

La inflación nos pone en estrechez económica, el alza de los precios tanto en alimentos como en servicios prioritarios para el hogar, gas, energía eléctrica y los combustibles son parte del incremento de los precios de los productos y el decremento de las finanzas de las familias,

también el costo de medicamentos hace mella en la economía familiar, pues la escasez de los mismos en las clínicas y hospitales del sector público hacen que un gran número de personas los adquiera de manera directa.

La estrategia de control de precios es fallida, como lo fue el manejo de la pandemia, el abasto de medicamentos, el manejo de los recursos en los programas clientelares son una fuga de dinero que raya en la corrupción por la opacidad con la que se entregan, capítulo aparte merecen los sobre precios de las obras que se pretende sean la insignia del sexenio, así el elevado costo de dos Bocas, lo del AIFA y el tren Maya, sobre costos llenos de interrogantes de corrupción y malos manejos, desde lo técnico hasta lo jurídico de dichas obras.

El tema de la violencia ha ido en una espiral de terror, ya la delincuencia actúa con total impunidad y lo presume por redes sociales con vídeos cada vez más brutales, la fallida estrategia de "abrazos, no balazos" ha sido rubricada por la ausencia de la acción de las fuerzas armadas y policiacas, las masacres son frecuentes y cada vez más se normalizan con la justificación mañanera, lo recientemente sucedido en la tarahumara con el asesinato de dos sacerdotes jesuitas y un tercero, ha generado que la curia jesuita declare que hay un Estado fallido, también se habla de la posibilidad de un pacto con el narco y hasta se habla ya de un narcogobierno.

Cada quien tendrá su opinión acerca de lo que es la realidad actual del México que estamos viviendo, habrá posturas sociales y políticas, a favor o en contra, no se ve una recomposición o un giro en las políticas públicas o el razonamiento del inquilino de Palacio, va solo, sin oposición, seguirá destruyendo lo que él cree que está construyendo, sin ser pesimista, ni agorero del fracaso, sólo podemos decir que... Estamos jodidos.

En la cultura social mexicana el término jodido tiene muchas definiciones, desde enfermedad, problemas de salud, anímicos y económicos, sin trabajo, sin dinero o con dificultades familiares, sociales, laborales y hasta políticas, así pues el referente no va solo en el sentido en el que los mexicanos estamos inmersos, ya sea en lo económico y los efectos del mal manejo de algunas políticas públicas, si no en lo referente a la seguridad pública y la ya imparable y creciente violencia criminal que nos azota en el día a día.

La inflación nos pone en estrechez económica, el alza de los precios tanto en alimentos como en servicios prioritarios para el hogar, gas, energía eléctrica y los combustibles son parte del incremento de los precios de los productos y el decremento de las finanzas de las familias,

también el costo de medicamentos hace mella en la economía familiar, pues la escasez de los mismos en las clínicas y hospitales del sector público hacen que un gran número de personas los adquiera de manera directa.

La estrategia de control de precios es fallida, como lo fue el manejo de la pandemia, el abasto de medicamentos, el manejo de los recursos en los programas clientelares son una fuga de dinero que raya en la corrupción por la opacidad con la que se entregan, capítulo aparte merecen los sobre precios de las obras que se pretende sean la insignia del sexenio, así el elevado costo de dos Bocas, lo del AIFA y el tren Maya, sobre costos llenos de interrogantes de corrupción y malos manejos, desde lo técnico hasta lo jurídico de dichas obras.

El tema de la violencia ha ido en una espiral de terror, ya la delincuencia actúa con total impunidad y lo presume por redes sociales con vídeos cada vez más brutales, la fallida estrategia de "abrazos, no balazos" ha sido rubricada por la ausencia de la acción de las fuerzas armadas y policiacas, las masacres son frecuentes y cada vez más se normalizan con la justificación mañanera, lo recientemente sucedido en la tarahumara con el asesinato de dos sacerdotes jesuitas y un tercero, ha generado que la curia jesuita declare que hay un Estado fallido, también se habla de la posibilidad de un pacto con el narco y hasta se habla ya de un narcogobierno.

Cada quien tendrá su opinión acerca de lo que es la realidad actual del México que estamos viviendo, habrá posturas sociales y políticas, a favor o en contra, no se ve una recomposición o un giro en las políticas públicas o el razonamiento del inquilino de Palacio, va solo, sin oposición, seguirá destruyendo lo que él cree que está construyendo, sin ser pesimista, ni agorero del fracaso, sólo podemos decir que... Estamos jodidos.