/ lunes 29 de junio de 2020

El narco: contracultura en boga

Parece que el atentado contra el Secretario de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, Omar García Harfuch, abrió la polémica sobre la forma en que se debe atender el tema de la inseguridad en el país, que ha dejado en los primeros 16, de 18, meses del Gobierno que encabeza el Presidente Andrés Manuel López Obrador, al menos el registro de 34, 600 homicidios en 2019 y 11,535 en los primeros cuatro meses de 2020.

Sobre el atentado el Embajador de los Estados Unidos en México, Christopher Landau, pidió profundizar la cooperación entre ambas naciones para vencer al crimen organizado. Es decir, hay un reconocimiento explícito del tema y la búsqueda de soluciones, como podría ser el de las armas que provienen de esa Nación.

A su vez, representantes políticos en las Cámaras de Senadores y Diputados se pronunciaron por el rechazo a la política implementada para atender la inseguridad por el Gobierno Federal. Mauricio Kuri, del PAN, urgió a realizar un cambio y dejar de lado “abrazos no balazos”, MORENA respaldó las medidas anticrimen que lleva a cabo el gobierno federal.

Sobre el atentado hay al menos 19 detenidos y se han realizado 4 cateos. La Jefa de Gobierno capitalino, Claudia Sheibaum calificó de fallido el atentado que dejó 3 muertos y entre los lesionados se encuentra el propio Secretario de Seguridad Ciudadana que tras la intervención quirúrgica luce físicamente bien.

La historia de la atención al tema de Seguridad en los recientes años ha sido atendido en ciudad de México por Marcelo Ebrard, Miguel Ángel Mancera, Jesús Orta, y por Omar García Harfuch. Este hilo conductor tiene también diversos temas. El crecimiento de los grupos delincuenciales se habría dado en el país como punto detonante de estudio, que el Cetro de Investigación y Desarrollo Económico –el CIDE- en su estudio “la guerra contra las drogas en los hechos” señala que pasó de 20 grupos en 2007 a 200 grupos en 2011. En ciudad de México, de manera oficial el Secretario de la Defensa Nacional, Luis Crecencio Sandoval, dijo en la conferencia matutina del Presidente AMLO del jueves 25 del mes en curso, que operan seis grupos delictivos, cuatro en el Estado de México y dos en la Capital de la Nación. En los meses recientes, tras la salida de Jesús Orta el 4 de octubre de 2019, Omar García Harfuch habría “inquietado” la acción de los grupos con detenciones de integrantes de grupos como el de Unión Tepito o del Cártel Jalisco Nueva Generación, que fue el responsable del atentado al Secretario García Harfuch.

La reacción ante este hecho del Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador se mantiene en el tenor de siempre “no habrá guerra ni acuerdo con grupos de la delincuencia, tenemos miedo, como todos…no somos cobardes…conseguir la paz y tranquilidad con justicia y rectitud, llamando a todos a que nos portemos bien para lograr una sociedad mejor”.

Los que hemos trabajado a pie el país, que hemos estado por cobertura periodista en sus zonas álgidas, y escuchado de familiares de jóvenes que han estado dentro de la delincuencia y han perdido la vida “mejor que viva 5 años como rey a toda una vida como mendigo” para justificar su actuación dentro de los grupos de la delincuencia, encontramos que con esa justificación han construido una contracultura del narco, de la extorsión, del secuestro, de la violencia, de la delincuencia. Generado una serie de códigos que ellos llaman valores, donde no solo es contar con un dinero contante y sonante que les permita adquirir bienes, mejora de sus viviendas, conseguir autos, ropa, licores, mujeres, y por supuesto armas.

Frente a esa realidad se ha marcado encrucijadas a los integrantes de las corporaciones que actúan –aún- para prevenir el delito y que han sido víctima de ataques, como el del Estado de Guerrero, en la zona Norte, o la dificultad para lograr detenciones, como en el caso de La Venta, en el Municipio de Acapulco. Y digo aún porque de acuerdo al sentir y pensar del Presidente su propuesta social debe prevalecer y no responder con balazos una agresión. Que en el caso del Secretario de Seguridad Ciudadana de cdmx, aquello se hubiera convertido en una masacre. Difícil se presenta la propuesta social frente a la creciente contracultura del narco, cuando su contracultura está en boga. Surrealismo?

Parece que el atentado contra el Secretario de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, Omar García Harfuch, abrió la polémica sobre la forma en que se debe atender el tema de la inseguridad en el país, que ha dejado en los primeros 16, de 18, meses del Gobierno que encabeza el Presidente Andrés Manuel López Obrador, al menos el registro de 34, 600 homicidios en 2019 y 11,535 en los primeros cuatro meses de 2020.

Sobre el atentado el Embajador de los Estados Unidos en México, Christopher Landau, pidió profundizar la cooperación entre ambas naciones para vencer al crimen organizado. Es decir, hay un reconocimiento explícito del tema y la búsqueda de soluciones, como podría ser el de las armas que provienen de esa Nación.

A su vez, representantes políticos en las Cámaras de Senadores y Diputados se pronunciaron por el rechazo a la política implementada para atender la inseguridad por el Gobierno Federal. Mauricio Kuri, del PAN, urgió a realizar un cambio y dejar de lado “abrazos no balazos”, MORENA respaldó las medidas anticrimen que lleva a cabo el gobierno federal.

Sobre el atentado hay al menos 19 detenidos y se han realizado 4 cateos. La Jefa de Gobierno capitalino, Claudia Sheibaum calificó de fallido el atentado que dejó 3 muertos y entre los lesionados se encuentra el propio Secretario de Seguridad Ciudadana que tras la intervención quirúrgica luce físicamente bien.

La historia de la atención al tema de Seguridad en los recientes años ha sido atendido en ciudad de México por Marcelo Ebrard, Miguel Ángel Mancera, Jesús Orta, y por Omar García Harfuch. Este hilo conductor tiene también diversos temas. El crecimiento de los grupos delincuenciales se habría dado en el país como punto detonante de estudio, que el Cetro de Investigación y Desarrollo Económico –el CIDE- en su estudio “la guerra contra las drogas en los hechos” señala que pasó de 20 grupos en 2007 a 200 grupos en 2011. En ciudad de México, de manera oficial el Secretario de la Defensa Nacional, Luis Crecencio Sandoval, dijo en la conferencia matutina del Presidente AMLO del jueves 25 del mes en curso, que operan seis grupos delictivos, cuatro en el Estado de México y dos en la Capital de la Nación. En los meses recientes, tras la salida de Jesús Orta el 4 de octubre de 2019, Omar García Harfuch habría “inquietado” la acción de los grupos con detenciones de integrantes de grupos como el de Unión Tepito o del Cártel Jalisco Nueva Generación, que fue el responsable del atentado al Secretario García Harfuch.

La reacción ante este hecho del Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador se mantiene en el tenor de siempre “no habrá guerra ni acuerdo con grupos de la delincuencia, tenemos miedo, como todos…no somos cobardes…conseguir la paz y tranquilidad con justicia y rectitud, llamando a todos a que nos portemos bien para lograr una sociedad mejor”.

Los que hemos trabajado a pie el país, que hemos estado por cobertura periodista en sus zonas álgidas, y escuchado de familiares de jóvenes que han estado dentro de la delincuencia y han perdido la vida “mejor que viva 5 años como rey a toda una vida como mendigo” para justificar su actuación dentro de los grupos de la delincuencia, encontramos que con esa justificación han construido una contracultura del narco, de la extorsión, del secuestro, de la violencia, de la delincuencia. Generado una serie de códigos que ellos llaman valores, donde no solo es contar con un dinero contante y sonante que les permita adquirir bienes, mejora de sus viviendas, conseguir autos, ropa, licores, mujeres, y por supuesto armas.

Frente a esa realidad se ha marcado encrucijadas a los integrantes de las corporaciones que actúan –aún- para prevenir el delito y que han sido víctima de ataques, como el del Estado de Guerrero, en la zona Norte, o la dificultad para lograr detenciones, como en el caso de La Venta, en el Municipio de Acapulco. Y digo aún porque de acuerdo al sentir y pensar del Presidente su propuesta social debe prevalecer y no responder con balazos una agresión. Que en el caso del Secretario de Seguridad Ciudadana de cdmx, aquello se hubiera convertido en una masacre. Difícil se presenta la propuesta social frente a la creciente contracultura del narco, cuando su contracultura está en boga. Surrealismo?