/ lunes 9 de julio de 2018

La teoría del póker y los sistemas políticos

El póker es un juego de cartas en el que los jugadores, con todas o parte de sus cartas ocultas, hacen apuestas en base a una puja inicial. Al final de la partida, el jugador o jugadores con mejor combinación de cargas gana la suma total de las apuestas realizadas.

El póker tiene reglas y un valor en la apuesta. De ahí surgen las preguntas, ¿Qué objetivo persigues cuando apuestas? – Engañar al resto de la mesa haciéndoles pensar que tienes otra jugada.– Darle valor a tu apuesta. – Conseguir información sobre el resto de los jugadores. – Proteger tu mano frente a la del resto. Si crees que no vas a cumplir ninguno de estos objetivos apostando, lo mejor será que pases.

No pasa nada porque no juegas una ronda o una partida, ya habrá más. Mejor no jugar, que jugar sabiendo que vas a perder. Cuando se sientan a jugar póker, los jugadores establecen las reglas del juego; póker abierto, cerrado, con cartas limpias nuevas o cartas marcadas usadas.

En la medida que avanza el juego, nadie se puede levantar argumentando y reclamando que alguien está haciendo trampa, llamarse robado o sorprendido, porque todos acordaron jugar con esas reglas. Así funcionan la mayoría de los sistemas políticos en el mundo, con la predominancia de un «dealer» o «coime» quien lleva «la casa» (fichas o dinero) y es dueño del casino o «garito», que reparte las cartas y gana un porcentaje en cada mano (elecciones), de esta manera, cuando un jugador pierde, el «dealer» o «coime» (dueño del casino o garito) le presta fichas o dinero al perdedor (partido político) para que siga jugando y así sucesivamente.

De tal manera, que siempre habrá un «dealer» o «coime» del casino o «la casa» que seguirá prestando fichas a los jugadores (partidos políticos) para que el juego continúe; caso contrario se acabaría el juego y las partidas de póker y eso no es posible. Lo importante en el póker ha sido, es y será, que el juego continúe. Así han funcionado los sistemas políticos a lo largo de la historia; reemplazando jugadores, pero nunca el casino, «la casa», el «dealer» o «coime» * Colofón: ¡La casa (sistema político) nunca pierde! * Cita final: ¡O cambiamos o nos cambian! Cómo siempre, usted tiene la mejor opinión.


El póker es un juego de cartas en el que los jugadores, con todas o parte de sus cartas ocultas, hacen apuestas en base a una puja inicial. Al final de la partida, el jugador o jugadores con mejor combinación de cargas gana la suma total de las apuestas realizadas.

El póker tiene reglas y un valor en la apuesta. De ahí surgen las preguntas, ¿Qué objetivo persigues cuando apuestas? – Engañar al resto de la mesa haciéndoles pensar que tienes otra jugada.– Darle valor a tu apuesta. – Conseguir información sobre el resto de los jugadores. – Proteger tu mano frente a la del resto. Si crees que no vas a cumplir ninguno de estos objetivos apostando, lo mejor será que pases.

No pasa nada porque no juegas una ronda o una partida, ya habrá más. Mejor no jugar, que jugar sabiendo que vas a perder. Cuando se sientan a jugar póker, los jugadores establecen las reglas del juego; póker abierto, cerrado, con cartas limpias nuevas o cartas marcadas usadas.

En la medida que avanza el juego, nadie se puede levantar argumentando y reclamando que alguien está haciendo trampa, llamarse robado o sorprendido, porque todos acordaron jugar con esas reglas. Así funcionan la mayoría de los sistemas políticos en el mundo, con la predominancia de un «dealer» o «coime» quien lleva «la casa» (fichas o dinero) y es dueño del casino o «garito», que reparte las cartas y gana un porcentaje en cada mano (elecciones), de esta manera, cuando un jugador pierde, el «dealer» o «coime» (dueño del casino o garito) le presta fichas o dinero al perdedor (partido político) para que siga jugando y así sucesivamente.

De tal manera, que siempre habrá un «dealer» o «coime» del casino o «la casa» que seguirá prestando fichas a los jugadores (partidos políticos) para que el juego continúe; caso contrario se acabaría el juego y las partidas de póker y eso no es posible. Lo importante en el póker ha sido, es y será, que el juego continúe. Así han funcionado los sistemas políticos a lo largo de la historia; reemplazando jugadores, pero nunca el casino, «la casa», el «dealer» o «coime» * Colofón: ¡La casa (sistema político) nunca pierde! * Cita final: ¡O cambiamos o nos cambian! Cómo siempre, usted tiene la mejor opinión.


ÚLTIMASCOLUMNAS
martes 17 de noviembre de 2020

El acuerdo comercial más grande del mundo

"Camarón que se duerme, se lo lleva la corriente": Refrán popular.

Esteban Valdeolívar Sanchez

domingo 01 de noviembre de 2020

Las encuestas perfilan a Biden

Cuando veas la barbas de tu vecino cortar, pon la tuyas a remojar": Refran popular.

Esteban Valdeolívar Sanchez

lunes 12 de octubre de 2020

Fideicomisos... y lo cumplieron

"Tan fácil como quitarle un dulce a un niño". Refrán popular.

Esteban Valdeolívar Sanchez

lunes 28 de septiembre de 2020

Política en crisis o crisis política

"El poder es como un explosivo: o se maneja con cuidado, o estalla". Enrique Tierno Galván.

Esteban Valdeolívar Sanchez

Cargar Más