/ jueves 22 de abril de 2021

La percepción de la seguridad

Al parecer vamos bien, claro, no tan excelente pero bien. En lo que corresponde al tema de seguridad, en el primer trimestre de este año, el gobernador Héctor Astudillo, anunció que nuestro estado de Guerrero no se encuentra entre los diez estados más inseguros. Lo anterior lo dio a conocer durante la reunión de la Mesa de Coordinación para la Construcción de Paz: “ningún municipio de Guerrero figura dentro de las diez ciudades con mayor percepción de inseguridad en el país”.

Bueno, pues eso es una buena noticia, que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) dio a conocer de acuerdo con la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (Ensu). ¿Y cómo vamos en el tema de Feminicidios? Pues a nivel nacional el presidente López Obrador admitió que durante su gobierno aumentó 8.5 por ciento; y ¿en Guerrero? En el mes de febrero, el gobierno de Astudillo, a través de la Secretaría de la Mujer, informó que se encontraba debajo de la media nacional, en el lugar número doce, con respecto a los demás estados. Aunque los grupos feministas de Guerrero señalan que ellas “tienen otros datos”.

Cuando hablamos de percepción de seguridad, aunque suena un poco redundante, se trata de “medir” lo que las y los ciudadanos percibimos en cuanto a lo que pasa en nuestra sociedad, sobretodo si el clima de impacto debido a la delincuencia, que se manifiesta por robo, asesinato, secuestro, narcotráfico, lo que se traduce en miedo, ansiedad, frustración y enojo; finalmente, viene siendo como un termómetro social.

Sin embargo, no es así de simple, existe una metodología que se aplica en esta investigación donde el fenómeno de seguridad ciudadana tiene dos vertientes: la dimensión objetiva, que es lo que está pasando realmente y la dimensión subjetiva, que se refiere a la opinión sobre la seguridad de las y los ciudadanos (percepción).

Si se trata de hacer un sondeo muy simple, nos encontraremos que la percepción sobre seguridad ha cambiado con respeto a años anteriores. Muchos recordamos que en Guerrero había un clima de horror y terror (dimensión subjetiva) porque a diario aparecían personas ejecutadas en lugares públicos, (dimensión objetiva); cabezas humanas en calles céntricas; escuchábamos balazos a toda hora del día, había levantamientos, secuestros, amenazas, ajuste de cuentas, cobro de piso, y mucha gente tuvo que abandonar sus casas para irse a vivir a otros estados. Recordamos que hubo días en que la gente no salía de sus casas y que en la noche

Acapulco era una ciudad fantasma

Seguramente que no se ha terminado la delincuencia, y tal vez los grupos delincuenciales quieran volver a pelearse la plaza, pero en este momento se respira un poco de paz. Y hay que reconocer a quienes han hecho posible que no estemos entre los diez estados más violentos.

Al parecer vamos bien, claro, no tan excelente pero bien. En lo que corresponde al tema de seguridad, en el primer trimestre de este año, el gobernador Héctor Astudillo, anunció que nuestro estado de Guerrero no se encuentra entre los diez estados más inseguros. Lo anterior lo dio a conocer durante la reunión de la Mesa de Coordinación para la Construcción de Paz: “ningún municipio de Guerrero figura dentro de las diez ciudades con mayor percepción de inseguridad en el país”.

Bueno, pues eso es una buena noticia, que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) dio a conocer de acuerdo con la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (Ensu). ¿Y cómo vamos en el tema de Feminicidios? Pues a nivel nacional el presidente López Obrador admitió que durante su gobierno aumentó 8.5 por ciento; y ¿en Guerrero? En el mes de febrero, el gobierno de Astudillo, a través de la Secretaría de la Mujer, informó que se encontraba debajo de la media nacional, en el lugar número doce, con respecto a los demás estados. Aunque los grupos feministas de Guerrero señalan que ellas “tienen otros datos”.

Cuando hablamos de percepción de seguridad, aunque suena un poco redundante, se trata de “medir” lo que las y los ciudadanos percibimos en cuanto a lo que pasa en nuestra sociedad, sobretodo si el clima de impacto debido a la delincuencia, que se manifiesta por robo, asesinato, secuestro, narcotráfico, lo que se traduce en miedo, ansiedad, frustración y enojo; finalmente, viene siendo como un termómetro social.

Sin embargo, no es así de simple, existe una metodología que se aplica en esta investigación donde el fenómeno de seguridad ciudadana tiene dos vertientes: la dimensión objetiva, que es lo que está pasando realmente y la dimensión subjetiva, que se refiere a la opinión sobre la seguridad de las y los ciudadanos (percepción).

Si se trata de hacer un sondeo muy simple, nos encontraremos que la percepción sobre seguridad ha cambiado con respeto a años anteriores. Muchos recordamos que en Guerrero había un clima de horror y terror (dimensión subjetiva) porque a diario aparecían personas ejecutadas en lugares públicos, (dimensión objetiva); cabezas humanas en calles céntricas; escuchábamos balazos a toda hora del día, había levantamientos, secuestros, amenazas, ajuste de cuentas, cobro de piso, y mucha gente tuvo que abandonar sus casas para irse a vivir a otros estados. Recordamos que hubo días en que la gente no salía de sus casas y que en la noche

Acapulco era una ciudad fantasma

Seguramente que no se ha terminado la delincuencia, y tal vez los grupos delincuenciales quieran volver a pelearse la plaza, pero en este momento se respira un poco de paz. Y hay que reconocer a quienes han hecho posible que no estemos entre los diez estados más violentos.

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