/ lunes 15 de marzo de 2021

"El Pueblo"

El pueblo es una expresión que nos ayuda a considerar al conjunto de habitantes que viven en una determinada región, lo que nos conduce a pensar que todas y todos somos “pueblo”. Pero cuando se refiere a un aspecto de ese pueblo, cuando se habla de una parte que se identifique con una determinada cultura también lo es, aunque no represente al conjunto primario, sino a la subsección, y hay una tercera definición, también, dentro del conjunto de la sociedad, se refiere a la clase baja.

Pueblo –del latín pópulos-, con esas tres definiciones nos lleva a considerar una raíz común, pero después nos lleva a una separación en función de intereses.

Estoy segura de que no tengo que explica el libro “Fuente Ovejuna” de Lope de Vega. Pero recordaré con ustedes que se trata de un abuso de autoridad en un tema delicado, el derecho de “pernada”. El planteamiento de la rebelión terminó en asesinato y el pesquisador da por terminado el caso cuando buscando al culpable, la respuesta unánime de que “Fuente Ovejuna lo hizo”, le hizo cerrar el caso.

El colectivo de esa sociedad se rebeló contra uno de los actos de autoridad que vulneraba la moral de las parejas, y marcaba la pertenencia de la mujer a la voluntad de quien ejercía el poder, el feudal, someter a la pareja, en su propio territorio, en el día de la boda, a tomar “el derecho de la primera noche”.

Lope de Vega, en “su comedia” hace un llamado a restablecer el orden, y muestra a la colectividad unida en un propósito afín, en uno de los temas que no reditúa hacia afuera, pero que impacta hacia dentro cuando se reconoce que la mujer, su pareja, su hija, su madre, ha sido sometida, vulnerada, y que ellos fueron permisivos de esa situación durante años, hasta que un día, sin duda, sintieron vergüenza y actuaron en la forma en que en ese momento podía ser así, solo en ese momento.

Qué pasa si los varones asumen que ser masculinos los hace iguales de permisivos con la vulnerabilidad de las mujeres, asumiendo que “no son de ellas esas mujeres”. Sin empatía hacia aquellos que han sido vulnerados. Sin respeto del colectivo conformado por varones y mujeres para decir “basta, ni una más”, sólo por ese segmento de la sociedad que hace “pueblo” con su propia simpatía y semejanza asumiendo que “al fin al cabo ellas se lo buscaron “.

Lope de Vega sin duda hizo un planteamiento en “Fuente Ovejuna” en la forma en que el colectivo pudiera verse reflejado en un problema que debe reflexionar. Pero si ese colectivo no reflexiona, el señor feudal acechara siempre, porque su cambio no viene con las leyes que huyeron, sino consigo mismo y eso, ahorita, parece lejano…como de Fuente Ovejuna antes de unirse.

El pueblo es una expresión que nos ayuda a considerar al conjunto de habitantes que viven en una determinada región, lo que nos conduce a pensar que todas y todos somos “pueblo”. Pero cuando se refiere a un aspecto de ese pueblo, cuando se habla de una parte que se identifique con una determinada cultura también lo es, aunque no represente al conjunto primario, sino a la subsección, y hay una tercera definición, también, dentro del conjunto de la sociedad, se refiere a la clase baja.

Pueblo –del latín pópulos-, con esas tres definiciones nos lleva a considerar una raíz común, pero después nos lleva a una separación en función de intereses.

Estoy segura de que no tengo que explica el libro “Fuente Ovejuna” de Lope de Vega. Pero recordaré con ustedes que se trata de un abuso de autoridad en un tema delicado, el derecho de “pernada”. El planteamiento de la rebelión terminó en asesinato y el pesquisador da por terminado el caso cuando buscando al culpable, la respuesta unánime de que “Fuente Ovejuna lo hizo”, le hizo cerrar el caso.

El colectivo de esa sociedad se rebeló contra uno de los actos de autoridad que vulneraba la moral de las parejas, y marcaba la pertenencia de la mujer a la voluntad de quien ejercía el poder, el feudal, someter a la pareja, en su propio territorio, en el día de la boda, a tomar “el derecho de la primera noche”.

Lope de Vega, en “su comedia” hace un llamado a restablecer el orden, y muestra a la colectividad unida en un propósito afín, en uno de los temas que no reditúa hacia afuera, pero que impacta hacia dentro cuando se reconoce que la mujer, su pareja, su hija, su madre, ha sido sometida, vulnerada, y que ellos fueron permisivos de esa situación durante años, hasta que un día, sin duda, sintieron vergüenza y actuaron en la forma en que en ese momento podía ser así, solo en ese momento.

Qué pasa si los varones asumen que ser masculinos los hace iguales de permisivos con la vulnerabilidad de las mujeres, asumiendo que “no son de ellas esas mujeres”. Sin empatía hacia aquellos que han sido vulnerados. Sin respeto del colectivo conformado por varones y mujeres para decir “basta, ni una más”, sólo por ese segmento de la sociedad que hace “pueblo” con su propia simpatía y semejanza asumiendo que “al fin al cabo ellas se lo buscaron “.

Lope de Vega sin duda hizo un planteamiento en “Fuente Ovejuna” en la forma en que el colectivo pudiera verse reflejado en un problema que debe reflexionar. Pero si ese colectivo no reflexiona, el señor feudal acechara siempre, porque su cambio no viene con las leyes que huyeron, sino consigo mismo y eso, ahorita, parece lejano…como de Fuente Ovejuna antes de unirse.