/ jueves 9 de mayo de 2019

La "Deforma" Educativa

El pasado día miércoles la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión aprobó, nuevamente, la iniciativa presidencial sobre educación (el Senado se la había regresado con observaciones) para dar marcha atrás con la que se aprobó en 2012, durante la presidencia del presidente Peña.

En el momento que escribo este artículo ignoro el resultado de la votación que en el Senado se producirá en las próximas horas. Pero, de aprobarse, considero que se estará involucionando y condenando a las nuevas generaciones a la insipiencia y la ignorancia.

Al desaparecer el INEE y la evaluación por “procesos de selección” se está condenando a los niños que asisten a escuelas públicas a tener profesores, en el mejor de los casos, mediocres. Mientras en países como Japón, Suecia, España, Canadá, entre otros, el sistema exige niveles óptimos, de calidad, no solo en los contenidos sino en los profesores, aquí en México se relajan los requisitos para la enseñanza-aprendizaje.

En materia de educación México, desde hace 15 años, se haya en el cabús de los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (por sus siglas: OCDE). Así lo refleja el Informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes o Informe PISA (por sus siglas en inglés: Programme for International Student Assessment). Dicha prueba está elaborada para medir el rendimiento académico de los alumnos en matemáticas, ciencia y lectura. Sobre una escala de 500 puntos, los alumnos mexicanos no han aprobado un solo examen: ni ciencias, lectura o matemáticas. Aunque se mantiene como el último de la OCDE con peor nivel educativo (solo el 0.1 por ciento de los alumnos mexicanos de 15 años registra conocimientos insuficientes en el área de ciencias, 42 por ciento en lectura y 57 por ciento en matemáticas, lo que no les permitirá acceder a estudios superiores y desarrollar actividades que exige la ciencia y la tecnología). Cabe destacar que nuestro país supera a Colombia, Brasil, Perú y Costa Rica en matemáticas.

Los países que han obtenido los mejores resultados en PISA han sido Singapur, Japón, Estonia, Finlandia y Canadá. Perú fue uno de los países que mejores avances registró, aunque a nivel mundial hay un estancamiento en los resultados.

Imaginemos a un niño de seis años hoy (puede ser un familiar o un vecino) que ingresa a la primaria; u otro que esté por ingresar a la secundaria; u otro que vaya a entrar a la preparatoria. Si llega a nivel de licenciatura, teniendo como marco una ley involutiva -que regresa los viejos fueros y privilegios de compra, venta, herencia y/o otorgamiento discrecional de plazas-, ¿cómo será este profesional habiendo tenido una deficiente y mediocre instrucción con profesores de “medio pelo” o de plano ignorantes? Esa generación no podrá competir con las generaciones de países que prosiguen elevando la calidad de su educación, de sus profesores y de generar nuevas tecnologías.

El pasado día miércoles la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión aprobó, nuevamente, la iniciativa presidencial sobre educación (el Senado se la había regresado con observaciones) para dar marcha atrás con la que se aprobó en 2012, durante la presidencia del presidente Peña.

En el momento que escribo este artículo ignoro el resultado de la votación que en el Senado se producirá en las próximas horas. Pero, de aprobarse, considero que se estará involucionando y condenando a las nuevas generaciones a la insipiencia y la ignorancia.

Al desaparecer el INEE y la evaluación por “procesos de selección” se está condenando a los niños que asisten a escuelas públicas a tener profesores, en el mejor de los casos, mediocres. Mientras en países como Japón, Suecia, España, Canadá, entre otros, el sistema exige niveles óptimos, de calidad, no solo en los contenidos sino en los profesores, aquí en México se relajan los requisitos para la enseñanza-aprendizaje.

En materia de educación México, desde hace 15 años, se haya en el cabús de los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (por sus siglas: OCDE). Así lo refleja el Informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes o Informe PISA (por sus siglas en inglés: Programme for International Student Assessment). Dicha prueba está elaborada para medir el rendimiento académico de los alumnos en matemáticas, ciencia y lectura. Sobre una escala de 500 puntos, los alumnos mexicanos no han aprobado un solo examen: ni ciencias, lectura o matemáticas. Aunque se mantiene como el último de la OCDE con peor nivel educativo (solo el 0.1 por ciento de los alumnos mexicanos de 15 años registra conocimientos insuficientes en el área de ciencias, 42 por ciento en lectura y 57 por ciento en matemáticas, lo que no les permitirá acceder a estudios superiores y desarrollar actividades que exige la ciencia y la tecnología). Cabe destacar que nuestro país supera a Colombia, Brasil, Perú y Costa Rica en matemáticas.

Los países que han obtenido los mejores resultados en PISA han sido Singapur, Japón, Estonia, Finlandia y Canadá. Perú fue uno de los países que mejores avances registró, aunque a nivel mundial hay un estancamiento en los resultados.

Imaginemos a un niño de seis años hoy (puede ser un familiar o un vecino) que ingresa a la primaria; u otro que esté por ingresar a la secundaria; u otro que vaya a entrar a la preparatoria. Si llega a nivel de licenciatura, teniendo como marco una ley involutiva -que regresa los viejos fueros y privilegios de compra, venta, herencia y/o otorgamiento discrecional de plazas-, ¿cómo será este profesional habiendo tenido una deficiente y mediocre instrucción con profesores de “medio pelo” o de plano ignorantes? Esa generación no podrá competir con las generaciones de países que prosiguen elevando la calidad de su educación, de sus profesores y de generar nuevas tecnologías.