/ jueves 18 de junio de 2020

Invasión

El mundo ha sufrido una gran irrupción.

En el Arte de la Guerra, atribuido a Sun Tzu, hay dos frases que llamaron mi atención, y rezan así: “El supremo arte de la guerra es someter al enemigo sin luchar” y “Cansa a los enemigos manteniéndolos ocupados y no dejándoles respirar”. Sólo por citar una estrategia en la cual algunos ganan y otros pierden, simple. Ya sea en un campo de batalla, en tierras infértiles o plantíos pletóricos, suelos extranjeros que se someten a una idea. Me remite a hacer una metáfora, la pandemia a causa del SARS-CoV-2 que yace bajo nuestros pies, es una invasión a nuestro organismo y nuestra vida. En la novela de ciencia ficción “La Guerra de los Mundos” (1898) de Herbert George Wells, marcianos buscan exterminar la raza humana. El autor plantea un escenario, donde hombres y mujeres son cifra en esta cruenta intrusión con marcianos sobre máquinas trípodes. Un ataque planetario que finaliza en devastación y calma, ya que los gérmenes que habitan en la Tierra enferman y matan a los alienígenas, un desafío entre entidades macro y micro. Una alegoría que el escritor realmente plasma como crítica a través de una obra literaria, las prácticas colonialistas de Inglaterra, así como los usos y costumbres de la Época Victoriana.

Lejos quedaron las batallas de Salamina, de Farsalia, de Trafalgar, Waterloo, la Primera Guerra Mundial y Segunda Guerra Mundial. Hoy habrá más esclavos y otros más libres, pero lo más amargo y trágico, es la manera de morir ante este virus. En medio de conspiraciones teóricas que supuran en las redes sociales, el coronavirus más que un síndrome respiratorio agudo, se asemeja a un “síndrome multifactorial de inmunodeficiencia”. Atacando cuerpos con enfermedades crónicas, comorbilidades y otras patologías. Estamos bajo una gran irrupción social, cultural, económica, ambiental, política y social. ¿Qué les ha faltado a las organizaciones mundiales, a los gobiernos de todo el orbe, autoridades y expertos?

Otro pasaje que menciona el Maestro Sun es: “Los guerreros victoriosos primero ganan y después van a la guerra, mientras que los guerreros vencidos primero van a la guerra y después buscan ganar”. Y todo parece ser una estrategia a seguir, una incógnita o un secreto. Hace unos días en Beijing reintrodujeron medidas estrictas de confinamiento, asimismo, extendieron las pruebas en masa después de que surgieran casos nuevos de Covid-19 en el mercado de alimentos de la ciudad. El terror en este nuevo brote pone en jaque mate a la humanidad, quienes buscamos nuevas normalidades y que matemáticamente nos vuelven números en un modelo de programación, con algoritmos, códigos y virus.

El mundo ha sufrido una gran irrupción.

En el Arte de la Guerra, atribuido a Sun Tzu, hay dos frases que llamaron mi atención, y rezan así: “El supremo arte de la guerra es someter al enemigo sin luchar” y “Cansa a los enemigos manteniéndolos ocupados y no dejándoles respirar”. Sólo por citar una estrategia en la cual algunos ganan y otros pierden, simple. Ya sea en un campo de batalla, en tierras infértiles o plantíos pletóricos, suelos extranjeros que se someten a una idea. Me remite a hacer una metáfora, la pandemia a causa del SARS-CoV-2 que yace bajo nuestros pies, es una invasión a nuestro organismo y nuestra vida. En la novela de ciencia ficción “La Guerra de los Mundos” (1898) de Herbert George Wells, marcianos buscan exterminar la raza humana. El autor plantea un escenario, donde hombres y mujeres son cifra en esta cruenta intrusión con marcianos sobre máquinas trípodes. Un ataque planetario que finaliza en devastación y calma, ya que los gérmenes que habitan en la Tierra enferman y matan a los alienígenas, un desafío entre entidades macro y micro. Una alegoría que el escritor realmente plasma como crítica a través de una obra literaria, las prácticas colonialistas de Inglaterra, así como los usos y costumbres de la Época Victoriana.

Lejos quedaron las batallas de Salamina, de Farsalia, de Trafalgar, Waterloo, la Primera Guerra Mundial y Segunda Guerra Mundial. Hoy habrá más esclavos y otros más libres, pero lo más amargo y trágico, es la manera de morir ante este virus. En medio de conspiraciones teóricas que supuran en las redes sociales, el coronavirus más que un síndrome respiratorio agudo, se asemeja a un “síndrome multifactorial de inmunodeficiencia”. Atacando cuerpos con enfermedades crónicas, comorbilidades y otras patologías. Estamos bajo una gran irrupción social, cultural, económica, ambiental, política y social. ¿Qué les ha faltado a las organizaciones mundiales, a los gobiernos de todo el orbe, autoridades y expertos?

Otro pasaje que menciona el Maestro Sun es: “Los guerreros victoriosos primero ganan y después van a la guerra, mientras que los guerreros vencidos primero van a la guerra y después buscan ganar”. Y todo parece ser una estrategia a seguir, una incógnita o un secreto. Hace unos días en Beijing reintrodujeron medidas estrictas de confinamiento, asimismo, extendieron las pruebas en masa después de que surgieran casos nuevos de Covid-19 en el mercado de alimentos de la ciudad. El terror en este nuevo brote pone en jaque mate a la humanidad, quienes buscamos nuevas normalidades y que matemáticamente nos vuelven números en un modelo de programación, con algoritmos, códigos y virus.