/ jueves 17 de diciembre de 2020

En Morena le pusieron banderilla al Toro

Nunca fue la intención de Mario Carrillo Delgado dar a conocer el resultado de la encuesta para definir al coordinador de Defensa de la Cuarta Transformación en Guerrero, eufemismo ambivalente al menos para precandidato y candidato a gobernador.

Y es que en Morena, partido que no es partido sino movimiento (aunque goce de prerrogativas partidistas), y donde el precandidato no será precandidato, la encuesta tampoco fue encuesta y en consecuencia el resultado fue que no había el resultado que Delgado había prometido informar tanto en invitaciones a medios de comunicación como en una imagen que subió a su Facebook minutos antes de iniciar su transmisión en vivo.

En ésta lo acompañaron casi todos los 18 aspirantes, de los cuales 13 son hombres y cinco mujeres, con quienes dijo haber tenido una reunión en la que les explicó que todos participarán en una encuesta de reconocimiento con la que serán seleccionados tres hombres y tres mujeres quienes participaran en una segunda encuesta ya sobre preferencia de la que saldrá la candidata o candidato. Aunque de nueva cuenta no le puso fecha.

Los gritos de fraude comenzaron cuando informó que todos los aspirantes habían reiterado su compromiso de unidad, esto es aceptar los resultados aun cuando se dude de ellos, y apoyar al escogido.

Y vinieron de los seguidores de Félix Salgado Macedonio quien no acudió a una reunión con esa finalidad que Mario Delgado hizo previamente a la emisión de la convocatoria, ni a registrarse personalmente, sino que lo hizo a través de un representante.

En redes sociales los felixistas acusaron a Delgado de pretender imponer a Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros e incluso le cuestionaron si en Morena manda su hermana la secretaria de la Función Pública Irma Eréndira Sandoval Ballesteros.

Está claro que la invitación a dar a conocer el resultado fue una emboscada con la que el dirigente de Morena logró ensartarle una banderilla al toro, pero la pregunta es si bastará para amarrarlo al corral estirando la cuerda de las definiciones hasta que pase el peligro de que se vaya a otro, o que la reata se le reviente en las manos como le está sucediendo no solo en Guerrero, sino también en Sinaloa y otros estados donde los resultados parecen más producto del dedazo que de encuestas.

El hecho de que Félix haya acudido cobijado con sus seguidores es clara señal de desconfianza, que ahora no tiene solo él, ya que seguramente hay otros aspirantes molestos con el engaño, y peor aún, el mensaje que se manda a simpatizantes y ciudadanos es que en Morena son diferentes, pero iguales, a los partidos políticos tradicionales.

Nunca fue la intención de Mario Carrillo Delgado dar a conocer el resultado de la encuesta para definir al coordinador de Defensa de la Cuarta Transformación en Guerrero, eufemismo ambivalente al menos para precandidato y candidato a gobernador.

Y es que en Morena, partido que no es partido sino movimiento (aunque goce de prerrogativas partidistas), y donde el precandidato no será precandidato, la encuesta tampoco fue encuesta y en consecuencia el resultado fue que no había el resultado que Delgado había prometido informar tanto en invitaciones a medios de comunicación como en una imagen que subió a su Facebook minutos antes de iniciar su transmisión en vivo.

En ésta lo acompañaron casi todos los 18 aspirantes, de los cuales 13 son hombres y cinco mujeres, con quienes dijo haber tenido una reunión en la que les explicó que todos participarán en una encuesta de reconocimiento con la que serán seleccionados tres hombres y tres mujeres quienes participaran en una segunda encuesta ya sobre preferencia de la que saldrá la candidata o candidato. Aunque de nueva cuenta no le puso fecha.

Los gritos de fraude comenzaron cuando informó que todos los aspirantes habían reiterado su compromiso de unidad, esto es aceptar los resultados aun cuando se dude de ellos, y apoyar al escogido.

Y vinieron de los seguidores de Félix Salgado Macedonio quien no acudió a una reunión con esa finalidad que Mario Delgado hizo previamente a la emisión de la convocatoria, ni a registrarse personalmente, sino que lo hizo a través de un representante.

En redes sociales los felixistas acusaron a Delgado de pretender imponer a Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros e incluso le cuestionaron si en Morena manda su hermana la secretaria de la Función Pública Irma Eréndira Sandoval Ballesteros.

Está claro que la invitación a dar a conocer el resultado fue una emboscada con la que el dirigente de Morena logró ensartarle una banderilla al toro, pero la pregunta es si bastará para amarrarlo al corral estirando la cuerda de las definiciones hasta que pase el peligro de que se vaya a otro, o que la reata se le reviente en las manos como le está sucediendo no solo en Guerrero, sino también en Sinaloa y otros estados donde los resultados parecen más producto del dedazo que de encuestas.

El hecho de que Félix haya acudido cobijado con sus seguidores es clara señal de desconfianza, que ahora no tiene solo él, ya que seguramente hay otros aspirantes molestos con el engaño, y peor aún, el mensaje que se manda a simpatizantes y ciudadanos es que en Morena son diferentes, pero iguales, a los partidos políticos tradicionales.