/ jueves 31 de marzo de 2022

La peligrosa fuga hacia el pasado

Este artículo lo escribí en agosto de 2018 . Vuelvo a publicarlo porque vuelve a aparecer el intento de involución, de retroceso jurídico, social e histórico que llevaría a la sociedad guerrerense al siglo XVI y un estadio de violencia y zozobra.

Los insurgentes, encabezados por Hidalgo (Morelos y Guerrero, después) se rebelaron, entre otras cosas, en contra de las Leyes de Indias y el sistema de “Castas” (una especie de separación con respecto a negros y mulatos), que era una política discriminatoria durante el Virreinato.

En el Libro VI , Título Tercero -de las Leyes arriba mencionadas-, se contempla el asunto “De las Reducciones, y Pueblos de Indios” (sic), donde se establece una autonomía más cercana a una especie de soberanía de los pueblos indígenas , porque autoridades y jurisdicción era absolutamente dictada por ellos y por nadie más. No podía inmiscuirse ni el Virrey.

Además, la ley dictaba el “fuero de indios” por medio del cual los indígenas estaban exentos de pagar impuestos y todo tipo de contribuciones a la Corona española. Hago esta referencia porque hay grupos de presión que pugnan por regresar a este viejo esquema jurídico arcaico, discriminatorio, segregacionista , inconstitucional que va a contrapelo de la historia jurídica mexicana y abjura de los principios de la lucha por la Independencia, la Reforma y la Revolución , y con todos los planes y programas que dieron fundamento, motivación y sustento a aquellos.

Una lectura de estos documentos hacen prueba plena de lo que afirma: desde el Bando de Hidalgo, los Sentimientos de la Nación, el Plan de las Tres Garantías, el Plan de Iguala, Justificación de las Leyes de Reforma, el Plan de San Luis, el Programa Liberal de Flores Magón, el Plan de Ayala, entre otros; desde la Constitución de Apatzingán, pasando por la de 1824, la de 1857, hasta la de 1917, entre otras.

Es como una paradoja de la mecánica cuántica: se presenta como novedoso, en el siglo XXI, el sistema caduco del siglo XVI . Eso sería la regresión, la involución, el retroceso.

En México no puede haber más que una sola soberanía que es la del Estado mexicano. No puede haber ínsulas sustraídas del Derecho nacional, ni fueros, ni castas.

No puede haber leyes privativas o hechas a modo de cierto grupo étnico, político, económico o social. Precisamente contra eso lucharon los insurgentes, los liberales y los revolucionarios.

No debe haber más autoridades que las que enuncia la norma jurídica. Nada ni nadie por encima de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Este artículo lo escribí en agosto de 2018 . Vuelvo a publicarlo porque vuelve a aparecer el intento de involución, de retroceso jurídico, social e histórico que llevaría a la sociedad guerrerense al siglo XVI y un estadio de violencia y zozobra.

Los insurgentes, encabezados por Hidalgo (Morelos y Guerrero, después) se rebelaron, entre otras cosas, en contra de las Leyes de Indias y el sistema de “Castas” (una especie de separación con respecto a negros y mulatos), que era una política discriminatoria durante el Virreinato.

En el Libro VI , Título Tercero -de las Leyes arriba mencionadas-, se contempla el asunto “De las Reducciones, y Pueblos de Indios” (sic), donde se establece una autonomía más cercana a una especie de soberanía de los pueblos indígenas , porque autoridades y jurisdicción era absolutamente dictada por ellos y por nadie más. No podía inmiscuirse ni el Virrey.

Además, la ley dictaba el “fuero de indios” por medio del cual los indígenas estaban exentos de pagar impuestos y todo tipo de contribuciones a la Corona española. Hago esta referencia porque hay grupos de presión que pugnan por regresar a este viejo esquema jurídico arcaico, discriminatorio, segregacionista , inconstitucional que va a contrapelo de la historia jurídica mexicana y abjura de los principios de la lucha por la Independencia, la Reforma y la Revolución , y con todos los planes y programas que dieron fundamento, motivación y sustento a aquellos.

Una lectura de estos documentos hacen prueba plena de lo que afirma: desde el Bando de Hidalgo, los Sentimientos de la Nación, el Plan de las Tres Garantías, el Plan de Iguala, Justificación de las Leyes de Reforma, el Plan de San Luis, el Programa Liberal de Flores Magón, el Plan de Ayala, entre otros; desde la Constitución de Apatzingán, pasando por la de 1824, la de 1857, hasta la de 1917, entre otras.

Es como una paradoja de la mecánica cuántica: se presenta como novedoso, en el siglo XXI, el sistema caduco del siglo XVI . Eso sería la regresión, la involución, el retroceso.

En México no puede haber más que una sola soberanía que es la del Estado mexicano. No puede haber ínsulas sustraídas del Derecho nacional, ni fueros, ni castas.

No puede haber leyes privativas o hechas a modo de cierto grupo étnico, político, económico o social. Precisamente contra eso lucharon los insurgentes, los liberales y los revolucionarios.

No debe haber más autoridades que las que enuncia la norma jurídica. Nada ni nadie por encima de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.