/ viernes 16 de octubre de 2020

Golpe que desbasta la democracia

Desbastar significa quitarle las partes más bastas a algo, debilitarla o gastarla. Pues eso es lo que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ha hecho con la libertad y la democracia, al fallar en favor de otorgar el registro a tres partidos, negándoselo a “México Libre”. Los argumentos fueron básicamente los mismos que el Instituto Nacional Electoral argumentó para la negación registral, aunque el magistrado escribió que “En cuanto a la negativa del registro, si bien no acompaño las consideraciones en las que se apoyó el INE”. La “razón” de negar el registro se centró en que la asociación civil no pudo acreditar el origen de ocho por ciento de las aportaciones. Llama la atención este argumento, pues a “Fuerza Social” sí se le otorgó el registro cuando reportó seis millones 864 mil pesos (25 por ciento); “Redes Progresistas”, cinco millones 57 mil 142 pesos (22 por ciento) de aportaciones que no pudieron comprobar; seis veces más que las que se le imputan a “México Libre”.

Si esa es la razón, ¿por qué a una organización sí se le da paso franco y a otra, por la misma justificación, se le niega? Sin embargo, esta última organización sí demostró y acreditó fehacientemente el origen de los recursos, con las credenciales, las firmas, las cartas firmadas autógrafamente por las personas aportantes. Pero el magistrado ponente esgrimió premisas falas y que no habían sido fijadas en la Litis. Todo ello hace ver lo evidente: las organizaciones afines al presidente obtuvieron su registro, a pesar que carecían de los requisitos para obtenerlos –incluso una de ellas, no solo no acreditó un mayor porcentaje de origen de aportaciones, sino que violó el Estado laico- mientras que una organización de verdadera oposición le fue negado dicho registro. Eso hace presumir que hubo consigna que fue acatada puntualmente por los magistrados alienados al poder, excepción de tres que votaron en contra del proyecto.

No estoy afiliado a “México Libre”, ni a ningún partido u organización, inclusive estoy en desacuerdo con algunos puntos de su declaración de principios; sin embargo, esta resolución me parece inconstitucional y, por tanto, injusta. Se advierte, reitero, la consigna y ello me alarma, porque el campo de acción de la democracia se ve reducido cada vez más y se vislumbra un panorama de autoritarismo que se dirige hacia una dictadura. Pero muchos ni lo ven. Son como la fábula de la rana –del filósofo Oliver Clerc- que solo se dio cuenta que ya estaba hervida cuando era ya tarde para salvarse.

Desbastar significa quitarle las partes más bastas a algo, debilitarla o gastarla. Pues eso es lo que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ha hecho con la libertad y la democracia, al fallar en favor de otorgar el registro a tres partidos, negándoselo a “México Libre”. Los argumentos fueron básicamente los mismos que el Instituto Nacional Electoral argumentó para la negación registral, aunque el magistrado escribió que “En cuanto a la negativa del registro, si bien no acompaño las consideraciones en las que se apoyó el INE”. La “razón” de negar el registro se centró en que la asociación civil no pudo acreditar el origen de ocho por ciento de las aportaciones. Llama la atención este argumento, pues a “Fuerza Social” sí se le otorgó el registro cuando reportó seis millones 864 mil pesos (25 por ciento); “Redes Progresistas”, cinco millones 57 mil 142 pesos (22 por ciento) de aportaciones que no pudieron comprobar; seis veces más que las que se le imputan a “México Libre”.

Si esa es la razón, ¿por qué a una organización sí se le da paso franco y a otra, por la misma justificación, se le niega? Sin embargo, esta última organización sí demostró y acreditó fehacientemente el origen de los recursos, con las credenciales, las firmas, las cartas firmadas autógrafamente por las personas aportantes. Pero el magistrado ponente esgrimió premisas falas y que no habían sido fijadas en la Litis. Todo ello hace ver lo evidente: las organizaciones afines al presidente obtuvieron su registro, a pesar que carecían de los requisitos para obtenerlos –incluso una de ellas, no solo no acreditó un mayor porcentaje de origen de aportaciones, sino que violó el Estado laico- mientras que una organización de verdadera oposición le fue negado dicho registro. Eso hace presumir que hubo consigna que fue acatada puntualmente por los magistrados alienados al poder, excepción de tres que votaron en contra del proyecto.

No estoy afiliado a “México Libre”, ni a ningún partido u organización, inclusive estoy en desacuerdo con algunos puntos de su declaración de principios; sin embargo, esta resolución me parece inconstitucional y, por tanto, injusta. Se advierte, reitero, la consigna y ello me alarma, porque el campo de acción de la democracia se ve reducido cada vez más y se vislumbra un panorama de autoritarismo que se dirige hacia una dictadura. Pero muchos ni lo ven. Son como la fábula de la rana –del filósofo Oliver Clerc- que solo se dio cuenta que ya estaba hervida cuando era ya tarde para salvarse.