/ viernes 25 de junio de 2021

Facebook o la santa inquisición

Ahora resulta que las redes sociales, o por lo menos Facebook se han convertido en la Santa Inquisición moderna con derecho a censurar y castigar con bloquear temporal o definitivamente a quienes escriben algo que según ellos contenga palabras o mensajes ofensivos o que no sean acordes a sus políticas establecidas. Pero tampoco se sabe cuáles son los parámetros que siguen estos émulos de Tomás de Torquemada (famoso inquisidor) ya que, sin más, censuran y bloquean tanto mensajes o personas por el hecho de llamar a alguien “ignorante”; lo cual no es una ofensa; más bien, es la buena aplicación del idioma, ya que dicha palabra significa según la Real Academia Española “que ignora o desconoce algo”; “que carece de cultura o conocimientos”. Cierto es, que algunas personas o empresas llamadas “bots” (hacen mal uso de esta herramienta para atacar a rivales políticos, empresas o figuras públicas. Otras personas suben videos con desnudos explícitos y hasta pornografía, atentado contra la infancia y su normal desarrollo. Pero Mark Zuckerberg dueño de Facebook y sus empleados en su afán proteccionista son ahora más Papistas que el Papa censurando a diestra y siniestra lo que se escribe o se sube a su plataforma. Esta situación debe tener una respuesta más enérgica por parte de los gobiernos del mundo, ya que afecta a todas las poblaciones y no se puede permitir que se censure la libertad de expresión sin antes haber criterios internacionales para hacerlo. No se puede aceptar que empresas trasnacionales sean las que puedan decidir sobre la información que se sube a la red a su libre albedrío. En tanto la persona castigada no tiene derecho de audiencia ni es oído ni vencido en juicio; en otras palabras está indefenso ante esta aberración moderna. Es hora de pensar en un sano debate en el seno supremo de las Naciones Unidas para llegar a criterios universales que permitan la libertad de expresión y sus limitantes. Las redes sociales no deben seguir siendo la Santa Inquisición moderna.

Ahora resulta que las redes sociales, o por lo menos Facebook se han convertido en la Santa Inquisición moderna con derecho a censurar y castigar con bloquear temporal o definitivamente a quienes escriben algo que según ellos contenga palabras o mensajes ofensivos o que no sean acordes a sus políticas establecidas. Pero tampoco se sabe cuáles son los parámetros que siguen estos émulos de Tomás de Torquemada (famoso inquisidor) ya que, sin más, censuran y bloquean tanto mensajes o personas por el hecho de llamar a alguien “ignorante”; lo cual no es una ofensa; más bien, es la buena aplicación del idioma, ya que dicha palabra significa según la Real Academia Española “que ignora o desconoce algo”; “que carece de cultura o conocimientos”. Cierto es, que algunas personas o empresas llamadas “bots” (hacen mal uso de esta herramienta para atacar a rivales políticos, empresas o figuras públicas. Otras personas suben videos con desnudos explícitos y hasta pornografía, atentado contra la infancia y su normal desarrollo. Pero Mark Zuckerberg dueño de Facebook y sus empleados en su afán proteccionista son ahora más Papistas que el Papa censurando a diestra y siniestra lo que se escribe o se sube a su plataforma. Esta situación debe tener una respuesta más enérgica por parte de los gobiernos del mundo, ya que afecta a todas las poblaciones y no se puede permitir que se censure la libertad de expresión sin antes haber criterios internacionales para hacerlo. No se puede aceptar que empresas trasnacionales sean las que puedan decidir sobre la información que se sube a la red a su libre albedrío. En tanto la persona castigada no tiene derecho de audiencia ni es oído ni vencido en juicio; en otras palabras está indefenso ante esta aberración moderna. Es hora de pensar en un sano debate en el seno supremo de las Naciones Unidas para llegar a criterios universales que permitan la libertad de expresión y sus limitantes. Las redes sociales no deben seguir siendo la Santa Inquisición moderna.