/ jueves 16 de diciembre de 2021

El Enchufismo*

Los diccionarios de la lengua española –incluyendo el correlativo de Política dirigido por Norberto Bobbio y Nicola Matteucci- dicen que se considera enchufismo a la corruptela política y social que favorece a los enchufistas.

Éstos son personas que disfrutan de varios enchufes o sinecuras o prebendas (empleos o cargos altamente retribuidos que ocasionan poco o ningún trabajo), obtenidos por influencia, parentesco o complicidad. es como l a fórmula política que ocupan los politicastros ( Político rastrero, malintencionado, demagogo que actúa estafadores Multas y Medios turbios): uno en funciones de valedor (persona que ampara y patrocina por detentar poder político o económico), y el otro u otro funciones de valido o validos (protegidos que, por tener la confianza de un alto personaje, ejercen el poder de éste)

Las definiciones anteriores nos sirven no solo para identificar conductas, sino también gobiernos y administraciones.

Así, por ejemplo, cuando vemos que los agnados y ahijados de los gobernantes manejan recursos públicos, o que también detentan cargos públicos y / o son postulados para ellos, entonces estamos viendo al enchufismo en toda su magnitud; independientemente de otras formas degradadas de la democracia, como podría ser el nepotismo. O cuando los válidos de siempre (para no decir que son los "achichincles" o abyectos de siempre), son los que disponen de las instancias e instituciones, nos encontramos en la presencia del enchufe.

Pero esto no solo puede suceder en las "altas esferas" del poder político , ya sea en el federal, estatal o municipal, sino también en niveles intermedios y bajos; es decir, puede ocurrir –como ocurre en muchos casos-no solo en el ámbito público, sino también en el privado.

Es solo cuestión de que observemos con atención. Haga usted mismo la prueba o sus observaciones.

Es solo cuestión de que anote nombres para que s e dé cuenta si está ante la presencia o no del enchufismo.

O, por ejemplo, la próxima vez que vaya usted a una oficina pública o privada a solicitar un servicio observe que, entre más inextricables (difíciles, confusos, torcidos) son los trámites allí, hay relaciones de enchufe, porque hay corrupción. Y solo se destraban los obstáculos con la “mordida”, la indebida adehala (emolumento agregado al sueldo de algún empleo o comisión).

Como cosa de juego, lo invito a que haga sus propias observaciones, como si fuera usted un científico que mira los virus y las bacterias a través de un microscopio.

* Este artículo lo escribí en enero de 2018

Los diccionarios de la lengua española –incluyendo el correlativo de Política dirigido por Norberto Bobbio y Nicola Matteucci- dicen que se considera enchufismo a la corruptela política y social que favorece a los enchufistas.

Éstos son personas que disfrutan de varios enchufes o sinecuras o prebendas (empleos o cargos altamente retribuidos que ocasionan poco o ningún trabajo), obtenidos por influencia, parentesco o complicidad. es como l a fórmula política que ocupan los politicastros ( Político rastrero, malintencionado, demagogo que actúa estafadores Multas y Medios turbios): uno en funciones de valedor (persona que ampara y patrocina por detentar poder político o económico), y el otro u otro funciones de valido o validos (protegidos que, por tener la confianza de un alto personaje, ejercen el poder de éste)

Las definiciones anteriores nos sirven no solo para identificar conductas, sino también gobiernos y administraciones.

Así, por ejemplo, cuando vemos que los agnados y ahijados de los gobernantes manejan recursos públicos, o que también detentan cargos públicos y / o son postulados para ellos, entonces estamos viendo al enchufismo en toda su magnitud; independientemente de otras formas degradadas de la democracia, como podría ser el nepotismo. O cuando los válidos de siempre (para no decir que son los "achichincles" o abyectos de siempre), son los que disponen de las instancias e instituciones, nos encontramos en la presencia del enchufe.

Pero esto no solo puede suceder en las "altas esferas" del poder político , ya sea en el federal, estatal o municipal, sino también en niveles intermedios y bajos; es decir, puede ocurrir –como ocurre en muchos casos-no solo en el ámbito público, sino también en el privado.

Es solo cuestión de que observemos con atención. Haga usted mismo la prueba o sus observaciones.

Es solo cuestión de que anote nombres para que s e dé cuenta si está ante la presencia o no del enchufismo.

O, por ejemplo, la próxima vez que vaya usted a una oficina pública o privada a solicitar un servicio observe que, entre más inextricables (difíciles, confusos, torcidos) son los trámites allí, hay relaciones de enchufe, porque hay corrupción. Y solo se destraban los obstáculos con la “mordida”, la indebida adehala (emolumento agregado al sueldo de algún empleo o comisión).

Como cosa de juego, lo invito a que haga sus propias observaciones, como si fuera usted un científico que mira los virus y las bacterias a través de un microscopio.

* Este artículo lo escribí en enero de 2018