/ miércoles 2 de diciembre de 2020

Ilusión vs realidad

A nada de culminar su segundo año de gobierno, el presidente Andrés Manuel López Obrador se aferra a una realidad nacional impalpable para el grueso de los mexicanos y muy distante al panorama que prometió. Si bien la pandemia ha causado estragos económicos y sociales incalculables en todas las naciones, desde las tercermundistas hasta las más avanzadas, en México persiste una línea oficial de “maquillar” toda adversidad.

Cuando el número de defunciones y contagios de Covid-19 se ha ubicado por encima de países de igual o mayor densidad poblacional, la reacción gubernamental por inercia es rechazar un descontrol de la pandemia y ceñirse a la discursiva trazada de que todo va bien.

Así, la ilusión mediática es la única estrategia al alcance de la 4T para no sofocar la esperanza social de un cambio auténtico en el país a partir de su llegada.

Bloomberg, la agencia de noticias estadunidense especializada en asuntos financieros, publicó recién un estudio donde México aparece como el peor país para vivir durante una pandemia. De acuerdo con el Ranking de Resiliencia Covid efectuado por la consultora, Nueva Zelanda, Japón, Taiwán, Corea del Sur y Finlandia son las primeras cinco naciones con un mejor manejo del Covid-19, de 56 países monitoreados, mientras México se ubica en la cola. Por arriba de nuestro país aparecen incluso Perú y Colombia con indicadores sobre un control más adecuado de la pandemia, acciones eficaces para contener contagios y revertir los efectos económicos.

De acuerdo con Bloomberg, el éxito de los países mejor ubicados en su análisis se debe a que sus respectivos gobiernos implementaron un sistema de alerta sobre el SARS-CoV-2 con datos reales para ofrecer un panorama claro a su población sobre el avance de la enfermedad, contrario a lo que ocurre en México donde el semáforo epidemiológico es cuestionado por los criterios aplicados por la Secretaría de Salud para determinar el color de riesgo de cada entidad federativa. Además, concluye, la amenaza del Covid-19 ha sido minimizada, al igual que en Estados Unidos, Brasil y otros países.

Para determinar que México está rezagado como nación para sobrellevar la pandemia, la agencia informativa financiera también agregó a sus consideraciones las condiciones de vida de la mayoría de las familias mexicanas que les impide, dada la situación de hacinamiento, aplicar un correcto aislamiento de personas contagiadas, así como someterse a un confinamiento prolongado por la necesidad de obtener ingresos.

El Fondo Monetario Internacional, de su lado, ha advertido que la mayoría de los países de América Latina, incluido México, comenzarán a percibir un crecimiento en sus economías hasta 2023 tras los efectos de la pandemia. Para López Obrador, eso es erróneo porque nuestro país, a su juicio, avanza rápido en recuperarse de la crisis y ya da muestras de ello sin concluir aún 2020.

El optimismo desbordante del presidente no debe criticarse. Lo condenable en todo caso, en medio de esta contingencia, es engañar al pueblo sobre un escenario alentador cuando el desempleo se antoja prolongado y los ingresos son insuficientes para subsistir. Eso es muestra de una insensibilidad que comienza a impregnarse en el ánimo y el sentimiento de una 4T que ahora, bajo su nueva Guía Ética de la Transformación de México, llama a la gente que ha sido víctima de la violencia, en cualquiera de sus vertientes, a concederle perdón a sus agresores y despojarse así de su odio, rencor y sed de venganza. Así, parece que el presidente se confecciona una armadura moral a la medida para excusarse ante el pueblo sabio de sus malas decisiones en aras de la transformación.

Pedro Kuri Pheres en Facebook

@pedrokuripheres en Twitter

acapulco.ok@gmail.com

A nada de culminar su segundo año de gobierno, el presidente Andrés Manuel López Obrador se aferra a una realidad nacional impalpable para el grueso de los mexicanos y muy distante al panorama que prometió. Si bien la pandemia ha causado estragos económicos y sociales incalculables en todas las naciones, desde las tercermundistas hasta las más avanzadas, en México persiste una línea oficial de “maquillar” toda adversidad.

Cuando el número de defunciones y contagios de Covid-19 se ha ubicado por encima de países de igual o mayor densidad poblacional, la reacción gubernamental por inercia es rechazar un descontrol de la pandemia y ceñirse a la discursiva trazada de que todo va bien.

Así, la ilusión mediática es la única estrategia al alcance de la 4T para no sofocar la esperanza social de un cambio auténtico en el país a partir de su llegada.

Bloomberg, la agencia de noticias estadunidense especializada en asuntos financieros, publicó recién un estudio donde México aparece como el peor país para vivir durante una pandemia. De acuerdo con el Ranking de Resiliencia Covid efectuado por la consultora, Nueva Zelanda, Japón, Taiwán, Corea del Sur y Finlandia son las primeras cinco naciones con un mejor manejo del Covid-19, de 56 países monitoreados, mientras México se ubica en la cola. Por arriba de nuestro país aparecen incluso Perú y Colombia con indicadores sobre un control más adecuado de la pandemia, acciones eficaces para contener contagios y revertir los efectos económicos.

De acuerdo con Bloomberg, el éxito de los países mejor ubicados en su análisis se debe a que sus respectivos gobiernos implementaron un sistema de alerta sobre el SARS-CoV-2 con datos reales para ofrecer un panorama claro a su población sobre el avance de la enfermedad, contrario a lo que ocurre en México donde el semáforo epidemiológico es cuestionado por los criterios aplicados por la Secretaría de Salud para determinar el color de riesgo de cada entidad federativa. Además, concluye, la amenaza del Covid-19 ha sido minimizada, al igual que en Estados Unidos, Brasil y otros países.

Para determinar que México está rezagado como nación para sobrellevar la pandemia, la agencia informativa financiera también agregó a sus consideraciones las condiciones de vida de la mayoría de las familias mexicanas que les impide, dada la situación de hacinamiento, aplicar un correcto aislamiento de personas contagiadas, así como someterse a un confinamiento prolongado por la necesidad de obtener ingresos.

El Fondo Monetario Internacional, de su lado, ha advertido que la mayoría de los países de América Latina, incluido México, comenzarán a percibir un crecimiento en sus economías hasta 2023 tras los efectos de la pandemia. Para López Obrador, eso es erróneo porque nuestro país, a su juicio, avanza rápido en recuperarse de la crisis y ya da muestras de ello sin concluir aún 2020.

El optimismo desbordante del presidente no debe criticarse. Lo condenable en todo caso, en medio de esta contingencia, es engañar al pueblo sobre un escenario alentador cuando el desempleo se antoja prolongado y los ingresos son insuficientes para subsistir. Eso es muestra de una insensibilidad que comienza a impregnarse en el ánimo y el sentimiento de una 4T que ahora, bajo su nueva Guía Ética de la Transformación de México, llama a la gente que ha sido víctima de la violencia, en cualquiera de sus vertientes, a concederle perdón a sus agresores y despojarse así de su odio, rencor y sed de venganza. Así, parece que el presidente se confecciona una armadura moral a la medida para excusarse ante el pueblo sabio de sus malas decisiones en aras de la transformación.

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