/ lunes 13 de diciembre de 2021

Guerrero, “botón rojo” pero “con niveles”

El gobierno de la 4T que encabeza Evelyn Salgado Pineda cumple este diciembre dos meses de tomar las riendas del Poder Ejecutivo, y en uno de los temas sensibles para la población, la seguridad, ha quedado claro que significa eso del "botón rojo" que se usará para los protocolos cuando “la percepción de inseguridad” llegara a sentirse.

Dos hechos en Guerrero nos indican cómo entender en la práctica eso del "botón rojo" con que justificó la gobernadora Salgado Pineda, el operativo el martes 7 de diciembre en la capital, que el trascendido de un secuestro llevó a cerrar todos los accesos de Chilpancingo : se aplicó el protocolo adecuado que el botón rojo ameritaba.

Después diría que no fue secuestro del secretario general de Gobierno y para mostrar que tenía razón, el gobierno inmediatamente sacó -¿del archivo? - una foto en la que mostraba al empleado trabajando con su equipo en su oficina, como también diría que no fue secuestro del empresario tixtleco y amigo personal del senador Félix Salgado Macedonio , Immer Pastrana, sino “percepción de inseguridad” que llevó hasta ser escoltado luego de una travesía que lo llevó a contradicciones inverosímiles (corrió, brincó una barda, tocaron a la puerta de su casa –otra en Chilpancingo-, para luego estar parado en la avenida donde fue localizado).

Pero también esa misma semana, el jueves 9, otro suceso de secuestro, éste que no ameritó una justificación del imaginario, sino real, no tuvo el mismo “botón rojo”, diría la hija del maestro universitario Salvador Catalán Barragán, para aplicar un protocolo de seguridad y dejó de tres ciudadanos “levantados” contra su voluntad, dos muertos y uno con huellas de tortura encontradas a la vera de una carretera.

Es decir, el “botón rojo” del que habla la gobernadora Evelyn Salgado Pineda tiene niveles para ser atendido : nivel uno con protocolo que amerite foto, comunicado de la Mesa para la Construcción de la Paz, escolta y movilización del Ejército, Guardia Nacional, Policía Estatal, Ministerial y etcéteras.

Quizá haya otro nivel intermedio, nos lo dirá el tiempo , pero en el caso de un universitario, su hijastro y otro ciudadano, se encuentra en el nivel que la 4T no mira, escucha la denuncia , pero no actúa . solo espera y llegó en bolsas negras con cuerpos desmembrados.

Es evidente la desconexión de la realidad con los discursos . Si no fuera necesario un plan de seguridad (que no contemple abrazos que evidentemente no ha funcionado) no habría anunciado el Presidente Andrés Manuel López Obrador el 24 de octubre del año en curso en Chilpancingo un Plan de Apoyo para Guerrero donde el Secretario de la Defensa Nacional, Cresencio Sandoval, anunció el “fortalecimiento de la colaboración con el gobierno del estado en materia de seguridad” con más presencia militar en Iguala que pasó de 120 a 210 militares; Chilpancingo de 90 a 190 y Acapulco de 120 a 480 militares además de la Guardia Nacional, municipios considerados con el mayor número de homicidios vinculados a la delincuencia organizada.

Esta es la realidad de Guerrero que con preocupación, más por vivir aquí, nos lleva a preguntarnos que si hay seguridad el botón rojo no debería tener razón de ser, pero de estar por esa misma violencia que no ha disminuido, queda establecido el nivel de atención. ¿Surrealismo?

El gobierno de la 4T que encabeza Evelyn Salgado Pineda cumple este diciembre dos meses de tomar las riendas del Poder Ejecutivo, y en uno de los temas sensibles para la población, la seguridad, ha quedado claro que significa eso del "botón rojo" que se usará para los protocolos cuando “la percepción de inseguridad” llegara a sentirse.

Dos hechos en Guerrero nos indican cómo entender en la práctica eso del "botón rojo" con que justificó la gobernadora Salgado Pineda, el operativo el martes 7 de diciembre en la capital, que el trascendido de un secuestro llevó a cerrar todos los accesos de Chilpancingo : se aplicó el protocolo adecuado que el botón rojo ameritaba.

Después diría que no fue secuestro del secretario general de Gobierno y para mostrar que tenía razón, el gobierno inmediatamente sacó -¿del archivo? - una foto en la que mostraba al empleado trabajando con su equipo en su oficina, como también diría que no fue secuestro del empresario tixtleco y amigo personal del senador Félix Salgado Macedonio , Immer Pastrana, sino “percepción de inseguridad” que llevó hasta ser escoltado luego de una travesía que lo llevó a contradicciones inverosímiles (corrió, brincó una barda, tocaron a la puerta de su casa –otra en Chilpancingo-, para luego estar parado en la avenida donde fue localizado).

Pero también esa misma semana, el jueves 9, otro suceso de secuestro, éste que no ameritó una justificación del imaginario, sino real, no tuvo el mismo “botón rojo”, diría la hija del maestro universitario Salvador Catalán Barragán, para aplicar un protocolo de seguridad y dejó de tres ciudadanos “levantados” contra su voluntad, dos muertos y uno con huellas de tortura encontradas a la vera de una carretera.

Es decir, el “botón rojo” del que habla la gobernadora Evelyn Salgado Pineda tiene niveles para ser atendido : nivel uno con protocolo que amerite foto, comunicado de la Mesa para la Construcción de la Paz, escolta y movilización del Ejército, Guardia Nacional, Policía Estatal, Ministerial y etcéteras.

Quizá haya otro nivel intermedio, nos lo dirá el tiempo , pero en el caso de un universitario, su hijastro y otro ciudadano, se encuentra en el nivel que la 4T no mira, escucha la denuncia , pero no actúa . solo espera y llegó en bolsas negras con cuerpos desmembrados.

Es evidente la desconexión de la realidad con los discursos . Si no fuera necesario un plan de seguridad (que no contemple abrazos que evidentemente no ha funcionado) no habría anunciado el Presidente Andrés Manuel López Obrador el 24 de octubre del año en curso en Chilpancingo un Plan de Apoyo para Guerrero donde el Secretario de la Defensa Nacional, Cresencio Sandoval, anunció el “fortalecimiento de la colaboración con el gobierno del estado en materia de seguridad” con más presencia militar en Iguala que pasó de 120 a 210 militares; Chilpancingo de 90 a 190 y Acapulco de 120 a 480 militares además de la Guardia Nacional, municipios considerados con el mayor número de homicidios vinculados a la delincuencia organizada.

Esta es la realidad de Guerrero que con preocupación, más por vivir aquí, nos lleva a preguntarnos que si hay seguridad el botón rojo no debería tener razón de ser, pero de estar por esa misma violencia que no ha disminuido, queda establecido el nivel de atención. ¿Surrealismo?